Capítulo 15

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Pasan uno, dos, tres...días. Esos días se convierten en una semana. Una semana en la que no se nada de Tayler.
No lo he buscado porque he estado demasiado ocupada con los exámenes. Es final de curso y mínimo tengo tres exámenes por semana.

Esta semana a parte de estresante ha sido muy rara. Todo el tiempo he sentido que me seguían. Creo que me estoy volviendo loca entre el estrés de los exámenes y la preocupación por Tayler. Menos mal que mañana es el último examen y toda mi ansiedad desaparecerá.

Camino por los pasillos como un muerto hasta que llega Maeve saltando de felicidad.
- Y por fin mañana seremos libres querida amiga. -dice con entusiasmo apoyando su codo en mi hombro.
- Si -digo yo en un fallido intento de mostrar entusiasmo.
- Me da depresión mirarte.
- Gracias amiga.
- De nada, para eso estamos. Y por eso te voy a ayudar.
- ¿Cómo? -preguntó con ilusión.
- Eso si te interesa ¿verdad? -dice con una sonrisita.
- Maeve -intentó que se centre.
- Mañana después del examen -se queda pensando- bueno mejor después de comer. Hay que comer si no el cerebro no funciona correctamente.
- Maeve -la interrumpo antes de que se siga yendo por las ramas.
- Eso, que después de comer vamos a su casa. -a mi se me abren los ojos como platos.
- No se, no se.
- Ya no tienes exámenes. No tienes excusas para no ir corriendo a buscarlo. Él ya no es una distracción.
- Vale -término aceptando.

Por la noche se me hace imposible dormir. Ya no se ni por qué estoy más nerviosa, si por el examen o por  saber que le ha pasado a Tayler. Solo espero que esté bien.

El examen fue... fue que es lo importante. En realidad ni tan mal lo hice para no haber dormido en toda la noche y de haberlo hecho más nerviosa de lo normal.

Al salir de clase es como si todo el cansancio desapareciera. El ansía de saber que todo va bien se apodera de mi. Le meto prisa a Maeve. Pero ella me recuerda que primero vamos a comer. Comemos en un restaurante con Sac. Él se muestra muy interesado en saber a donde vamos e insiste en llevarnos. Y aunque la vaga de Maeve quiere aceptar yo le suplico con la mirada que no lo haga. Si nos conocemos tan bien que nos comunicamos con miradas.

Al salir del restaurante caminamos hasta el edificio donde vive Tayler que solo está dos calles más arriba del restaurante. Cada paso que doy desde el aparcamiento hasta la puerta hace que mi nerviosismo aumente más y más pero nada se compara con cuando entro por la puerta. Subimos en el ascensor y caminamos por el larguísimo pasillo.

Me detengo enfrente de la puerta de Tayler.
- ¿A qué esperas? -me pregunta Maeve susurrando.
- Necesito unos segundos para prepararme para cualquier situación.
- ¿Unos segundos nada más?
- Tienes razón. Necesito tres horas -digo de broma y me doy la vuelta para salir caminando. Maeve me detiene agarrándome del brazo.

Suspiro profundamente y tocó la puerta. James no tarda mucho en abrirme. Se queda paralizado al verme.
-¡Woooo! -exclama Maeve  al ver el perfecto cuerpo de James que no lleva camiseta. Ella nunca se ha cortado y nunca lo hará. Yo ya no me avergüenzo tanto cuando hace estas cosas. Ahora hasta me hacen gracia.
James solo sonríe ante el comentario de mi desvergonzada amiga.
- ¿En que puedo ayudarte preciosa? -me dice James apoyándose en el marco de la puerta.
- Deja de embobarnos con todo eso -dice Maeve señalándolo de arriba abajo- y dinos donde está Tayler.
- Tayler no está -agacha la cabeza antes de continuar con un tono más suave- Se fue.
- ¿Cómo que  no esta? ¿Cómo que se fue?  -Maeve le pregunta un poco histérica.
- Cogiendo todas sus cosas y saliendo por la puerta. Así lo hizo -se rie de lo que ha dicho pero al mirar mi cara seria borra su sonrisa de la suya.
- ¿A donde se fue? -grita Maeve.
- No lo sé. -responde el serio.
Yo sigo petrificada, sin saber que hacer, mi cuerpo no reacciona. Escucho las voces de Maeve y James preguntándome que si estoy bien pero estas desaparecen. Un impulso me lleva hasta la habitación de Tayler de manera robótica. Maeve y James me siguen.

De un instante para otro, al abrir la puerta de la habitación, dejo de sentir el corazón. Siento un vacío que poco a poco se va llenando de dolor.
En la habitación solo están los muebles que venían con el apartamento. Los libros de Tayler, su ropa, su bolsa del gym... no están. No queda rastro de él.

Mi mente vuelve a reaccionar. Pienso y vuelvo a escuchar a James y Maeve.
- Madison ¿estás bien? -pregunta James preocupado.
- Por que no iba a estarlo. -contestó fríamente y salgo caminando hasta la puerta- Adiós James. Ha sido un placer conocerte. -digo mientras salgo por la puerta sin darle tiempo a responderme.
- Espera -grita Maeve corriendo detrás mía por el pasillo.

Salimos del edificio y Maeve me acompaña hasta mi casa caminando. Se le nota lo preocupada que está por mi. Una vaga como ella no caminaría tanto por gusto. Es una gran amiga. Se pasa todo el camino preguntándome si estoy bien. Mi única respuesta a esa pregunta es "lo estaré".

Ella insiste en quedarse en mi casa conmigo pero yo ahora mismo solo quiero estar sola. Necesito estar sola.


Después de este largo fin de semana he tenido tiempo de pensar. Me encuentro muy bien para haber pasado por la incómoda situación del viernes pasado.

- Hola -digo cuando llego con una gran sonrisa hasta Maeve que está sentada en la escaleras del instituto.
- Te veo muy animada.
- Lo estoy.
- Solo por eso te voy a dejar pasar que no me hayas respondido a los mensajes en todo el finde.
- Apague el teléfono. Lo siento.
- Lo entiendo. Necesitabas tiempo para pasar de página.
- No pase de página -Ella me mira extrañada y yo le sonrio- la arranque.
- Esa Es mi amigaaaa. Así me gusta. -nos reímos y vamos a clase cuando la campana interrumpe nuestra conversación.

Ya no tenemos porque venir a clase. Las notas están puestas. Pero aún así nos gusta venir. No damos clase, solo hablamos con los profesores de cualquier cosa y si venimos es probable que nos digan las notas que nunca viene mal saberlas antes que tus padres.


La semana transcurrió rápido, ya es el último día. Camino por el pasillo alegre hasta que llega Maeve. Cualquiera que nos viera pensaría que nos drogamos mucho. Nosotras vamos a todos lados sonriendo y con mucha energía  de buena mañana mientras los demás parecen muertos.

- Y buenoooo ¿cuando lo celebramos? -pregunta ella sin ni siquiera saludar.
-Esta noche.
- Perfecto. -me dice y me da un abrazo- Te dejo voy a saludar a Adam antes de que suene el timbre.
- Hasta ahora. -respondo antes de seguir caminando por el pasillo.

Suena el timbre y todo el mundo corre hacia sus clases pero yo no me meto prisa por llegar a la mía. Sigo caminando por los pasillos cada vez más vacíos hasta que alguien tira de mi brazo obligándome a entrar en el cuarto de los productos de limpieza.
- ¿ Que haces? -chillo.
-Shhh -me gira para que pueda verle la cara y me tapa la boca rápido. Por un instante me quedo paralizada mirando el rostro de Tayler.

Pasiones OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora