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Reuniones ilícitas

La enorme Mansión del jefe apareció tras la ventanilla cerrada del auto junto a sus grandes jardines que se extendían a lo largo y ancho del campo de golf frente a la casa, grandes camionetas negras más impresionantes que la que Scott conducía estaban estacionadas en el medio del jardín sobre el césped verde brilloso recién podado. No me quiero ni imaginar la gran molestia que deben estar sintiendo los empleados al ver como su trabajo era dañado por las ruedas de camiones monstruos, yo justo haría un reclamo al jefe para que sus perritos falderos aprendieran en donde estacionarse sin tener que arruinar mi labor, claramente no ganaría nada con eso, pero al menos plantaría una queja significativa.

The Paradise  era como el jefe le decía a su hogar/escondite, decía que una vez que pisabas ese sitio era como entrar en el reino de los cielos, solo que en la tierra y en Londres, obvio. Admito que cuando vine aquí por primera vez pensé que me habían traído de sorpresa a Neverland y no lo sabía, sabes, la enorme casa que tenía Michael Jackson, pero no estaba en Neverland. La casa probablemente cubría lo mismo que la mansión del Rey del Pop pero eran totalmente diferentes, empezando por que Neverland tiene parques mecánicos, mini zoológicos, piscina y todo tipo de recreaciones para niños. En The Paradise solamente habían piscinas y la gran mansión que al entrar te sentías más intimidada por su tamaño que a salvo, a pesar de que parecía una fortaleza por la cantidad de guardias que cubrían cada centímetro del sitio.

Aquí vivía nada más ni nada menos que el aterrador Elliot James, nuestro jefe de trabajos. Un antiguo guardia real retirado del Palacio Azul de una pequeña nación aquí mismo en Europa llamada Cambrils, mejor conocida como La isla de las estrellas azules. Abandonó el país y su puesto de Guardia al mando del Rey William cuando un ataque sorpresa de los enemigos de la corona ocurrió hace veinte años atrás, a mi punto de vista no era tan valiente como todos dicen que lo fue pues salió huyendo de una batalla. Claramente no dejó el país con los bolsillos vacíos, al ser la mano derecha del Rey le robó una cantidad de joyas considerables pertenecientes a la difunta Reina Alice y se fue al exilio.

Nos contrató como "mercenarios" para liberarnos de todos sus enemigos, pero al final terminamos siendo unos ladrones de grandes ligas si se puede explicar de esa forma y era realmente estupido si pensaba que llegaríamos a ser eso, aún más viendo nuestro aspecto tan joven y poco intimidante, es decir ¿en verdad pensaba que Sam sería un mercenario? Se le notan sus diecisiete años a leguas e incluso una vez cuando salimos, una niña pensó que el chico tenía catorce, todo un niño.

— El jefe se compró una nueva Barbie - anunció Patrick desde el copiloto.

Las Barbies son las chicas del jefe, apodada así por él mismo y no porque fueran exactamente como esas preciosas muñecas ya que muchas de ellas eran desagradables de ver y muy poco agraciadas,  aunque esos son los gustos del jefe, eran llamadas así porque simplemente eran juguetes con los que él pasaba el rato. Su esposa Angelique James estaba al tanto de los juegos sexuales que cometía su marido con las mujeres, pero no parecía darle importancia, sabía la clase de hombre que tenía por lo que sólo se quedaba tranquila con su dinero y su única hija con nuestros jefe. Eso era un matrimonio unido solo por dinero, poder y la pequeña Jessica James, la adoración de nuestro jefe.

Todos nos asomamos a ver por el vidrio y, en definitiva allí estaba. Para nuestra sorpresa era una chica bastante simpática, largo cabello caoba cayendo por su espalda, de piel blanca y un cuerpo envidiable, sobre todo por sus curvas. Tenía las manos detrás de su espalda mientras fingía una sonrisa al dejarse tocar por Elliot que se la comía con la mirada mientras acariciaba su brazo con mala intención y perversión.

Sangre real (Subiendo) ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora