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Manhattan, NY.

Camila se encontraba sentada en una de las bancas de Central Park, la castaña ya tenía varios minutos y de hecho faltaba todavía tiempo para que se encontrara con la ojiverde, pero la licrotropo estaba demasiado ansiosa y nerviosa para quedarse esperando en su habitación de hotel hasta que llegara la hora.

Podía ver a algunos niños jugueteando por el lugar, así como personas sentadas en algunas bancas alejadas leyendo, y personas que iban y venían por el lugar. El día de ayer después de hablar con Michael, había llegado a la conclusión que el musculoso tenía razón y debía seguir en contacto con la ojiverde, aunque su primera reacción fuese correr al lado contrario hasta olvidar haberla conocido.

Como si eso fuese posible.

Pero ella ya lo tenía decidido, los sentimientos que su tonto corazón se empeñó en hacer crecer ella los borraría, esperaba al menos que pudiese intentarlo. Pero siendo honesta, no entendía que pasaba, su corazón y su instinto incistian en hacerle creer una cosa, pero al parecer Lauren no le pertenecía, no nunca lo haría.

Tendría que ser fuerte si quería seguir en contacto con Lauren y  a la vez obligarse a que sus sentimientos estuvieran apagados.

-"Hola" Una ronca pero dulce voz la sacó de su ensoñación, y al girar la vista hacia donde provenía ese sonido, se encontró nada más y nada menos con la mujer que le hacía tener una confusión enorme.

La ojiverde se encontraba un tanto nerviosa, debía admitir que se sintió molesta cuando Camila la dejó plantada hace dos noches, y peor aún, ni siquiera se justificara, pero el sentimiento que más albergó su corazón, fue la decepción. Sinceramente se había sentido desepcionada, por muchas razones. Por no ver a Camila, por pensar que quizá el interés no era bilateral.

Pero anoche que había llamado disculpándose, y pedir que si podían verse hoy, había aceptado de inmediato, aunque le hubiese gustado no estar tan dispuesta, la verdad era que tenía muchas ganas de volver a ver a la ojimarron y también entendió que la razón por no poder verla ni avisarle fue porque tenía pendientes en su trabajo que se le hizo imposible asistir a la cita.

-"Lauren hola. Yo primero que nada quería disculparme personalmente por lo del otro día, lo que más quería era verte y conocer a esta hermosura" Dijo sinceramente acariciando la cabeza de Gracie, quien al parecer se encontraba dormida en lo brazos de la pelinegra.

Lauren suspiró y trató de calmar sus emociones, su corazón brincaba como loco en su pecho, la emoción de ver a la castaña estaba intacta.

-"No te preocupes Camila, entiendo que no estás aquí de vacaciones" Mencionó Lauren amablemente, aunque constantemente tenía que recordarse que la castaña sólo estaba en NY de paso.

-"Bueno pero eso no me da derecho a ser grosera, pero también el que este aquí por trabajo no impide que podamos ser amigas, cierto" Mencionó Camila en medio de una sonrisa.

Lauren devolvió la sonrisa, aún con una pequeña Grace absolutamente privada del mundo en sus brazos.

-"Entonces amigas?" Preguntó Lauren feliz.

-"Amigas" Confirmó Camila tomando la mano que la ojiverde le ofrecía.

Camila pudo sentir como toda su piel se erizo con el simple contacto con aquella blanquecina mano, su corazón brincaba como loco en su pecho, y la sonrisa de su cara no podía ser más grande.

Por alguna razón estar cerca de la ojiverde le daba la felicidad que no había sentido nunca en toda su vida.

Por su parte Lauren estaba emocionada de poder aclarar las cosas con la castaña que debía admitir le gustaba mucho.

Moon Law: El llamado de la Luna ;"Volumen I"Camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora