Parte 16 sin título

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Rojo: ¿No deberías descansar un poco, Zeta?

Me giré tras dar un último puñetazo a uno de los múltiples sacos que habían por allí y miré al robot, preocupado por mí.

Zeta: No pasa nada.

Quité las vendas que envolvían mis manos y las tiré a una basura que había allí cerca para después sentarme en las escaleras y beber algo de agua. El ser mecánico no podía evitar preocuparse por mí, puesto que no comía, o dormía como el resto de humanos, también le preocupaba que no tuviese ningún tipo de libido a pesar de que era famoso allí y muchas chicas querían acostarse conmigo. En general, le preocupaba que no tuviese las mismas necesidades que las otras personas allí reunidas.

Zeta: Perdí ciertas de esas cosas con el tiempo. Incluso, perdí las ganas de vivir, ese es el porque estoy aquí.

Le hablé mientras miraba hacia arriba, viendo el lugar del que procedía. No sé por qué le contaba estas cosas, pero después de unos cuantos años allí abajo, tenía un poco más de confianza con Rojo.

???: Heeeeey, Zeta.

Subiendo las escaleras venía un chico más o menos de mi edad, otra persona con la que tenía bastante confianza. Entrenaba con él así que también estaba en buena forma y se le daba muy bien hablar con las personas, por lo tanto le agradaba a todos.

Su nombre era Celx, tenía el pelo castaño, era igual de alto que yo, por ahí un metro ochenta. En cuanto a su físico era normal, no estaba muy musculado, pero tampoco muy fofo.

Celx: Traje cervezas. ¿Nos las tomamos después del entrenamiento?

Asentí ante su propuesta y pasamos a entrenar, primero un entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, después pasamos a utilizar espadas y por último una especie de escondite, donde debíamos sorprender a nuestro enemigo.

En cuerpo a cuerpo fui capaz de tumbar al contrario dos de tres veces, en las espadas me dio una severa paliza pues el era el maestro en ese entrenamiento, y en el escondite ambos estábamos más o menos al mismo nivel.

Rojo se quedó observando todo aquello y después se marchó pues le necesitaban en otro lado. Nosotros según terminamos nos sentamos a beber, Celx estaba igual de animado que siempre y se terminó la primera lata en un instante.

Celx: Zeta, ¿no te molesta estar aquí apartado? Apenas hablas con la gente y pocas veces se te ve por el campamento junto al resto de personas.

Me encogí de hombros y le di un trago a la lata, mirando al horizonte y pensando en que momento me había dejado influenciar y había comenzado a beber.

Zeta: No me importa, solo quiero llegar al Nexo.

Se hizo el silencio mientras terminaba mi cerveza y mi compañero agachaba la cabeza.

Zeta: Celx, ven conmigo.

Sorprendido escupió la cerveza que tenía en la boca y comenzó a toser, pues casi se ahogaba con mi comentario.

Celx: Espera, espera. Es muy peligroso, además no sabemos si realmente existe, nadie que haya ido a vuelto para contarlo.

Zeta: Porque se han quedado allí o fueron débiles y acabaron muriendo por los Rastrors. Pero nosotros somos distintos, ¿qué me dices?

La primera persona a la que consideraba mi amigo se quedó pensando. Al rato llegaron unas chicas necesitando la ayuda del contrario. Este se levantó y se despidió de mí para después marcharse.

Aún si Celx se negaba tenía pensado irme esa misma noche. Y así fue, que preparé todo y estaba a punto de salir cuando en la puerta me encontré con Rojo.

Rojo: Ten mucho cuidado Zeta.

Le respondí asintiendo con la cabeza y salí del campamento por el puente que lo conectaba con el resto de las ruinas. Ya llegando al primer edificio destruido vi a una persona apoyada en la pared.

Era sospechoso ver a alguien más así de repente, así que por si acaso estaba en guardia, si hacía cualquier movimiento, sacaría la espada que tenía en la espada.

Sin embargo no hizo falta eso; cuando me acerqué a esa persona pude ver quien era.

Celx: No pensarías que te iba a dejar solo, ¿verdad? ¿Quién te cubriría las espaldas?

Le di un gran apretón de manos a mi amigo y luego un abrazo, siguiendo después con nuestra travesía hasta el Nexo.

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