Sangre real (Subiendo) ♡

27 Scott

Y... ya salió el capítulo 1 de un bosque para ángeles ❤️ vayan a darle amor...

(Me acabo de dar de cuenta de que voy a extrañar mucho escribir este libro)

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Patrick tenía una mirada distante, como si estuviera físicamente aquí pero su mente en otro sitio.

Luego de planificar lo que haríamos el día siguiente para el encuentro con Elliot, no volvió a mencionar ninguna palabra. No era alarmante, considerando que en la banda era el más callado y misterioso, era un soldado al que se le daba una orden y él la seguía sin rechistar, era un deber. Sin embargo, ahora nos miraba a todos a duras penas, no participaba a menos de que se le pidiera información que aún no se sabía y era muy concreto al darla, se ganó miradas de desconfianza pero yo la verdad no tenía cabeza para saber si había algo extraño o no.

Todos estaban dormidos ya, en una habitación las chicas, y en otra estaban los hombres... Si, era una habitación que contenía a un príncipe, un hacker, un asesino y ahora que Patrick había vuelto, resulta que también contenía a un espía. A demás de que ahora había desconfianza entre todos los anterior mencionados, dormir allí no era algo que me apeteciera, por lo que Patrick y yo decidimos quedarnos en la sala mientras admirábamos el precioso paisaje que nos mostraba Cambrils a través de la ventana de la sala.

Patrick sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarrillos y extrajo uno de él, el encendedor estaba en el otro bolsillo y empezó a consumirlo mientras que el aire de la habitación empezaba a ponerse denso y la cortina de humo se extendía, el olor no me molestó, por el contrario de a lo que muchos les pasa no percibía el olor, supongo que perdí la capacidad de hacerlo luego de haber pasado gran parte de mi niñez con un padre que se consumía las cajas como si fuera un vaso de agua.

Ninguno de los dos dijo nada.

Quería preguntarle tantas cosas, relacionadas con Elliot y hasta de Margaery pero las palabras no salían de mi boca, apenas ahora luego de haberla visto me di cuenta de todos los errores que había cometido en el año que pasó, como le hice sentir que la dejé de lado por otra chica cuando no era si, como le di más importancia a una desconocida que a mi propia novia, como permití que Elliot se la llevara y le mintiera... Hice tantas cosas mal, no me sorprende que la mantengan alejada de mi, es lo que me he ganado por haber sido el patán más grande que ha existido en el mundo.

—Avísame si te vas a quedar allí viendo la luna toda la noche, a ver si me encierro a dormir – habló Patrick interrumpiendo el silencio.

Sonreí de lado, apoyé los codos de mis rodillas obligando a mi cuerpo inclinarse hacia adelante mientras miraba el sucio de mis zapatos.

—Me gusta pensar antes de dormir.

—Claro, recuerdo que antes de cada trabajo tú y Margaery pensaban mucho, toda la noche – comentó pícaro, yo reí de nuevo – claro que ahora ella piensa con otra persona – dijo y acercó el cigarrillo de nuevo a su boca para darle otra calada.

No dije nada, ni hice sonido alguno. Escuchar que Margaery se había vuelto a enamorar no era algo que no supiera, pero definitivamente no estaba listo para escucharlo de otra voz que no fueran mis pensamientos.

—¿Es feliz? – fue lo único que pude preguntar sobre el tema.

—No se si "feliz" sea la palabra, ha cambiado... Su concepto de la felicidad es diferente desde que estuvo con nosotros – fue lo que respondió y fijó su mirada en la ventana.

—¿Cuál es ahora?

Él pensó por un momento, dudando si decirme o no y entonces lo supe, Patrick sabía más de lo que admitía y eso era un enorme problema para todos nosotros... Si Patrick cambiaba de bandos, las cosas saldrían muy mal para nosotros.

—Elliot la tiene embriagada de la idea de ser princesa – dijo.

—¿Y esa es su felicidad?

—No exactamente, simplemente es su carta +4 en el juego de su vida – desechó el cigarrillo lanzándolo por la ventana y sacó otro – y usará esa carta con quien deba hacerlo.

—Comparas su vida con un juego de UNO – le reprendí y él solo rió.

—No hay mejor forma de expresarlo – se limitó a decir dejando su cuerpo caer en el respaldo de su silla, sus ojos cerrados y exhalando el humo por su boca.

Entonces Margaery tiene un truco, algo que usará contra quien se entrometa en su camino, pero había algo que no encajaba del todo, los únicos que estábamos entre ella con Elliot y el trono de Cambrils era Gisselle y George... Entonces ¿a qué se refería Patrick con que usaría su carta con quien deba hacerlo? Todos sabemos que el mayor desagrado de la princesa ilegítima era La princesa legítima, Gisselle... Pero ella no tenía nada en contra de George, de hecho ese siempre fue su príncipe azul desde niña... ¿Lo atacaría a él incluso?

—¿Ella sabe que yo soy...?

—¿Hijo de su secuestrador? – completó mi pregunta Patrick con una sonrisa – Elliot no le ha dicho nada, y yo no quiero estar envuelto en chismes así que no, no creo que lo sepa.

Entonces esa era la clave... Tal vez si se enterara por nosotros que Elliot la usa solo para llegar al trono pueda salir de esa mentira, tal vez sea una oportunidad de acabar con el verdadero enemigo en todo esto, que no fue más que Elliot James y sus manipulaciones.

Sabía que ganaría su odio, Margaery no me perdonará que le haya ocultado tantas cosas tanto de su vida como de la mía, pero no hay otra opción, era un plan arriesgado y lo haría solo, en ese encuentro con Margaery las verdades saldrán a la luz, empezando por la mía.

—Patrick – le llamé y él volteó a verme – ¿hay algo más que deba saber?

Patrick volvió a pensarlo unos minutos, su silencio me era preocupante porque no quería pensar en él como un traidor.

Finalmente respondió:

—Ten cuidado, Gisselle también.

—¿Por qué?

De nuevo un silencio, esta vez cargado de tensión pero que duró menos que el anterior.

—Porque Margaery va con más que palabras, sus objetivos son precisos y sabe lo que quiere... Y quien se atreva a interponerse será quien necesite refuerzo.

Me sentí confundido por un momento.

—Significa que... – dejé la palabra en el aire solo para que Patrick la continuara.

—Que tu y Gisselle deben tener refuerzos.

Y no hubo más.

Patrick se levantó de la silla en la que estaba y caminó de vuelta a la habitación en donde dormiríamos,  sus pisadas eran cansadas y su espalda encorvada.

Yo solo me quedé allí, mirando al frente con dudas, analizando mis opciones de lo que fuera a ocurrir en las próximas 24 horas... Y por primera vez, con miedo de en lo que Margaery se había convertido.

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