Capítulo 10

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Levar Rogers era mi razón de crecer. Creía firmemente en mis decisiones y metas, pero todo lo hice por él. Me sentía como un niño perdido al que no tomaban en serio cuando le decía que lo amaba. Me sentía atrapado en medio de toda su existencia. Cuando tomaba asiento y miraba los alrededores, podía verlo todo, en silencio analizaba. Me gustaba cuando me esperaba al finalizar el entrenamiento, la manera en la que se volvía caprichoso y cuando me miraba, me sentía envuelto en su amor, en su duda y en su miseria.

Uno solo.

Scott Sky era mi razón de mirar tanto el calendario en mi habitación. Creía firmemente en mis caprichos, en mi ambición y futuro asegurado, pero lo tiré a la borda por él. Me sentía como la piedra en su camino, como alguien que lo monopolizaría. Me gustaba cuando cocinaba para mí, cuando me miraba por encima de todos y analizaba conmigo en silencio.

Uno solo.

*

Scott es bueno para lo que hace, se destaca para ser jugador, se destaca para ser abogado, se destaca para ser el centro.

Levar esconde su cabeza entre sus rodillas, mientras desliza su espalda por la pared del edificio trasero. Le duele la cabeza, la boca de tanto sonreír, el corazón de tanto querer y definitivamente la nariz sangrando por culpa de dos compañeros de equipo de Scott, quienes le habían dado tremendo derechazo diciendo algo como: "No contamines a Scott con tu homosexualidad" como si fuera contagioso.

Es un poco complicada la situación, pero de tan solo pensar que Scott se le va a ir dentro de un par de días... merece cualquier cosa para que no se rompa la burbuja que ambos han creado en el último mes. Scott lo merece todo, incluida una protección o-

—Si no me das las quejas, al menos a mí. No podría interceder —dice la voz de Matthew, el perfume del hombre llega hasta las fosas nasales de Levar, quien no levanta la cabeza en ningún momento, simplemente se mantiene en aquella posición.

—A ti que te valga mierda.

—Puede ser que tenga sentimientos hacia ti, pero también necesito ver como un profesor. No puedo permitir que el acoso ocurra entre mis alumnos, estamos en la universidad, no en-

—Dime quién te hizo eso y punto final. —dicta otra voz, la de Franco. Esta vez, Levar sí alza la mirada y se encuentra con ambos profesores, uno al lado del otro.

—Dos miembros del equipo de fútbol americano. Sin embargo, no necesito que ninguno de ustedes interceda en lo que no deben de interceder. Bien si lo vieron, pueden olvidarlo e irse directo a la mierda... pero quiero una hamburguesa antes.

Matthew trata, arduamente, de no sonreír ante aquella caprichosa situación. Levar realmente cree que todos necesitan complacer a sus caprichos cuando lo desee, y en cierta parte, él le complacería en todos y cada uno de ellos. Era cuestión de tiempo antes de que Scott se marchara.

Franco observa sus uñas manchadas de pintura y tiene un pensamiento leve, en donde se dice a sí mismo "Yo sólo complacería caprichos de Rin" y es por ese mismo pensamiento, que se ofrece a comprar la hamburguesa, de esa forma no se sentiría una escoria.

—Scott es masoquista, le he pillado —murmura Franco ante Levar y suspira—. Iré por tu hamburguesa.
*

Cuando se finaliza la jornada de estudio. Levar sale de la biblioteca, algo cansado de la vista por haber leído tanto libros de leyes y una que otra historia. Se coloca sus gafas de pasta cuadrada y guinda su mochila sobre su hombro, se coloca su abrigo y se despide la bibliotecaria con un tono de voz bastante ronco.

Cuando sale, el frío viento le hace detenerse y frotar sus manos con fuerza. Observa los alrededores y parece que hay varias personas, todos lucen acompañados... menos una persona. Es esa sola persona que levanta ambas manos, mostrando dos bebidas humeantes y una sonrisa que deja a la vista dientes blancos.

El arte de tu recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora