Capítulo 31: El día.

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Se había llegado el día tan esperado para mi familia, hoy se casaba mi hermano, hoy unía su vida con Meg, que para mí siempre ha sido como una hermana mayor. Estaba tan feliz por ellos, sabía que ella era la chica indicada para él, los veía tan felices.

Me encontraba casi lista en mi habitación, Sofia había venido a ayudarme a arreglarme, a mamá la estaba arreglando mi tía, mientras todas nos arreglábamos, ningún chico se había hecho presente en ninguna de las habitaciones y con ningún chico me refería a Joshua y Milo.

Deje a Sofia arreglándose mientras salía en busca de mi hermano, caminé hasta la puerta de su habitación y toqué, no obtuve respuesta asique abrí aquella puerta lentamente. Pude ver a mi hermano acostado en su cama, con su pijama puesta mirando el techo.

–¿Wtf? Milo, levántate, te casas en 2 horas – me acerqué a él – no me digas que ya no te quieres casar – tape mi boca con mis manos asustada

–¿Y si me dice que no? – dijo sin mirarme - ¿y si me deja plantado?

– Milo, por Dios, no seas ridículo, levántate – dije tomando su mano

– Solo tengo miedo – me miró y yo me acosté a un lado de él, tome sus mejillas con ambas manos y le hable

– Ella te ama, es el amor de tu vida, se van a casar, serás feliz con la mujer de tus sueños, sabes que se aman ¿Qué esperas para ir por ella? – él sonrió

– Te amo, lo sabes, ¿cierto? – soltó una pequeña risa

– Lo sé y yo te amo a ti – nos dimos un abrazo y se puso de pie – va a bañarte – él se giró en camino al baño

– Por cierto, deberías seguir tu propio consejo – me miró y se marchó a tomar una ducha

Me quedé pensando en lo que acababa de decir, ¿seguir mi propio consejo? ¿a qué se refería? No tenía tiempo para descifrar los acertijos de Milo ahora, necesitaba ver qué pasaba con Jos y porque no había salido de la habitación ¿será que no me quiere ver?

Sali de la habitación de Milo y caminé hasta la de huéspedes que era donde se había quedado Joshua, toqué la puerta, pero no obtuve respuesta, insistí y nada. Me estaba comenzando a preocupar, así que decidí entrar.

Abrí la puerta esperando no interrumpir nada y al ver dentro de la habitación estaba Joshua dormido tranquilamente, me acerqué a él y me acosté. Comencé a acariciar su cabello, su mejilla, era tan tierno durmiendo, por un momento comencé a imaginar que lindo seria despertar todo los días a su lado. Su voz me saco de mis pensamiento.

– Que bonita forma de despertarme – dijo Joshua con su voz ronca

– Buenos días, Josh – dije sonriéndole

– Prefiero pasar toda la noche juntos y no solo despertar a tu lado, pero con eso es suficiente para alegrar mi día – sonreí como boba

– Vine a ver porque aún no salías, hasta que te vi dormido aun – ambos reímos

– Lo siento, tenía mucho sueño – acaricio mi mejilla

– Vamos Josh, hay que levantarnos y arreglarnos en 2 horas tenemos que ir a la boda – coloque mi mano sobre la suya que se encontraba posada sobre mi mejilla

– 5 minutos más – dijo tapándome con la sabana, me abrazó por la cintura y me pegó a él

Después de unos minutos decidimos levantarnos de la cama, él fue a ducharse y yo salí de la habitación.

...

Estábamos todas las chicas abajo y con todas me refiero a mis tías, primas, mama, Sofia y yo. Mis tías y primas se comenzaron a adelantar al lugar de la boda, nosotras esperaríamos a Milo y Joshua.

El primero en bajar fue Joshua, se veía tan guapo, llevaba un pantalón gris, que hacía juego con un saco del mismo tono y una camisa blanca, no era tan formal, pero aun así se veía guapísimo, se había esforzado en tratar de peinar su desordenado cabello, yo estaba perdida en él, viendo como bajaba las escaleras con la mirada agachada. Cuando levanto la mirada, sus ojos chocaron con los míos y se quedó ahí, solo viéndome.

– Te ves hermosa – dijo Josh mirándome, sin moverse, solo me miraba

– Gracias, Josh, tú te ves muy guapo – dije mientras mis mejillas ardían en un tono coral

Ninguno de los dos hacia nada solo nos mirábamos, era como si estuviéramos hipnotizados el uno por el otro.

Yo usaba un conjunto de pantalón y saco amarillo con pequeñas flores blancas, dejé mi cabello suelto, lo alisé un poco y usaba unos lindos aretes amarillos.

La boda seria por la tarde en la casa del lago que teníamos quedaba a unos 30 minutos de aquí.

Joshua y yo salimos de nuestro trance cuando Milo venia bajando de las escaleras y todas nuestras miradas se posaron en él.

sentí mis ojos cristalizarse, mi hermano se veía tan guapo, era algo inexplicable lo que sentía, era felicidad mezclada con tristeza ya que mi hermano no sería solo para mí, escuché a mi madre soltar un ligero sollozo al ver a mi hermano.

– Mi niño, te ves tan guapo – dijo mamá abrazándolo

– Gracias mamá, pero no estaría aquí si no fuese por la enana esa – hablo mi hermano me señalo con la mano

– Milo – dije con un hilo de voz

– No llores por favor, voy a llorar yo igual – dijo tomado mi mano y acercándome a ellos

–Prométeme que, aunque te vayas con Meg, nunca me olvidaras – lo miré – y que siempre seré yo tu pequeño monstruo

– Hey, aunque me casé, tenga hijos, tenga nietos, tenga todo, tu siempre serás mi pequeño monstruo y eso nada ni nadie lo cambiará – besó mi frente

– Bien, no lloremos más mis niños, tenemos una boda a la cual llegar – dijo mamá dándonos un beso a cada uno y comenzamos a alistar todo para irnos

...

Estacionábamos el auto, bajamos y Milo fue directo a la casa, mientras Joshua, Sofia y yo caminamos al patio, estaba todo decorado muy bonito, mamá había contratado a conocidos de ellos para decorar la casa del lago, se veía increíble.

Todo era justo como Milo me había dicho que quería que fuera, yo estaba feliz. 


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ɪ ᴛʜɪɴᴋ ɪ ᴋɪɴᴅᴀ, ʏᴏᴜ ᴋɴᴏᴡ (ᴊᴏsʜᴜᴀ ʙᴀssᴇᴛᴛ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora