💸 Capítulo 3 💸

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Una semana pasó de lo sucedido, y Kambe le seguía para todas partes, si antes pensaba que era peor, ahora lo es mucho más. Cuando va a al baño, Kambe le espera frente a los lavabos y cada cuánto le preguntaba si estaba bien ¿Quién puede utilizar el baño así? Las ganas de hacer lo que fuera se le iban.

Kambe le seguía a casa, y esperaba hasta que Haru estuviera dentro de su apartamento para el irse. Era consiente del manojo de nervios que sentía en su estómago, los latidos erráticos y el calentó en su rostro y orejas. Pero todos esos síntomas, los desechaba hacia un lado.

Frente a su apartamento habían ocasiones en las que encontraba cajas de marcas de restaurantes caros con comida adentro. Y no olvidemos que en cada comida había una nota de recordatorio para que tomara sus vitaminas junto con un "Espero que duermas bien" o "buenas noches" ¿Qué pretendía con todo esto? Muchas veces se preguntó y aún se pregunta.

Cuando llegó a la oficina fue directo hacia la sala de estar o el break room que se encontraba a un lado de todas las mesas de trabajo. Tomó asiento en el sillón y alargó su mano a la mesa del medio, donde agarró una galleta y se la comió. Mahoro Saeki, su compañera de pelo rosa, tomó asiento a su lado y le ofreció una tasa de café; la cual aceptó y agradeció.

— trabajas mucho, Katou -mencionó ella y la vio sonreír- veo que has mejorado -se echo hacia atrás y Haru enarco una ceja confundido- desde que llegaste aquí por tu transferencia, estabas tenso, pero gracias a Kambe, te ves más relajado

Katou no sabía si el azúcar le había afectado a Mahoro de tanto que lo consume, pero algo de verdad tenían las palabras que dijo. Le sonrió a ella y luego ella se la devolvió antes de ofrecerle otra galleta que Haru acepto rápidamente.

— vamos vamos ¿Cómo es que no consigues hablar con otras chicas si con Saeki-chan lo haces muy bien? -preguntó Kamei cuando se sentó frente a ellos con su tasa de café-

— no todos somos unos galantes como tú -la ceja izquierda de Haru se torció un poco ante lo que insinúo su compañero-

¡Oh! Cuando giró su cabeza hacia un lado, sus ojos conectaron con unos azules oscuros como la noche, que lo dejaron sin habla. La mirada ensombrecida de Kambe estaba dirigida hacia ellos, en especial a Saeki y Haru que estaban bien juntitos.

Su jefe, Yukihiro, hizo entrada a la oficina y Haru sintió el aire volver a sus pulmones al no tener la intensa mirada acusatoria de Kambe sobre él. El jefe sonrió y aceptó la tasa de café que le tendió Nakamoto antes de sentarse en su silla.

— tenemos trabajo, uno de infiltración -mencionó-

— si es de infiltración, ¿por qué la primera división no lo coge? -preguntó Kamei algo frustrado-

— ellos no lo querían y nos lo pasaron a nosotros -comentó su jefe y un silencio sepulcral invadió la atmósfera ahí, Yukihiro se aclaró la garganta para proseguir- Katou, serás el infiltrado, junto con Kamei y Kambe -soltó y les entregó unos papeles con datos recogidos de la investigación-

— ¿mafia? -Kambe preguntó-

— sí, te harás pasar de comprador y averigua todo lo que puedas -el jefe le sonrió- Kamei de mesero y Katou como acompañante. Averigüen por su cuenta todo lo que puedan

Katou iba a protestar, pero lo aceptó. Salvaría muchas vidas ayudando de alguna manera. Sintió la mirada intensa de Kambe y eso lo enervó ¿ahora qué le pasa? Se preguntó.

— tengan mucho cuidado -dijo Nakamoto- es gente muy peligrosa de la mafia, pueda que haya políticos involucrados -prosiguió con expedienté en mano- los tres tienen que identificar si hay alguno de estos hombres ahí -les mostró algunas fotos con nombres y apodos- y por consiguiente capturar al líder que se hace llamar la serpiente de tres cabezas

— ¿también tenemos que capturar a los hombres que identifiquemos? -preguntó Katou a lo que su jefe, Yukihiro, asintió-

— no te preocupes, habrán muchos guardias camuflados en el área para asistirlos a ustedes por si se presenta una situación

Así la reunión siguió, todos haciendo preguntas respecto al caso y coordinando planes por si las cosas no salen como se esperan. Katou se marchó junto con los otros dos, y se montaron en el auto de Kamei para investigar los alrededores del edifico donde se supone que se adentraran.

No pasaron desapercibido el intercambio de drogas y dinero que hizo un hombre joven  con diferentes víctimas o consumidores frente a un hotel de cinco estrellas y un restaurante caro. Entre ellos habían modelos, actores e incluso una persona de interés en la política.

Pasaron las horas, y cada uno se fue a su casa para mentalizarse a lo que venía. Aclaró que Kambe estaba más que emocionado por ir de infiltrado. Tres días más pasaron en lo que los tres habían recolectado más información para estar seguros antes de adentrarse. Haru recibió un mensaje de Kamei para dejarle saber cuando le buscaría y a que hora.

Katou rechazó el gesto, quería caminar hasta allí, así no sospecharían. Se sentía seguro pensado de esa manera. Se duchó y cepilló sus dientes. Desenredo y peino sus cabellos para algo más presentable.

Vistió unos pantalones largos hasta los tobillos -ajustados- de color azul oscuro y una t-shirt de color rojo pastel -que le quedaba un poco holgada, haciéndole mostrar un poco sus clavículas y hombros dependiendo en qué lado la camisa se deslice-para terminar con unas tenis blancas y rayas rojas.

Sonrió un poco y se marchó de su apartamento hacia el lugar de encuentro.

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