Han pasado aproximadamente dos meses desde el baile de graduación de la preparatoria, me encontraba en mi habitación, tirada en mi cama, simplemente existiendo, escuchaba algo de música, nada ruidoso, solo para no perderme en la profundidad del silencio, hasta que un ruido me hizo sobresaltar y levantarme de golpe, era mi madre abriendo la puerta de mi habitación.
– Olivia, puedes bajar por el correo que ha llegado hoy, por favor – dijo mi madre asomándose por la puerta.
–Claro, mamá, bajo en cinco minutos – dije regresando a mi posición anterior en mi cama.
–Gracias, cariño – me sonrió – si hay correo para mí, lo dejas en la encimera de la cocina – me apuntó con su dedo índice.
–Si, mamá – asentí amablemente y ella salió de mi habitación cerrando la puerta.
Después de un pequeño debate con mi yo interior sobre si fuese buena idea ponernos de pie o no, finalmente logré despegar mi cuerpo de las frescas sabanas de mi cama y opte por hacer lo que mi madre me había pedido antes de que se molestará.
Bajé las escaleras pesadamente, camine por el corto pasillo, abrí la puerta y la luz del sol me hizo quedarme prácticamente ciega por unos segundos, hasta que mi vista se acostumbraba a la enorme cantidad de luz que había aquí afuera, al fin pude avanzar y llegar hasta el buzón, lo abrí y tomé algunas cuantas cartas que estaban ahí. Caminé hasta la casa lo mas pronto posible, el calor de Palm Springs era insoportable y más en estos días de verano.
Al entrar a la casa nuevamente, comencé a revisar la correspondencia, comencé a ver que todas eran para mi madre, hasta que la última carta me hizo quedarme inmóvil, helada de tan solo ver que venia mi nombre y la enviaba la Universidad de Stanford.
Sentí mi cuerpo tensarse, las manos me temblaban, mi respiración era entre cortada. Mi mente estaba en blanco, aun no podía procesar el hecho de que la respuesta más esperada de mi vida estaba frente a mis manos. Como pude subí las escaleras corriendo, entré a mi habitación y busqué mi celular.
Desbloqueé el celular y me fui directo a contactos, en marcación rápida yacía Sofia Wylie, mi mejor amiga de la vida, quien estaba esperando la carta ya que enviamos solicitud a las mismas universidades, pero nuestra prioridad era Stanford.
Presioné en llamar, coloqué mi celular en mi oído y comenzó a timbrar, esperaba ansiosa a que respondiera, hasta que después del tercer timbre ella respondió.
–¡Sofia! – grité apenas respondió la llamada – ¡Revisa rápido tu correspondencia! – grité de nuevo.
–Hola, mejor amiga, me encuentro muy bien, gracias por preguntar – dijo sarcásticamente.
–Sofia, ya me llegó la carta de Stanford – por unos segundos todo fue silencio.
–¿Qué? – dijo en un grito que casi me deja sorda.
–Revisa, rápido – la apuré.
–Ya voy – dijo ella, se escuchaba de fondo como corría, hasta que escuché la puerta de su casa abrir y cerrarse.
–Por favor dime que te llegó – moría de curiosidad, comencé a morder mis uñas como de costumbre.
–Amiga, llegó – gritó al fin.
–No la abras aun, yo no lo he hecho – dije nerviosa y ansiosa a la vez.
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ɪ ᴛʜɪɴᴋ ɪ ᴋɪɴᴅᴀ, ʏᴏᴜ ᴋɴᴏᴡ (ᴊᴏsʜᴜᴀ ʙᴀssᴇᴛᴛ)
FanfictionOlivia Manheim, después de ser aceptada en la universidad de sus sueños junto a sus mejores amigos, se adentra a la vida de una universitaria experimentando el amor, desamor y el amor propio.