Capítulo 12

143 21 61
                                    




Londres

—¿Por qué crees que ustedes dos no tuvieron la madurez suficiente en ese entonces? —cuestiona Candace, quien come al lado de Scott. Ambos se observan un poco, mientras terminan un rico plato en carbohidratos.

—Hay cosas que uno no puede llegar a explicar nunca. Ambos sabíamos que no podíamos estar juntos en ese entonces. Es por eso, que no le veo como algo inmaduro —Scott asiente y observa el paisaje de la ciudad Londinense bajo sus ojos—. Cuando conoces a alguien y te enamoras... verás, no me siento cómodo hablando de esto. Han pasado muchos años desde entonces.

—Pero ustedes dos siguen hablando, no tanto como antes —la rubia comenta, antes de observar su anillo de matrimonio, que reluce bajo la luz de la luna, el de ella y el de Scott, con grabados detallados de raíces.

—Eres magnifica.

—Pero soy efímera —ella murmura, antes de tomar algo de vino. La mirada azulada de Scott viaja hasta la chica, quien se inclina para besarle los labios—. Todos estos años, he sido una mujer feliz a tu lado, eres un esposo increíble y me has dado a mi primer hijo también.

El ambiente es cómodo, tratándose de un matrimonio cenando en la terraza de una gran casa compartida, gracias a la profesión de ambos. El éxitoso y famoso Scott Sky, jugador profesional de las grandes ligas del futtbol americano y Candace Garrington, quien es la encargada de su cadena de hoteles.

—Pero, quieres divorciarte y no comprendo la razón —Scott termina de hablar por ella y esta asiente levemente, mientras suspira con un profundo dolor en el pecho.

—Es solo que... no te hago tan feliz como podrías estar al lado de otra persona y lo sé más que nadie en el mundo.

—Me haces feliz, Candace... no puedes supone algo, sin tener bases en lo que dices. El tema de Levar se ha desvanecido con el paso de los años, eres mi mujer ahora, él tiene su propia vida y un hijo también.

—Eres como un niño, a veces —ella niega algo frustrada, toma la mano de Scott, interrumpiendo la comida—, ¿Con quién quieres morir? Es un poco doloroso saber que solo estás estableciendo las bases en tu vida ahora mismo, pero, apuesto a que si lo ves a él, volverás a recordar todo.

—Es solo un recuerdo —niega algo mal y su pecho inicia a ejercer presión cuando recuerda un poco de todo.

La vida simplemente sigue, los recuerdos se esfuman o dan vueltas por la cabeza. Aún lo amaba, Scott imaginaba envejecer al lado de Levar Rogers y de nadie más. Claro que la llegada de su hijo cambió mucho el tiempo o planes ya hechos, también lo hizo Candace, su mujer.

—Ambos nos casamos por nuestros padres, sabiendo que era lo mejor para nuestras familias o apellidos —comenta—, pero me enamoré de ti y la vida a ido cuesta arriba. Pero conozco a Scott Sky demasiado y sé que yo no estoy en el futuro. Sí como amiga, como madre de nuestro hijo, pero no como el amor de tu vida.

Era duro la mayor parte del tiempo, porque Scott se pregunta si está bien disfrutar de ese momento, aún cuando llega en las noches a casa, luego de un partido o entrenamiento y le recibe aquella mujer tan perfecta, aún cuando evita pensar en Levar.

Es un tema sin sentido. Estableciendo las bases en su vida, con Candace a su lado, es muy difícil quiere dejarla para ir con Levar, siente que no es justo ni para ella, ni para el niños. Es ella quien ha estado a su lado mientras asciende, no Levar. Es ella quien estuvo en los momentos difíciles, no Levar, es ella otro tipo de arte.

—Cariño... —Scott aprieta su mano y ella suspira, antes de hacer un ademán.

—El problema en el que más pienso es que... nuestro hijo quiere quedarse contigo. Es rebelde, ha pasado más tiempo a mi lado, pero el tema de separarnos no se lo piensa ni un poco para decir que estará contigo —suspira una madre traicionada y Scott ríe ante aquel tono.

El arte de tu recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora