Parte 17 sin título

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Nuestra travesía continuaba y podía observar todos aquellos edificios que veía desde lo alto, ahora todo en ruinas. De hecho, todo estaba realmente tranquilo así que nos podíamos dar el lujo de apreciar el entorno a nuestro alrededor, después de todo, era la primera vez que ambos salíamos del campamento.

Eso fue hasta que llegamos a un puente entre dos edificios creado por el derrumbamiento de uno de ellos. Vimos más adelante Rastrors 1.0, también conocidos como los "zombies robóticos".

No nos suponían un problema y seguramente podríamos esquivarlos, pero si nos veían podían alertar al resto así que decidimos acabar con ellos sigilosamente. Así fue como fuimos cada uno a por uno y los apuñalamos justo en su núcleo, hasta que no hubo ninguno más.

Celx: ¿Te parece bien si descansamos en aquel edificio?

Mi compañero señaló un edificio donde se podía ver claramente un piso de dos plantas con camas. Asentí y nos dirigimos rápidamente allí, teniendo cuidado de cualquier posible amenaza.

Cuando llegamos, mi amigo fue a inspeccionar las camas que estaban en el piso de arriba mientras yo buscaba algo con lo que hacer fuego y calentar el agua para el ramen que traía en la mochila.

Celx: Llevamos varios días de viaje y no hemos visto a nadie más. ¿Cuánto nos quedará para llegar?

Zeta: Menos que ayer. Es cierto que todo está muy tranquilo y silencioso, como si no hubiera nadie más...

Seguimos comiendo sin hablar más del tema, solo se escuchó hablar un par de veces más al contrario sobre lo rica que estaba la comida.

Una vez terminamos de zampar subimos y nos fuimos a dormir en una cama después de un par de días de dormir en el suelo. Como siempre yo estaba vigilando pues no conseguía conciliar el sueño.

Entonces, cuando el joven de pelo castaño despertó pusimos rumbo de nuevo, vigilando la presencia de cualquier enemigo, destruyendo algún que otro Rastrors 1.0 y buscando cualquier indicio de vida.

Según las indicaciones que me dio Rojo antes de salir íbamos en la dirección correcta, pero no divisábamos nada aún. Anduvimos durante bastantes horas y en medio de un salto hacia otro edificio, contemplamos lo peor.

En medio del salto vimos un 3.0, un guardián durmiente, enterrado entre varios edificios, pero nos avistó y comenzó a preparar aquel rayo de energía que calcinaba todo a su paso.

El diámetro de aquel rayo era enorme así que en cuanto pisamos tierra empezamos a correr como si no hubiera un mañana tratando de escapar del rayo.

Al final, disparó y pudimos ponernos a salvo mientras veíamos el rastro de destrucción que dejó su ataque.

La cara de Celx reflejaba pánico y el miedo que había pasado tratando de escapar de allí. Estaba sentado y veía como le temblaba el cuerpo, observando aquel destrozo.

Celx: E-Eso podríamos haber sido nosotros...

Zeta: Pero no lo hemos sido.

Se giró para mirarme y le ofrecí mi mano para que se pudiera levantar. Después de aquello no avanzamos mucho, puesto que el contrario insistió en descansar.

Estábamos en la azotea de un edificio, calentando una sopa. Serví dos cuencos y vi al castaño a penas tomando sopa.

Zeta: Celx, ¿estás bien?

Clex: ¿Eh? ¡Ah! Sí, sí, sí, sí...

Sus palabras decían eso, pero su cara decía que estaba aterrado.

Cuando acabamos mi compañero se tumbó en el suelo y se tapó para después ponerse a dormir.

Celx: Zeta.

Zeta: Dime Celx.

Celx: No, nada...

Sin más que decir me tumbé también dispuesto a dormir esa noche. Cerré los ojos y me dejé llevar, sin pensar en nada.

Al despertar abrí los ojos lentamente y pude ver a mi amigo bajo mi manta, acurrucado sobre mi pecho, durmiendo.

Zeta: Celx.

Le susurré, intentando despertarlo tranquilamente. Este tardó en enterarse y cuando me vio, abrió los ojos rápidamente y se levantó.

Celx: B-Bueno, es hora de continuar nuestro camino.

Estando de pie, comenzó a estirar, dándome la espalda. Yo decidí hacer lo mismo una vez estuve de pie, no quería que tuviésemos que parar después por una lesión.

Bajamos unos cuantos pisos en el edificio que nos encontrábamos, buscando un lugar que conectase con el otro edificio, o desde el que pudiéramos saltar.

Pero para nuestra desgracia llegamos a un lugar lleno de Rastrors 2.0, los tipo araña, que se giraron inmediatamente en cuanto uno nos vio.

Mi amigo llevó su mano rápidamente a la katana que tenía en la cintura y la sacó, cortando a todo aquel que se le cruzaba mientras que yo le cubrí las espaldas con mi revolver.

Acabar con una planta llena de esos bichos hizo que acabásemos sentados en el suelo junto a alguna pared.

Mientras reponíamos fuerzas me puse a echarle un vistazo a las patas del 2.0 y como funcionaban sus cuchillas de energía, pero no sirvió de nada, no entendía nada de lo que estaba viendo.

Dejando atrás eso vimos un camino, aunque algo distinto. Cruzamos a otro edificio por un puente de metal, para darnos cuenta después que en realidad estábamos encima de un 3.0 de espaldas.

Celx: Ja, ya no eres tan durito, ¿ehhh?

Golpeó al robot un par de veces y luego se puso a hacer poses de victoria ridículas.

Zeta: *¿Cuánto quedará para llegar?*

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