Reuniones

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Mikasa se encontraba en su vivienda. Hoy estaba obligada por su consciencia a ir si o si a esta cita con un abogado y juez. Su caso había sido algo que hizo explotar la cabeza de estos, todo debido a que la azabache se encontraba viva y Misaki solo había sido una farsa.

- ¡Venga, adelante!- susurró motiva mientras se dignaba a salir de la puerta dejando atrás su casa.

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- Papá, ¿cuando vamos a ir a ver a la mamá de Dani?- cuestionó la pequeña Carla desesperada por conocer a la madre de su medio hermano.

- Ahora, pero Daniel no sale de su habitación.- respondió Eren.

Hoy se había tomado como una tarde libre en la empresa. Había prometido a sus hijos pasar un día con ellos y en específico a su hijo Daniel, iba a ir a ver a su madre, o quizás  lo utilizaba como una excusa para que sus ojos puedan apreciar si Annie Leonhardt estaba en buen estado, quién sabe.

El niño como rayo que cae del cielo, en un instante apareció delante de su padre el cual cambió de semblante a uno de sorpresa. Daniel con una sonrisa en su rostro le pidió a Eren que se fuesen ya a ver a su madre.

Apunto de salir de la gran casa, la pequeña castaña dió una grito de exclamación, fue un momento a otra habitación en donde cogió un conejo de peluche el cual ella amaba.

- La bufanda, Carla. - reprochó Eren en cuando vió a su primogénita salir de la habitación rumbo a la calle sin la apreciada bufanda roja la cual, el moreno le tenía gran cariño.

La nombrada bufó y en las perchas de dejaropa que se encontraban en el recibidor con sus manos tomó la bufanda envolviéndola por su cuello, luego miró a su padre.

-Ya no hace mucho frío.- dijo molesta.

- Pero lo hace.- respondió su padre a lo que sintió como la manga de su chaqueta tiraba hacía abajo en donde el niño Daniel lo miraba con ojos brillosos exigiendo que saliesen de la casa de immediato.

Los tres salieron por eso puerta adentrándose en el coche de lujo de Eren, tener tu empresa era algo de lo que podías gozar de comodidades.

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-Enano, ya era hora de que vinieses.- dijo Hanji de brazos cruzados junto con su familia al ver como un auto se estacionaba delante de ellos.

- Cállate y subid al coche.- reprochó el azabache hablando desde su vehículo con la ventanilla baja.

- Iremos a conocer a tu enana.- bromeó la castaña una vez dentro del coche.

- Levi, ¿estas con alguien?- cuetsoono Erwin mientras le daba una mirada a su mujer para que se compotase mientras ella murmuraba molesta.

- Já, con mujer y una hija para vuestra información.- se jactó Levi con una sonrisa triunfante dejando a Hanji sorprendida más que a nadie.

- Eso no me lo esperaba.- susurró la castaña.

- Pues vais a conocerlas asi que preparaos.- habló el.azabache.

-.Vamos a ir a la mansión de los pitufos.- rió la mujer mientras hacía reir a su hijo menor y Erwin solo suspiraba cansado.

El trayecto fue largo y divertido con todo lo que la boca se Hanji soltaba y las risas de los niños inundaban el auto. Ninguno de ellos se esperaba reconocer alguna cosa en la gran casa Ackerman de la capital.

Una vez llevados a su destino el azabache abrió las puertas para que sus invitados pudiesen salir de ahí. La familia Smith Zoe se quedó embobado mirando ese gran edificio con jardines de agua rodeándolo. Tenían que reconocer que era hermoso y se diferenciaba mucho de su humilde casa en las afueras del país.

 Voy a enamorarte {Eremika} 2°LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora