Miradas desconfiadas.
¿Han llegado a pisar Londres en pleno otoño?
Es hermoso, se siente un clima ni muy frío ni con demasiado calor, la brisa es fresca y arrastra las hojas naranja por el asfalto y los autos andan en su camino muy tranquilamente, las lluvias suelen ser presentes cuando va cayendo la noche por lo que mirar como las calles de Londres amanecen húmedas mientras caminas y sientes el olor exquisito de la tierra húmeda del parque es una sensación mágica.
Sin embargo aunque yo lo puedo vivir en este momento, mi cabeza no para de dar vueltas una y otra vez. Siento que mi vida es un caos total incluso más grande que cuando ingresé a esto con todos los chicos, me siento extraña y muy fuera de lugar.
Scott me guía con su mano por las calles de la ciudad mientras busca el callejón por el que había acordado encontrarse con Sam, nos estaban esperando para viajar... Pero yo no quería, yo necesitaba ir a ver a Elliot, él me metió en esto al darme el collar y lo justo es que me diga por qué me lo dio, pero es imposible entrar ahí sola, se que no me haría daño pero Scott nunca me dejaría entrar sola allí.
Creo que eso me alegra en cierto modo, eso significa que le importo aún ¿no?
No es que ayude demasiado, Annie una vez estuvo intentando volver a EE.UU por todo un año pero Scott no la dejaba, sabía que si ella volvía su mundo se iba a derrumbar al ver a sus padres y Annie en ese estado es muy peligrosa. Scott nos protege a todos.
Miré a Scott y este tenía bajos sus ojos enormes bolsas negras, algunos rasguños y cicatrices se marcaban al rededor de su mandíbula y cuello pero lo hacía lucir rudo y peligroso... Creo que tengo un fetiche por los chicos malos.
Annie me saltó encima haciendo que saliera de mi trance en donde admiraba a Scott y a sus perfectos pómulos.
—¡Mierda Margaery! No te imaginas lo mucho que estuve preocupada desde que te fuiste - habló exaltada y yo sonreí - ¡¿de qué te ríes perra?!
—Deja de gritar - ordené y ella se calmó - estoy bien, no sucedió nada.
—Lo cual es bastante extraño - habló Scott mientras miraba a Sam quien estaba apoyado en una esquina del callejón, este asintió y volvió adentro del lúgubre sitio.
Todos caminamos y al entrar al callejón me encontré con la camioneta de los trabajos y unas cuantas carpas armadas, solté un suspiro, por culpa de todo este desastre no he podido dormir bien.
Caminé deseosa de entrar a la carpa y dormir como 4 días seguidos pero esas ganas desesperadas desaparecieron cuando vi a Barbie salir de ella, se me había olvidado que ella aún existe.
Gisselle ya no estaba vestida como la habíamos dejado Scott y yo hace 3 días, ella llevaba una chaqueta negra con una camisa blanca debajo de esta, su cabello estaba caoba era brillante y sedoso y lo lacio que tenía cuando estaba con el jefe desapareció para darle forma a su cabello con ondas alborotadas, la muy maldita estaba bella con su pantalón y zapatos converse clásicos.
Un momento...
¡¿Zapatos converse clásicos?!
¡Esos son mis zapatos!
La ira contenida en mi salió disparada al igual que yo para arremeter contra esa muñequita de caja pasada de moda.
—Hey gata fiera, controla tu impulso - me detuvo con un brazo Patrick y su mirada fría e implacable.
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Sangre real (Subiendo) ♡
General Fiction¿Qué pasa si te enteras de que todo lo que eras en realidad nunca lo fuiste? ¿Y si todo era parte una gran mentira? La valentía puede ser signo de miedo, el miedo puede ser signo de desconfianza y la desconfianza puede ser signo de traición. Hasta...