Zeta: Mierda.
El robot entró en la sala haciendo un gran estruendo. Me levanté y me puse a la defensiva; aunque solo tenía mi cuchillo para defenderme.
Robot: Alto. No vengo a pelear contra ti, al contrario, vengo a sacarte de este aprieto.
No estaba muy seguro, pero una vez me fijé en él pude ver que no era como los otros seres mecanizados, este tenía una metralleta en vez de su brazo derecho, era de color negro, no como los otros que eran blancos y tenía numerosos arañazos por todo el cuerpo.
Robot: Toma. No tenemos mucho tiempo.
Me lanzó las cosas que nos habían quitado en la entrada y al instante después entraron las máquinas que estaban custodiando la puerta. Al ver a Frey muerta estaban a punto de dispararnos, yo me escondí tras el trono de marfil blanco y agarré mi revolver, comprobando que estaba cargado.
Mientras me resguardaba escuché disparos, pero no vi ninguno en mi dirección. Lo comprendí cuando salí y fue aquel robot negro el que disparó y los mató a todos, sin embargo ya habían dado la orden y venían más enemigos.
Zeta: *Ahhh, que fastidio...*
Robot: Tienes que darte prisa y salir de aquí. Yo iré delante y los distraeré, aprovecha para huir.
Aún no me fiaba de él, pero parecía que realmente me quería ayudar, puesto que dicho eso salió corriendo por el pasillo llamando la atención del resto de guardias. Después de un buen rato salí detrás suya, pero antes de huir debía ir a ver algo.
Fui habitación por habitación en busca de Ren y la gilipollas de su amada; tenía que ver esta vez con mis propios ojos que la había matado. Al final encontré donde estaban, lo supe varias habitaciones antes de llegar por los gemidos de aquella perra.
Al llegar a la puerta me paré, revisé mi arma y con mi otra mano abrí la puerta rápidamente. Apunté directamente a aquella mujer que estaba encima de Ren, saltando una y otra vez sobre su miembro. Disparé, pero para mi mala suerte mi hermano dio la vuelta para protegerla y mi disparó acabó en su hombro. Aunque eso no fue todo, mientras se quejaba de la herida la muy zorra sacó un cuchillo que tenía escondido en una de las almohadas y se lo clavó en el abdomen.
Ren: ¿L-Lisa, p-por qué?
Lisa: Lo siento, pero ya sabíamos cual era vuestro objetivo.
El mafioso escupió sangre y lo aparté de la chica que yacía bajo él. Disparé a sangre fría el resto de balas sobre el cuerpo de la rubia mientras el peliverde gritaba y gritaba que me detuviese. Con las pocas fuerzas que le quedaban se acercó a ella y le dio un beso en los labios lleno de sangre. Después cayó al suelo y se quedó sentado junto a la pared.
Por mi parte, dejé aquella bolsa que traía Ren frente a él y encendí un cigarrillo mientras me dirigía a la puerta, pero mi hermano me detuvo.
Ren: O-Oye, ¿me das un cigarrillo?
Me devolví y le di un cigarrillo, encendiéndoselo después. Le dio una calada y se puso a toser sangre, con una cara de asco.
Ren: Z-Zeta... ¡¿Cómo puedes fumarte esta mierda?! ¡E-Está horrible!
Me encogí de hombro viendo como siguió tosiendo unos segundos más y luego comenzó a reírse.
Ren: Hermano, llévate la bolsa y...lo siento mucho...
Al final acabó desangrado y esas fueron sus últimas palabras. Agarré la mochila que había dicho y le dejé allí, muerto.
Asomé la cabeza por la puerta y no vi ningún enemigo, pero eso no implicaba que debía bajar la guardia. Corrí sigilosamente hasta la salida y me escondí de todos los robots que encontré hasta llegar a la entrada del Barrio C. Apunto de irme vi allí a aquel robot negro esperando mi llegada.
Robot: Me llamo Robert. Muchas gracias por librarnos de esa bruja.
Zeta: ¿"Librarnos"?
Robert: Sí, somos un grupo de robots "defectuosos", por así decirlo, con lo que experimentaba. Gracias a ti, ahora somos libres.
Zeta: Muy bien...
Seguí mi camino dejándolo atrás; la verdad, me importaba una mierda su vida, yo solo había ido a matar a aquellas mujeres. Dejé ese lugar y puse rumbo a mi hogar. Al llegar bajé a mi habitación y para mi sorpresa ya no estaban Jess ni su hija. Pasé de ello y sin más mi cuerpo cayó sobre la cama.
Zeta: *¿Cuánto llevo sin dormir?*
Los párpados me pesaban y terminé por quedarme dormido tras cerrar los ojos.
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Sin título
Science Fiction"Atención lea las instrucciones del medicamento y consulte a su farmacéutico". HARDCORE ALERT. Esta historia podría disgustar a personas sensibles. Avisados estáis. El mundo es controlado por robots, quienes viven en una cúpula a un nivel inalcanzab...