XXVI: el árbol del ahorcado

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"el árbol del ahorcado"



‒sigo diciendo que nosotros no deberíamos estar aquí‒. Dice Kaden.

Estamos en el aerodeslizador, a punto de aterrizar en el distrito 12. Coin decidió que ellos participaran del propo que Katniss y yo les propusimos hacer para contar como quedó el distrito.

Ahora, ¡como que me arrepiento! No paré de vomitar en todo el viaje.

Gale está a mi lado, haciéndome masajes en los hombros. Katniss frente a nosotros.

Ella todavía está enojada con Gale por lo que él dijo cuando vimos la entrevista.

Pero Gale dice que ahora están a mano, porque ella apoya mi locura de seguir en el equipo del Sinsajo.

Yo prefiero no meterme.

‒tienen que estar, porque Coin quiere que ustedes le hablen a Peeta sobre como lograron sobrevivir después del bombardeo hasta que Hannibal Undersee los fue a buscar‒. Les dice Cressida‒. Ya todos conocemos como se salvaron, por lo que contó Madge.

Porque si, me hicieron una entrevista, que utilizan como propo para recordar a mi padre. Ahí conté sobre el túnel y como mi papá nos salvó la vida, llevándonos ahí cuando vimos a los agentes de la paz huyendo como ratas.

Para mi mortificación, el aerodeslizador aterriza dando vueltas en la pradera, donde nos bajamos todos y seguimos a Katniss.

Si yo ya estaba dada vuelta viajando, seguir a mi amiga y ver de cerca lo que vimos desde el cielo, la vez anterior, me pone peor. Pero ya no tengo nada que mi estómago pueda echar afuera.

‒creo que entiendo porque Haymitch no quiso venir si no era con una botella‒. Dice Katniss, visiblemente igual de afectada que yo‒. Creo que también necesito de esas...

‒bien, chicos. Comenzaremos con Katniss en su vieja casa.

‒ ¿Qué quieres que haga?

‒lo que sientas‒. Dice Cressida, pero mi amiga se queda mirando el cielo donde debería haber techo, por lo que la mujer se rinde‒. Eso está bien, Katniss. Movámonos.

Luego, pasamos por la casa de Gale, quien se nota más afectado a medida que va descubriendo cosas que pertenecieron a sus hermanos, pero que ya no sirven.

‒Gale, cuéntanos como era tu vida aquí.

Gale acepta. Comienza a contar como eran los días en esta casa, reímos cuando cuenta anécdotas de Posy, sobre todo.

Luego, vamos a la panadería, pero Cressida no logra nada de los Mellark, quienes se quedan estáticos viendo los restos de la panadería.

‒amaba venir aquí‒. Digo‒. Desde poco después de que sucediera la explosión en la mina que mató al señor Everdeen y al señor Hawthorne. Recuerdo que nos hicimos amigos con Peeta y Delly, porque a nosotras nos gustaba chincharlo con respecto a Katniss, que ya había mejorado después de la muerte de su padre, ella cazaba, junto a Gale. Peeta la miraba a escondidas y nosotras lo cargábamos porque parecía un acosador tímido. Le decíamos que como detective privado moriría de hambre‒. Por supuesto todos, menos Gale, ríen‒. Cada ocasión especial era motivo de fiesta en esta casa. Salvo dos veces: los dos cumpleaños de Alban durante los juegos en que se llevaron a Peeta.

‒papá nos amaba mucho. Siempre encontraba motivos para decirnos cuan orgulloso lo poníamos‒. Dice Alban‒. Eso fue lo último que nos dijo ese día, el día de mi cumpleaños era.

Madge. La historia que nadie conoce...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora