💸 Lo que quiero de ti 💸

Capítulo 2

Las horas pasaron y cada uno de sus compañeros se despidió de él e incluso el mismo Kambe, aunque el no dijo nada y solo se marchó.

Haru cogió los expedientes que había cerrado con la ayuda de Kambe -aunque aún le dolía admitirlo- pero casi no tuvo mucho éxito con los restantes. Añadió el profile de las personas involucradas al sistema al igual con el de las víctimas.

Su estómago rugió, llevaba más de 12 horas en el trabajo y no había comido, recalcando que lo único que tenía en su estómago era una manzana en todo ese día. Sin contar que en las dos semanas pasadas, apenas había dormido y comido. Su visión por un momento se volvió borrosa y negó con la cabeza para alejar esos mareos. Siguió trabajando y terminó de ingresar los datos al sistema a las dos de la mañana. Salió de la estación, luego de despedirse del guardia de seguridad en turno y se marchó hacia su coche en el estacionamiento.

Se adentró al auto y condujo por diez minutos, nada estaba abierto para comer algo, y su cuerpo estaba agotado. Así que condujo a su pequeño apartamento y se bajo del auto luego de estacionarlo. A solo unos pasos, juro haber cerrados los ojos un momento antes de casi desplomarse contra el suelo. Sus piernas se sentían como gelatina y cuando se levantó, sintió una parte en su frente arder.

Se adentró a su apartamento, cerró, desvistió y duchó antes de colocarse su ropa interior e ir directo a la cama para dormir.

A la mañana siguiente, su cabeza dolía y encontró una herida en su rodilla, un pequeño raspón al igual que en su frente. Se baño y cepillo sus dientes, pero antes de vestirse por completo; colocó sobre los raspones unas curitas de estampado de gatos.

Terminó de vestirse y salió de su apartamento para ponerse en marcha hacia la estación. Su cabeza retumbaba, y las ojeras debajo de sus ojos eran pronunciadas. Se estacionó y salió del auto para recargarse de este y esperar a que pasarán unos minutos antes de adentrarse a la estación.

Entró a la oficina de su división y ya todos estaban ahí, tomó asiento junto a Kamei, para comenzar a trabajar. En todo movimiento que hacia la mirada de Daisuke le seguía. No tenía fuerzas ni para discutir con él o fruncir el ceño.

— ¿Haru? ¿Podrías ir a la sala de interrogatorios? Trajeron un sospechoso de un caso nuevo, lleva a Kambe contigo para que le enseñes -su jefe le sonrió-

Solo asintió y tomó el expediente que su jefe le tendía antes de salir y ser seguido, demasiado de cerca, por Kambe.

— ¿te encuentras bien? -preguntó y Haru notó cierta preocupación en su tono de voz que pese a ser profunda y seria, juro haber escuchado eso-

— sí, estoy bien -siguió su camino y ambos entraron al cuarto de interrogatorios- ¿a quién le compras la droga? -preguntó apenas sentarse mientras Daisuke se paró junto a su lado frente a la mesa-

— no te diré ni una mierda -le miró mal y frunció el ceño al ver cómo el oficial frente a él sangraba por la nariz- oi, estás sangrando -apunto a Haru-

— no es nada -se limpió la nariz con la manga de su abrigo, pero sintió la mano suave, pero firme de Daisuke en su hombro- ya dije que estoy bien -removió la mano del contrario y siguió el interrogatorio-

— ¿cuánto? -preguntó al sospechoso y Haru se enojó- compraré tu información

— ¿estás de coña? -preguntó incrédulo- no te diré nada

— ¿seguro? Porque tu compañero tiene que estar en la otra habitación hablando mientras tú pierdes el tiempo aquí cubriéndole -uso un tono de voz severo mientras sus ojos seguían puestos en Haru y sus movimientos-

— Daisuk... -Haru se levantó e intentó sujetar de la camisa al mencionado, pero se desplomó y fue sostenido por Kambe, quien mostró una expresión distinta en su rostro mientras en sus ojos había clara preocupación-

Con su auricular puesto en su oído, preguntó a su AI por el hospital más cercano y pidió por el mejor personal médico para que atendieran a su Haru; cuando llegase.

Salió disparado fuera del cuarto de interrogatorios con Haru en brazos. Diferentes miembros de las divisiones que caminaban por ahí le vieron entre sorprendidos y con cierto desdén al ver que era Haru. Eso enfureció a Kambe de sobre manera.

Se montó en su Lykan HyperSport y encendió los motores rápido y con la ayuda de su AI, quien limpió las carreteras por el; llegó en menos de 7 minutos frente al hospital. Sin haberse abrochado el cinturón con anterioridad, salió de su auto -que atrajo muchas miradas del personal y pacientes del hospital- y cargo a Haru en brazos otra vez.

Varios miembros del personal fueron en su auxilio, y con cierta molestia dejó a Haru en la camilla para perderlo de vista por las puertas. Una enfermera se acercó y le pidió que la siguiera hasta el mostrador.

— se requiere información del paciente, ¿señor?

— Kambe -agarró una bolígrafo y comenzó a llenar encasillados sobre el papel- exijo que los mejores doctores de este hospital le atiendan -su mirada ensombrecida y como si te viera con desdén, hizo a la enfermera palidecer mientras asentía- el dinero no es problema -recalcó-

Kambe, algo nuevo para él era ese sentimiento de preocupación y añoranza hacia Haru. No lo quería ver en un hospital. El estar en medio del pasillo, esperando por una respuesta, le sacaba de las casillas. Los dedos de su mano derecha se deslizaron por sus cortos cabellos negros, haciendo que uno que otro se fuera hacia los lados.

Miró la hora en su Rolex y frunció el ceño. Ya habían pasado más de una hora y nada ¿Quién se creían que eran? ¿Sucedió algo con Haru y no le quieren decir? ¿Es eso? Se levantó para ir a buscar una respuesta en la recepción, pero un doctor en sus 40 años de edad, le detuvo.

— ¿pariente de Katou Haru? -preguntó-

— soy yo, hablé -exigió-

— lo que el joven Katou tiene es un desgaste físico ¿ha estado mucho tiempo trabajando? ¿Sin comer bien? ¿Dormir bien? Eso causa el sangrando y que el cuerpo se canse mucho -explicó- tiene que descansar lo más que pueda, y tomar vitaminas con su comida, tiene que ser comida saludable ¿oyó? -riño un poco-

— yo me encargaré de todo, gracias -extendió su mano y el doctor la acepto para estrecharla- ahora ¿cuanto?

— ¿disculpe? -preguntó confundido-

— por haber atendido a Haru -prosiguió- ¿cuánto dinero quiere?

El doctor abrió sus ojos como plato, pero miró hacia los lados antes de decirle una cifra de 6,000 dólares. Que según Daisuke era poco, pero hizo a su AI transferir el dinero pedido a la cuenta bancaria del doctor. Aunque no le iba a dar nada por haberse tardado para gusto de Kambe, pero le atendió que era lo que importaba.

Fue a la habitación que el doctor le dijo, claro que una en mejores condiciones que las demás por petición suya. Abrió la puerta y se adentró para ver a un pálido Haru con una IV en su mano. Se sentó a un lado y se atrevió a tomarle de la mano para sentir la calidez que emanaba esta.

— yo te cuidaré Haru -murmuro y se acercó para dejar un casto beso sobre la frente del contrario-

Con eso un día más paso antes de que Haru despertara y le dieran el alta. Daisuke no se despego a menos que fuera para ir a su casa a ducharse y comprar comida para el mismo. Haru recuerda que al despertar lo primero que vio fue a Kambe, cerca de la ventana -abierta un poco- mientras sostenía un cigarro en sus dedos y dejaba salir humo por sus finos labios.

Eso explicaba el porqué Kambe le estaba acompañando fuera del hospital y ofreció llevarlo en su auto que sin mal no recuerda costaba más de una millonada. Pero esa es otra historia para después.

— gracias Kambe -dijo y sonrió tímidamente sin esperarse el que Daisuke le agarrara del mentón y plantara un beso sobre sus labios- ¡¿q-Qué haces?! -gritó exasperado con su rostro ardiendo-

— ¿no es obvio? Te di un beso -dijo cómo si nada con su rostro serio y enarco una ceja mientras seguía conduciendo- yo te protegeré, ahora solo tienes que descansar Haru

Haru quería tirarse hacia la acera con el auto en movimiento para salir de este embarazoso momento ¿Cómo se atrevió a besarle? ¡Y encima un hombre!