Capítulo 2: Te conocí

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Meses después

Elsa

Han pasado un par de meses desde el accidente. Me distancié de Anna. Cambió la vida. Mi madre y mi padre han empezado a decirme qué tengo que hacer para controlar mis poderes, han estado tratando de ayudarme. Es el principio del invierno aquí, el aire empieza a enfriarse y no siento frío.

Me tallo los ojos después de dormir. Abro los ojos y me encuentro con un pequeño libro hecho a mano al pie de mi cama con una nota. Me estiro para alcanzarlo y comienzo a leer.

~

Elsa, mi niña;
Este es un libro para que no te sientas sola, te ayudará con tus poderes tal vez. Espero que entiendas que todos somos iguales aunque tengamos diferentes habilidades. No eres la única en el mundo, la única con estos poderes. Espero te guste.
Con amor, Mamá.

~

Una vez que termino de leer la nota la dejo de lado al libro. Sonrío ligeramente con una sensación de calidez antes de acomodarme con el libro en mi regazo a leer el título:

"Jack Frost: El Niño Helado". 

La historia relata la vida de un chico de 21 años es casi el invierno mismo. Su piel es tan blanca como una tela, el cabello blanco y brillante como la luna y sus ojos de color azul plateado. 

No sabe qué ha pasado con su vida, no recuerda nada más que oscuridad y la luna ahuyentando la oscuridad para acunarlo. Estaba en el fondo de un lago y poco a poco, la luna lo salvó; se secó de inmediato y todo pareció bueno por primera vez en su vida, se asume que él nació allí. Sus poderes congelan, llevan nieve, viento y diversión. Sin embargo, al pasar por una aldea notó que nadie lo veía y lo atravesaban, se convirtió en una especie de susurro en la nieve que pocos escuchaban. Él se fue de la aldea, triste y deprimido, en busca de alguien que creyera en él y sus poderes, todo esto gracias a que la luna se lo susurró en un sueño. 

Cuando Jack lo entendió se comprometió a que cada invierno, sin importar el clima, haría que aunque sea un niño creyera en él; ellos eran la esperanza, haciendo que el invierno fuera algo de provecho. Y como un rayo de esperanza, un niño pudo creer en él porque su alma era especial y mágica. Él contó que lo veía aunque todos decían que estaba loco, pero él sabía la verdad. Creía en Jack Frost.

El invierno será mágico si crees en Jack Frost, pero solo las almas con un toque de magia, son lo suficientemente valientes para ver la verdad y disfrutar el invierno.

Al terminar de leer el libro, doy un suspiro enorme. Qué triste historia, pero es hermoso que ese chico nunca pierde la esperanza de que alguien crea en él. El invierno siempre ha sido mi época favorita del año, con o sin mis poderes, y ahora pienso que alguien ha influido en eso.  Me invade la sensación de que tal vez alguien se ha encargado de hacernos felices a mi hermana y a mí todos estos años. Y si... ¿Y si Jack Frost existe en realidad? ¿Qué tal si él me había estado ayudando todo este tiempo? Debe ser.

Por primera vez en mi vida, ya no me siento sola. Jack Frost me acompaña.

—¿Elsa?— escucho a alguien decir al otro lado de la puerta.

Me vuelvo hacia la puerta en cuanto unos toques se escuchan a través de ésta. Anna. No debo estar con ella, si no...

¿Y si hacemos un muñeco?— comienza a cantar. —Ven vamos a jugar— permanezco en silencio con la esperanza de que se vayaYa no te puedo ver jamás, hermana sal, parece que no estás— la veo asomarse por debajo de la puerta antes de irse.

Me congelas con tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora