Una vez llegamos comenzamos a ir escondidas, pues todo estaba lleno de robots y no eran muy amigables que digamos. Se me hacía raro la estética del viejo oeste que tenía aquel lugar, pues no pegaba nada con los robots. Iban todos vestidos como si fueran vaqueros, con sombreros, pistolas atadas a la cintura; era muy extraño, pero no le hice mucho caso.
Mientras nos movíamos por las sombras íbamos en busca de nuestra antigua casa, pero en vez de eso nos encontramos en su lugar un enorme palacio custodiado por robots policías.
Ren: Woooooow. Mamá siempre ha sido muy extravagante.
En ese momento en el que Ren estaba despistado, lo puse contra el suelo y le di un golpe en la nuca para noquearlo. Acto seguido amarré sus manos en la espalda y salí de las sombras alertando a todos aquellos robots, los cuales me apuntaron al instante.
Zeta: Llamad a mi madre, tengo un regalo para ella.
Tiré al suelo el cuerpo de Ren inconsciente e inmediatamente llamaron a aquella arpía para darle la noticia, abriendo las puertas para que pasara.
Agarré al mafioso antes de que lo hicieran las máquinas y me dirigí a ver a nuestra madre. Antes de cruzar las puertas del palacio tuve que dejar la mochila que llevaba Ren y mi revolver en manos de los seres artificiales, algo que no me agradaba mucho, pero seguí. Me eché a mi hermano al hombro y continué mi camino hasta que este despertó y comenzó a zarandearse.
Zeta: No te muevas mucho y hazte el dormido hasta que lleguemos.
Ren no puso ninguna pega pues parecía saber el plan que tenía en mente. Así recorrimos un gran pasillo hasta que vi cuatro guardias robóticos frente a una gran puerta. Abrieron la puerta y pude ver de nuevo a mis peores pesadillas.
En un trono de marfil se encontraba la mujer a la que venía a ver. Frey, pelo morado, ojos verdes, vestía un traje negro y como siempre aparentaba tener unos 30 años; siempre joven. A su lado derecho, de pie, estaba Lisa, mi hermana querida.
Lisa: Al fin apareces hermanito.
Zeta: Que te jodan perra.
La rubia de ojos marrones, vestida con una camiseta roja y unos pantalones vaqueros algo rasgados sonrió maléficamente, pero pasé totalmente de ella y me centré en mi objetivo.
Frey: ¿Qué es eso que me traes hijito querido?
Zeta: Es Ren. Es para ti, madre.
Tiré a mi hermano al suelo y lo puse de rodillas frente a las dos mujeres y aunque trataba de zafarse no se lo permití.
Zeta: Saluda.
Ren: Maldito traidor... Hola hija de puta, cuanto tiempo sin ver tu horrenda cara, ¡puta vieja asquerosa! Hola Lisa, tan bella como siempre.
Como de costumbre siempre trataba bien a su amada y el odio hacia nuestra madre era común. Aún así, le metí un puñetazo en toda la boca y lo tumbé en el suelo, sentándome después encima.
Ren: Z-Zeta... Eres un cabrón, hijo de esa puta que está sentada. Se cree una reina y no es más que una puta barata.
Zeta: Ya basta.
Le di otro puñetazo y el peliverde hizo como si estuviese noqueado. Lisa se acercó para recoger el cuerpo del mafioso y salió con él de aquella sala.
Zeta: *Cumple tu parte, hermano*
Frey: Ven hijo, acércate.
Fui hacia aquella mujer, que se había puesto de pie y me esperaba con una sonrisa y los brazos abiertos. Caminé hasta ella, pero en vez de abrazarla, saqué el cuchillo que tenía guardado en la espalda y la apuñalé en el corazón. Tapé su boca para que alertara a nadie mientras giraba el arma para hacer más grande la herida y que acabase desangrándose.
Sus ojos se abrieron de sorpresa y trató de pegarme y arañarme, pero no tenía las fuerzas suficientes. Retiré el cuchillo dejando que saliera una gran cantidad de sangre de la herida, manchando mi camiseta y mi pantalón. A continuación le clavé el cuchillo en la garganta y lo saqué nuevamente para ver como la sangre salía de su cuello mientras trataba de articular alguna palabra.
A los pocos segundos ya estaba muerta y ahora mi única preocupación era como salir de este lugar ileso. Encendí un cigarrillo y me senté en aquel trono a pensar, pisoteando el cadáver de aquella arpía, cuando los cristales del gran ventanal que tenía a la derecha se rompió y apareció un robot.
Zeta: Mierda.
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Sin título
Science Fiction"Atención lea las instrucciones del medicamento y consulte a su farmacéutico". HARDCORE ALERT. Esta historia podría disgustar a personas sensibles. Avisados estáis. El mundo es controlado por robots, quienes viven en una cúpula a un nivel inalcanzab...