Tiempo

318 23 23
                                    

No es de extrañar, pasó un largo período hasta que despertó Mikasa. Comenzaban a olvidarse de ella, pero como todo el mundo, no es que no se hayan acordado de su misma existencia, pero el suponer que estar en coma siete meses va a hacerla despertar de su largo sueño, era absurdo. Las esperanzas se acaban y tan sólo verla que yacia en la cama, con miles de tubos que mantenían su respiración, era una escena lamentable y nadie se atrevía a acercarse.

Armin. Oh, Armin, tuvo que enterarse de ese gran secreto en el peor de los momentos pero él también había salido de viaje, hace seis meses. Anteriormente visitaba mucho a la azabache, hablaba con ella, sin recibir respuestas e intentaba encajar todas las piezas del puzzle, descubrir porqué estaba haciendo eso. Pero no quería perjudicar a su amiga, pero, quizás se había confundido ¿No? Aunque, eso era una idea que no se podía mantener con nada, de igual forma, tenía que estar seguro que esa secretaria era Mikasa. Lo estaba, obviamente que lo estaba, no obstante, había pasado muy rápido, después de eso no pudo hablar con ella ya que sucedió el disparo.

Antes de viajar, habló con Levi, no le dijo exactamente lo sucedido pero le insinuó sus teorías. En ese tiempo, el azabache tampoco quería escuchar nada. Su hija aún no había aparecido, eso lo tenía tan atormentado. Todo se había vuelto oscuro. Tenía que estar al pendiente de que su mujer no haga nada malo, ni se lastime.

Petra, después de todo lo sucedido, accedió con avisar a la policía. Lo que ella predijo se hizo realidad, ninguno de la guardia civil encontró a su hija, habían pocos datos para mantener una búsqueda. Después de un mes se rindieron y dejaron el caso. La pobre pelinaranja quedó devastada. Según los médicos, comenzó a sufrir de depresión, eso era muy peligroso, sobretodo en su estado. Pues Petra estaba de nuevo embarazada, no se emocionó por la noticia, casi que la ignoró y seguía actuando como si no lo estuviese, sin cuidarse de ciertas cosas, actualmente tenía cinco meses de embarazo. Su vientre estaba hinchado, había dejado de sonreír desde enterarse de su estado, no hablaba y la falta de comunicación estaba afectado al azabache, quién no sabía que hacer con la chica así.

Levi salía de noche para evitar encontrarse con la pelinaranja. No le era infiel, para nada, pero a veces beber un poco de noche le sentaba bien. Si llegaba a casa y veía a la mujer sentada en el sillón, mirando a através de la ventana y con un mano en su vientre, estaba casi seguro que no aguantaría. Él también sufría, pero Petra estaba en un estado que no entendía ni veía por nadie, no le importaba nada. Eso estaba destruyéndolos a los dos.

En la empresa del Jeaguer todo se estaba yendo por mala dirección. Su tío Nicolás, al parecer había dejado de asistir a su trabajo y no le encontraba ni por casa, no contestaba las llamadas de teléfono de nadie y mucho menos los mensajes. Había desaparecido y al parecer no iba a volver en mucho tiempo. Todo eso tenía a Eren estresado, tenía que quedarse más tiempo en la empresa, casi no veía a sus hijos, había momentos en los que se olvidaba de Misaki y todo.

Las cosas se torcían para todo el mundo.

La ausencia de su padre, a Carla le estaba afectado, la pequeña estaba teniendo problemas en las clases y Daniel estaba siendo olvidado por todos. Su abuela hacía lo que podía por hacer sentí mejor a los niños pero la vida le dió un susto, ya que ahora reposaba en cama, estaba algo mayor, ahora ya no podía simplemente ayudar a los pequeños.

— ¿Va a venir papá?— murmuró la pequeña de los Jeaguer.

— No lo sé, cariño.— respondió Carla con sus ojos casi cayendo. Estaba enferma y siempre se encontraba cansada. — Ve a jugar con Dani, seguro que quiere estar contigo.

La menor salió de la habitación de su abuela y se dirigió hasta la sala. Ahí estaba su medio hermano, parecía algo triste pero se encargaba de pintar un papel en blanco con distintos colores.

 Voy a enamorarte {Eremika} 2°LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora