Parte 15 sin título

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Abrí los ojos lentamente y frente a mí tenía una tela sujetada por unas tuberías, haciendo así una especie de refugio.

Zeta: *¿Dónde estoy?*

Me apoyé sobre mi hombro derecho y traté de levantarme, pero la fuerza de mis piernas cedió, de manera que me di de cara contra el suelo.

Cuando me quise dar cuenta estaba vendado, con una pierna y un brazo rotos. No sentía ningún tipo de dolor y quise levantarme como si nada, pero de nuevo caí por la pérdida de fuerza de mis piernas.

Miré a mi alrededor buscando algo con lo que poder ayudarme y tiré sin querer un par de botes al suelo. El ruido fue suficiente para que alguien viniera a ver que estaba pasando.

???: ¡Oye, oye! No te muevas, tienes que descansar.

Me giré para ver me hablaba y vi un robot rojo con una sonrisa pintada en lo que sería su cara.

Zeta: *Creepy*

No le hice caso y me acerqué a él para usarlo como apoyo. Se quedó sorprendido e intentaba detenerme, pero fue demasiado tarde, ya estaba de pie, saltando a la pata coja, saliendo de aquel lugar y encontrando frente a mí una especie de anfiteatro antiguo convertido en un campamento.

Fui hacia las escaleras y en cuanto estuve cerca, caí rodando hasta un pequeño descansillo en el que me rodearon varios niños y se me quedaron mirando.

Para mi suerte, la caída me había devuelto la movilidad y la fuerza en el cuerpo.

???: Oyeee, esperaaaa.

El robot salió corriendo a por mí al mismo tiempo que me ponía de pie y comenzaba a caminar arrastrando uno de mis pies y con el centro de gravedad inclinado.

Al final, el ser mecánico me alcanzó y se posicionó frente a mí para cortarme el paso.

???: Tienes que descansar, tus herid-

Zeta: Méteme un puñetazo aquí, písame el pie y tira de mi brazo.

Le indiqué lo que tenía que hacer y aunque al principio se negó, acabó cediendo e hizo lo que le dije. Esto hizo que mi cuerpo volviese a la normalidad.

Moví mis brazos y mis piernas, probando que las articulaciones no estuvieran rotas siempre con la mirada de aquel robot fijada en mí.

???: Ah, perdona por no presentarme antes. Me llamo Rojo, no es difícil saber por qué, ¿verdad? Jajajajajajajajaja.

Zeta: Zeta.

Seguí mirando el lugar y después me comentó sobre él; al parecer cuando caí, una pila de escombros paró la caída e hizo que no fuese mortal.

En cuanto al lugar, se llamaba Juko y era un campamento de unos pocos humanos que trataban de llegar al Nexo, una metrópolis humana.

Me sorprendía ver personas en lo que yo pensaba que era un lugar abandonado y me intrigaba ese otro lugar, el Nexo.

Rojo me devolvió mis cosas y me dio ropa nueva, ya que la otra estaba rota y ensangrentada.

Quise ir de inmediato a aquella metrópolis, pero el contrario me lo impidió.

Rojo: El exterior es peligroso Zeta, hay unas máquinas sueltas que matan a todo lo que se encuentran.

Me explicó un poco más sobre ellos, los Rastrors; seres mecanizados. Habían tres tipos, los primeros eran como robots zombies, no eran muy preocupantes, los siguientes eran una especie de arañas grandes, mecánicas, que contaban con cuchillas de energía en cada una de sus patas, y por último estaban los gigantes dormidos, eran unos robots enormes que estaban inactivos hasta que notaban una señal, en ese momento lanzaban un rayo de energía en ese sentido y calcinaban todo lo que encontraban por el camino; no se podían mover, pero ese rayo parecía peligroso.

Me dieron una tienda en aquel lugar y conseguí un lugar para entrenar. Era una área espaciosa donde coloqué mujecajos de paja como si fueran enemigos. Por allí cerca puse un saco de boxeo que me prestaron y no me preocupé en gastar balas, pues tenían cajas repletas de munición.

Zeta: *¿Estoy emocionado?*

Me pregunté en una de las veces que le pegaba al saco. Los músculos de mis mejillas estaban haciendo que sonriese. Tal vez era por encontrar gente y por la aventura que me esperaba.

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