Adivina quien volvió UwU
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Hoy, esta noche.
No se cuanto tiempo pasó para que todo estuviera preparado, sentía nervios y pánico cada vez que dábamos un paso más cerca al palacio azul, el que fue en algún momento mi hogar.
Pero ya no lo era.
El césped bien cortado y cuidado ahora solo estaba de un tamaño descomunal y reseco, el lago que quedaba cerca de allí en donde George y yo jugábamos de niños había desaparecido, estaba completamente seco, los árboles decorativos no existían más ahora quedaban esqueletos de madera seca sin una hoja en ellos, incluso que antes el palacio azul como es conocido su pintura azulada con destellos de azul rey que cobraba vida y relevancia en las noches ya no era así, no era si quiera azul, era de un blanco pálido y casi sucio.
Se me retorció el estomago al ver todo el trabajo y el legado de la familia Adair reducirse a esto. Si es cierto que desde la muerte de nuestros padres todo había empeorado, las familias fuera del castillo lo dejaron muy en claro, me es horripilante tener que ver algo que añore con mi corazón completamente destruido.
Las estrellas que daban luz a la noche junto con la luna era lo único que no me debilitaba, es bueno que a pesar de tanta tristeza y rencor, el cielo estuviera aún con su matiz característico.
George caminaba a mi lado detallándolo todo igual, estaba nervioso pero con una semi sonrisa escondida en sus labios. Enganche mi brazo entre el suyo y apoye mi cabeza en su hombro, buscando de alguna manera brindarle algo de reconforte. Scott iba callado más adelante, no había tenido tiempo de hablar a solas con él desde hacía un tiempo atrás, podría decir que lo echaba de menos en una forma extraña pero tampoco me parece buena idea que me acercara. A su lado Patrick caminaba con su mano derecha tomando la izquierda detrás de su espalda, no lograba verle de frente pero en definitiva marcaba presencia con su caminar, había algo en él que no me inspiraba confianza.
—Annais estuvo diciendo que este lugar no parecía un palacio – una voz interrumpió mis pensamientos, era Sam – yo solo te miré a ti y pensé: "si parece un palacio, ahora que su princesa a vuelto".
Agradecí que el tono escarlata de mis mejillas no se notara debido a la noche, Sam era todo un fanfarrón pero encantador.
—¡¿Te gustó su labia Gigi?! – gritó Annie de fondo – se la enseñé yo, porque es tan estupido que no sabe hablar...
—¡Oh! – empezó a reír Sam a mi lado sobre-exageradamente – ¡Annie, que buen chiste eh! ¡No es para nada tonto! ¡Que graciosa eres! ¡¿No te parece divertida Gisselle?! ¡Mi hermana es tan chistosa!
Yo reprimí una risa. Nunca me cansaría de ellos, la verdad es que saben como distraerme en momentos tensos, como este. George soltó una carcajada divertida al oír semejante ocurrencia y volteó a mirarme.
—¿Este es el idiota que te pretendía? Menos mal volví – comentó, a lo que Sam respondió con una mueca de ofendido.
—¡Perdón por ser un hombre enamorado de una princesa! ¡¿En donde has visto que pase?!
—Tengo una lista de películas de Disney que responderían esa pregunta – se oyó a lo lejos Annie mientras se aproximaba a toda prisa para alcanzarnos el paso.
Todos reímos un momento pero luego la risa murió, para que continuamos con nuestra caminata silenciosa y desconfiada hacia la entrada principal del palacio azul. En ese momento mis ojos se aguaron al ver esa única cara conocida entre ese mar de congresistas y diplomáticos que nos esperaban en la entrada.
Intenté contenerme, pero mis pies se me adelantaron al correr hacia esa persona, que no solo me recibió de brazos abiertos, sino que con una sonrisa cálida y un perfume masculino de aire señorial.
—Camillo – pronuncié en mi mejor manera de hablar italiano – che gioia è vederti.
Camillo me soltó y posó sus manos en mis mejillas, sus ojos verdosos ya tenían arrugas pronunciadas y brillaban con tanto amor y dulzura al mirarme, casi lo sentí como si fuera mi padre.
—También es un gusto verte, Charlie – me respondió en nuestro idioma y procedió a alejarse para volver a su fila con todos los del parlamento.
George llegó a mi lado y a diferencia de mi, hizo un saludo militar con Camillo el cual este le devolvió, seguido de una reverencia. Su semblante era lleno de felicidad al verlo, pero al igual que el mío se volvió tenso para levantar la mirada con esos hombres utilizando el traje con el broche de la Estrella en sus uniforme.
Ya no significaba lo mismo desde la muerte de nuestro padre.
—Príncipe George Adair, hijo del Rey William y la Reina Alice Adair, Heredero al trono de Cambrils – anunció uno de los diplomáticos, a lo que todos respondieron con un saludo militar al unísono.
Sus ojos se posaron en mi, espere que me anunciaran, muy en el fondo tenía la esperanza de que estos hombre no hubieran caído en las garras de Margaery como todos los demás, pero eso era pedir demasiado. No me reconocieron.
Entonces lo noté, bajo cese uniforme tallado decorado con colores azules y blancos con detalles dorados, representando los colores de la nación a la que traicionó y secuestró a su princesa. Pude sentir como el agarre de George se intensificó en mi brazo, buscaba protegerme pero esos ojos se deleitaban con solo posarse 5 segundos en mi.
Elliot James lo había logrado. Se había colado en el parlamento, con su "Charlotte Adair" que no era más que una impostora.
Los hombres nos dieron la espalda y emprendieron su camino hacia dentro en la oscuridad del palacio, nosotros los seguimos pero Elliot James se quedó de pie a las afueras del palacio. Sus intenciones eran claras, tanto que Scott se aproximó a él, intercambiaron palabras y prosiguieron a entrar.
Esta reunión sería un caos total, lo presentía.
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Wenas gente bonita <3
El capítulo 30 será el último y tengo miedo xdEl epílogo está listo 👀 y ustedes??
Att; una chica aterrada a punto de entrar a la boca del lobo.
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Sangre real (Subiendo) ♡
Ficción General¿Qué pasa si te enteras de que todo lo que eras en realidad nunca lo fuiste? ¿Y si todo era parte una gran mentira? La valentía puede ser signo de miedo, el miedo puede ser signo de desconfianza y la desconfianza puede ser signo de traición. Hasta...