Comienza la catástrofe

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- Levi...- susurraron los labios de Petra.- Esa no es mi hija...

- ¿Qué?

- ¿Dónde está el doctor?- exclamó con suficiente amargura para espantar de nuevo a su acompañante.

- Petra, ¿Qué estás diciendo?- cuestiona el azabache buscado tranquilizar a la chica.

- ¡Esa no es mi hija!- dice con los ojos abiertos y señalando a la niña que tenían delante en esa sala.- ¿Acaso no lo ves?

- ¿Qué quieres que vea?- responde confuso al ver la actitud de la pelinaranja.

- Que la niña de ahí no es mía.- espeta desesperada queriendo saber dónde se encontraba su hija.

- Petra, esa niña es Ariadna.- Afirmó Levi.

- ¡Que no!- desgarra su voz con angustia mientras lleva sus manos a la cabeza.- E-ella no es Ariadna.- estira de su cabello mirando al suelo.

- Deja de hacer eso.- se acerca a ella y toma sus manos a lo que  Petra con brusquedad se aleja de él.- Petra...- interroga con preocupación.

- El doctor...- murmura y sale de esa habitación buscando al hombre que se había encargado de su hija.

Su cuerpo se vió paralizado cuándo preguntó por el nombre del doctor en recepción donde amablemente una señorita más joven que ella le afirmó que nunca hubo en ese hospital un doctor con el apellido que Petra pronunció por sus labios.

Tiró su vista hacia atrás buscando algo donde aferrarse.

Su mente sólo quería pensar en nada pero la escena de su pequeña perdida en algún lugar le rompía.

Volvió a preguntar por el doctor con desesperación que incluso al negarle más de tres veces que tal nombre no estaba registrado en el hospital quiso agredir a la joven que la atendia pero se vió detenida por una tercera persona.

- Disculpe.- lamentó Levi tomando a Petra y mirando a la enfermera que atendía nervioso.

Obligó a Petra a seguirle a lo que ella se negó. Pataleó cuando se vió enredada por los brazos del azabache. Estaba haciendo una "escenita". Chilló y el chico pidió ayuda a alguno de los presentes. En eso un grupo pequeño de enfermeros y enfermeras se acercaron y también inmovilizando a Petra le inyectaron un tranquilizante algo fuerte a lo que la chica aún en brazos de Levi siguió pataleando de manera débil. En menos de un minuto se cansó de todo lo que hacía y se dedicó a abrazar al chico. Volviendo a derramar lágrimas empapando la camisa del azabache.

- Tienes que traerme a mi niña... El doctor que nos han presentado no existió nunca.- susurra con voz decaída y entre sollozos.- Han secuestrado a mi bebé...

Y en ese momento en cuerpo de Levi tembló bruscamente al analizar aquello que escuchaba de los labios de la pelinaranja. Apretó sus labios formando una fina linea en el que intentaba no lanzar su llanto al igual que la chica. Cerró los ojos apretándolos al igual que ponía fuerza en la mandíbula. Sus manos estaban cerradas evitando que quisiera golpear alguna cosa, no sabía que hacer y teniendo a Petra a su lado lamentándose más lo estaba volviendo loco.

Salió dejando a la pelinaranja confundida mientras lo seguía entre lágrimas.

- ¡No ha podido ir tan lejos, Petra!- exclamó Levi con gran enfado.

El azabache llegó fuera del hospital. Estaba desesperado. Ladeó su cabeza de un lado a otro con el rostro pálido y angustiado, sus ojos visualizaron a un joven doctor que minutos antes podría haber sido el que atendió a Levi. Este corrió hacia él y de forma veloz se apego al hombre que parecía la persona que se encargó de su hija, lo tomo de la camiseta blanca que llevaba mientras los ojos de su contrario reflejaban miedo y confusión al ver cómo Levi alzaba su puño con intenciones de golpearlo.

 Voy a enamorarte {Eremika} 2°LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora