X. Descubrir tu Pasado

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Capítulo Décimo: Descubrir tu Pasado

El brigadier Erwin se le veía estresado, unas prominentes bolsas negras había bajo sus azules ojos, el cabello desarreglado y su continúo ceño fruncido eran solo algunos de los indicadores más obvios de su agobio. Había papeles regados por todo su escritorio; tomé asiento frente a él, intenté reprimir el punzante dolor que sentía al sentarme, sin embargo mi nueva de dolor, a pesar de haber sido de un instante, no fue desapercibida por él. No mostró interés por ello.

Sonaron de tres golpes  tras la puerta, el rubio soltó un "adelante", la puerta se abrió en un rechinar, entraron dos figuras por la puerta, el capitán Zack con su impecable uniforme, se le veía fresco, realmente vivo, su cabello rojizo incluso tenían de un brillo; a su lado estaba el capitán Levi, tenía la camisa del uniforme abrochada de mala manera, el vendaje se podía notar por su cuerpo, se veía firme, imponente a pesar de su imagen.

— Las doncellas tomadas como rehenes declararon que Evelytza sostuvo una conversación con el enemigo — habló Levi sin mirarme — Algunas  inclusive llegaron a decir que trabajaban juntos.

— Patrañas — alcé la voz molesta. Ningunos de los tres caballeros me hizo caso.

— La hija del conde Norian declaró que Evelytza sostuvo una conversación amistosa con el enemigo, "cercanos", fue como expresó, "amantes" fue la otra palabra que utilizó la doncella — concluyó Ackerman.

La oficina se llenó de silencio, Erwin soltó un largo suspiro. Zack se mantuvo quieto, solo hace acto de presencia, mientras que el pelinegro me dirigió una mirada que no supe descifrar. Una mirada que me hizo temblar de arriba a bajo, ¿Cómo en tan deplorable estado podía seguir siendo tan intimidante?

— Bien, espero tu declaración — habló finalmente el brigadier.

— En efecto que sostuve una conversación con A... El enemigo — me corregí de manera rápida — trabajé con él en el pasado, sin embargo, no fue amistosa como han declarado, fuí golpeada, me trataron peor que al resto de los rehenes...

— El golpe puede ser solo teatral — interrumpió Ackerman dándome una mirada completamente hostil — Podría ser una infiltrada, es la persona perfecta para trasmitir información, si no ¿De qué otra manera pudieron saber del baile?

Los ojos de Zack se ensancharon, su boca se abrió por un instante mostrando su gran sorpresa, de manera inmediata volvió a su expresión original, mientras me miraba con cierta decepción en sus orbes celestes. Vi la mandíbula del Akerman ponerse tensa.

Erwin suspiro dándose la media vuelta, se puso a meditar.

— Brigadier Smith, solicito la ejecución de Evelytza Nebraska de manera inmediata, si me lo permitiera, quisiera ser yo quien la lleve acabo — volvió a hablar el azabache.

— Ackerman — pronunció Zack completamente impactado.

Palideció enormemente, mientras sus ojos se abrían más de la cuenta, sus pupilas iban de la espalda del mayor a él capitán continuamente esperando que dijera algo mínimo, el silencio se estaba volviendo la mayor tortura.

Me sentí débil, un terror indescriptible bajo por mi cuerpo, de repente, estaba completamente helada, había olvidado como respirar, el ardor en mis pulmones solo me decía que tenía tiempo sin hacerlo, pero no podía. Tenía miedo, estaba siendo víctima del miedo, tenía miedo a morir.

La oficina se envolvió por una abrumadora atmósfera protagonizada por la tensión. Erwin se mantenía firme dándonos la espalda seguía meditado su próxima orden, las respiraciones era el único sonido en aquellas cuatro paredes, de un momento a otro, la oficina me pareció diminuta, me sentía axfisiada, diminuta, seguía sin poder respirar, la boca la sentía seca. Levi seguía erguido, con la mirada en alto, pasó saliva, incluso me pareció oír el sonido al hacerlo. El capitán Zack estaba tan impactado como yo por la imprevisto petición. La espera era le peor tortura.

— Solicitud denegada — soltó después de unos largos minutos en completo silencio.

[…]

Tenía un fuerte choque de emociones, me costaba trabajo respirar, me movía por mera inercia por el pasillo, seguía congelada, aún era presa del miedo. Aún temblaba, me pareció que en algún punto flaquee, estaba de rodillas en el pasillo, me ardía el pecho. ¿Hacía cuánto había dejado de respirar? Me lleve una mano al pecho, que empezó a subir y barajar de manera precipitada, mis manos temblaban demasiado, me sentía tan fría como el mismo cadáver.

Fui levantada de manera brusca, una mano me cogió por el brazo alza mi cuerpo en un solo movimiento, como una muñeca de trapo, sentí ardor ante la fricción de sus dedos en mi piel. Me giró a él.

Escalofríos.

— No me engañaras, no a mí — habló tan gélido como el hielo — Ocultas algo, y lo descubriré.

Sentenció.

Entonces me soltó de manera brusca provocando tambaleos, me apoye en la pared en busca de equilibrio. El pasillo estaba solo, ni un alma siquiera se asomaba, escuché como sus firmes pisadas se iban alejado. Respiré hondo y corrí con tan poca coordinación tras de él que tropecé en varias ocasiones.

— ¡Capitán Ackerman! — mi gritó sonó más a una suplica que cualquier otra cosa.

Él mencionado se giró en torno a mi, cruzando sus brazos bajo su pecho, alzó la barbilla para acentuar su desprecio hacia mi persona.

¿Por qué le temía a un sujeto como este?

— ¿A qué juega? — inicié, mi voz temblaba, sin embargo pareció captar su atención por la manera en que arqueó las cejas — Hace un número contra el capitán Zack porque le conceda una pieza, se atribuye el papel de héroe y luego hace peticiones por ser mi verdugo. ¿A dónde quiere llegar?

Él soltó un chasquido, sus brazos se relajaron, bajandolos, su mirada volvió a una hostil, una fría, una mirada asesina acercándose de manera lenta, uno, dos... Tres pasos hasta que me acorraló contra la pared.

— Eres una traidora, lo voy a demostrar para yo mismo asesinarte — habló.

Su aliento acarició mi rostro con aquellas agrias palabras.

— Pertenezco a tu mismo bando, lucho por tu misma patria, tengo del mismo anhelo. Somos compatriotas.

Colocó un brazo en la pared, por encima de mi hombro, me encogí en respuesta, acercó aún más su rostro al mío, erizando cada bello de mí, podía sentir su respiración, otra vez notaba aquella embriagante aroma que sólo el desprendía. Sentí la calidez de su aliento en mi cuello; olvidé por completo como respirar.

— ¿Real? — susurró áspero — Eres una escritora, una jodida mujer que es hábil con la palabras. Podrás recitar versos para que otros te crean el cuento, pero no a mí, eres una mujer con facilidad de deleitar a otros con palabras, pero no a mí, voy a quitar cada capa tuya, cada palabra hasta encontrar su centro, y cuando lo haga te asesinaré.

Dicho esto se alejó dejando aquél fantasma aún pegado a mi cuerpo. Dejando una sensación de frialdad, un vacío.

No le tenía miedo a él, no me ocasionaba miedo.

Tenía miedo a lo que descubriera, tenía miedo de mi misma.

Tenía miedo de re descubrir mi pasado.

Ocaso [LeviXOc] CANCELADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora