El tacón masculino impactó contra el suelo de aquel salón, donde estaban sentados varios adolescentes. La autista no era la excepción. Miraba por la ventana aburrida; aunque esta era translúcida y no se podía ver con claridad el patio, daba unos lindos colores en el suelo y la mesa gracias a los cristales de colores. Se escuchaba la goma de mascar siendo explotada constantemente, además de un incesante ruido de los dedos siendo impactados contra la mesa. Los sonidos comenzaban a profundizarse en el oído de la autista, junto con aquel irritante reloj que colgaba en la pared marcando la hora y causando un ruido repugnante. La autista apretó los puños apunto de tener un ataque y por ende, comenzó a cantar la canción por lo bajo.
—¡Silencio! —habló una de las profesoras de nombre Ágata —bien, busca–pleitos, ¿saben qué hicieron? —Spinel hizo oídos sordos sobre el ridículo discurso —¡le faltaron el respeto a esta institución! Pero eso es lo de menos...——nuevamente el sonido del globo de la goma de mascar resonó.
—¡Deja de hacer eso! —habló molesta Spinel, podrida de la actitud de aquella morena.
—¡Cierra el pico! —la defendió otro moreno que estaba a su lado, aparentemente su novio.
—¡Señoritas! —llamó la atención la profesora —respétense... ¡Se faltaron el respeto a ustedes mismos! —aquel moreno rodó los ojos —¿algo que decir, Jasper?
—Nada —se encogió de hombros, restándole importancia —solo que cada vez que vengo aquí da el mismo discurso, ¿no cree que es un poco...? —miró a su novia que sonrió de lado.
—... Inútil —completó, causando que el rubio se recompusiera y chasqueara los dedos.
—¡Eso! Gracias, bebé, “inútil” —miró a Ágata de arriba a abajo —¿no lo pensaste, diosa de la sabiduría? —ironizó. La profesora dio unos pasos adelante hacia el banco de aquella muchacha.
—En efecto, Jasper, usted es la inútil por venir todos los días aquí, ¿no lo cree? ¿Qué pensarán sus padres? —la sonrisa del muchacho desapareció —¿no cree que dejará de pagar tarde o temprano para seguir cursando cuarto? ¿Tu novia por cuál curso va? ¿Quinto? ¿Sexto? ¿Cuál es la necesidad de estancarte? —se inclinó a Jasper, sonriendo esta vez Ágata, burlona. —¿No lo pensaste, diosa de la sabiduría? —burló. El rubio chasqueó la lengua y rodó los ojos, cruzándose de brazos.
—Claro —se limitó a contestar. La puerta fue tocada, causando que todos miraran a esta.
—Disculpe... —llamó aquel chico perfecto en la puerta —... ¿Esta es la sala de castigo? —Ágata levantó una ceja.
—¿Y usted quién es? —se acercó a él. Spinel lo miró sorprendida, ¿qué hacía él aquí?
—Soy Steven Universe.
—Me refiero a qué hiciste.
—Oh —se rascó la nuca —tiré una silla por la ventana —una carcajada salió de los labios del rubio, recibiendo una mirada cargada de desprecio de Ágata.
—Pasa rápido —se hizo a un lado. El chico se apuró en correr hacia uno de los bancos de adelante, con un banco de distancia con la autista. —Bien, lo que quiero que hagan es que saquen todos los chicles de debajo de la mesa, ¿oyeron? —miró su reloj —tienen tres horas para hacerlo. Ahora vengo, tengo asuntos que atender —sus tacones blancos resonaron por el suelo del salón, dando a entender que se retiraba. Todo se inundó en un murmullo por los pocos que había, mientras que la autista desvió su mirada al chico perfecto.
—Hola, chico perfecto —saludó ella con claridad. Él la miró y se removió incómodo.
—Te dije que no me llamaras así.
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Autismo | Stevnel [Remasterizado]
FanfictionSpinel, una chica autista obsesionada con las gemas, desea explorar los sentimientos de las personas e intentar enamorarse de "el chico perfecto" Steven, "el chico perfecto", comienza a notar muchas miradas de parte de la autista de la clase. Todo...