Capítulo 23

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~ELLA~

Desató el gran lazo blanco y abro la caja. Me quedo boquiabierta al ver el contenido de la caja. La dejo sobre la cama y corro a la ducha.
Me ducho lo más rápido que puedo y vuelvo a salir para ponerme mi hermoso regalo. Es un vestido negro que se ajusta perfectamente a mi cuerpo. Dentro de la caja donde venía el vestido y los tacones  hay otra caja pequeña que no abrí antes.
Al abrir la caja pequeña me encuentro con un colgante que tiene un par de alas de ángel. En la cajita viene una nota:
"Le entregó sus alas a mi angel para que no tenga que usar cojines"

Se me escapa una risita al leer la nota escrita a mano por Tayler. Su letra es inconfundible. Tenía que haberlo pensado ¿quien si no me iba a hacer un regalo? ¿Alfred? Nadie más sabe donde estoy.

Me hago una coleta alta perfecta y mi largo cabello liso me llega por casi la mitad de la espalda. Me maquillo poco. No me gusta llevar mucho maquillaje y estoy acostumbrada a no llevarlo. Pero para darle un toque de color al outfit negro me pinto los labios de un rojo muy intenso. Me hecho mi perfume favorito y me pongo los pendientes y los tacones. LISTA.

Me miro por última vez al espejo cuando Gi entra en mi habitación, sin llamar, muy alterada. Se detiene para mirarme de arriba abajo.
- Wow -agita la cabeza para concentrarse en lo que venía a decirme en realidad- ¡Corre! Llegamos tarde -chilla.
Me arrastra hasta el coche. En la casa ya no queda nadie salvo ella y yo. Una vez el coche arranca se relaja. Yo ni me había dado cuenta de que hora era.

- Estás increíble -me halaga Gi.
- Tú también. -el azul marino le sienta genial- ¿Tú sabías algo de esto? -señalo el vestido.
- Quizás -su gran sonrisa convierte ese "quizás" en un "sí"- Tayler me dijo que no te llevara ningún vestido. Que él se encargaba. Así que supuse lo que haría. ¿Quien diría que mi hermanito tendría tan buen gusto? -nos reímos.

Al llegar a la fiesta me pongo algo nerviosa. Entramos en el lujoso edificio y doy gracias a que Gi me indica donde es por que si no estoy segura de que con los nervios me perdería.
Para llegar a la gran sala hay que bajar una inmensa  escalera. Al entrar siento como todas las miradas se posan en nosotras desde abajo. Y se que una de las miradas es la de él. Su mirada es la única capaz de atravesarme. Rápidamente lo encuentro en la distancia. Vestido con un traje negro que le queda perfecto y contrasta con el azul claro de sus ojos.
Está tan guapo así vestido y tan bien peinado.

Comienzo a bajar las escaleras y él comienza a caminar hacia mi sin apartar su intensa mirada de mi.  Cuando está a escasos metros llega Devon y se lo lleva.
- Acompáñame a por una copa -Gi me distrae para que no me de tiempo ni a procesar lo que acaba de pasar.
- No quiero beber -No quiero liarla y menos en público.
- Te he pedido que me acompañes a por una copa para mi -recalca el "una" y el "mi". Nos echamos  a reír y comenzamos a caminar hacia la barra.
- ¿Que se les ofrece a estás bonitas damas? -dice el guapo camarero de detrás de la barra.
- Tú número de teléfono -bromea Gi, el camarero pilla la broma y se ríe con nosotras- Y una copa de vino. -dice cuando consigue parar de reírse.
El camarero le sirve una copa de vino y desliza una nota por la barra. Le guiña un ojo a Gi y se va a atender a otros. Gi, me enseña el número que hay en la nota, emocionada.
- Y así es como se hace querida amiga. -bromea haciéndose el pelo hacia detrás.

Después pasar un rato hablando con los señores D'Amico volvemos a la barra a por otra copa de vino para Gi. Alexandra y Harry tienen que saludar a todo el mundo antes de sentarnos a cenar. Para mi desgracia, son cientos de personas y yo tengo hambre.

Después de lo que me parece una eternidad llega la hora de cenar. Nos dirigimos a la mesa que tiene un cartelito donde pone "D'Amico". Mi siento justo enfrente de Tayler.
Me como los insípidos y elegantes platos que me traen bajo la atenta mirada de Tayler. Es imposible comer así.
Me pregunto porque Devon se sienta también en esta mesa. Y ¿porque tiene que sentarse al lado de Tayler?. No serán... No. Tayler no...
De repente me siento agobiada. Es posible que estén juntos. El otro día me dijo que entre ellos no había pasado nada. ¿Sería capaz de mentirme?

Después de comer y quedarme con hambre, salgo rápido hacia el jardín al que da el inmenso salón. Necesito aire.
Una voz grave detiene mis pensamientos.
- Buenos noches. -me giro y me encuentro a un hombre moreno.
- Buenos noches -le respondo educadamente.
- ¿Como te llamas?
- Madison.
- Encantado Madison, soy Derek.
- Igualmente -me da la mano.
- ¿Se encuentra bien? la he visto algo preocupada.
-Si si -miento y cambio de tema rápido- ¿De donde es usted? -salta a  la vista que no es estadounidense.
- Soy alemán. Estoy aquí por negocios. Supongo que usted si es de aquí.
- Si -le confirmó.
- ¿Me concederías un baile? -No quiero pero no quiero ser maleducada. Al menos así me distraeré un rato. Lo acompaño hasta la pista de baile.
No puedo evitar sentirme muy incomoda cuando coloca las manos sobre mi cintura. Yo separo todo lo que puedo nuestros cuerpos y él intenta juntarlos.
- No podemos bailar a dos metros de distancia -susurra bromeando y yo le dedico una falsa sonrisa.
De repente alguien nos separa.
- Disculpa -le dice Tayler a Derek robándome.  Tira de mi lejos de ese tío. Pega su cuerpo al mío y comenzamos a movernos al ritmo de la música.
- Gracias. Estaba incómoda. -confieso.
- No me gusta verte con otro hombre. No me gusta ver a otro cerca de ti.
- A mi tampoco me gusta.
- Quiero ser el único.
- Lo fuiste -veo el pánico en sus ojos que desaparece cuando continuo:- lo eres y lo serás.
- ¿Por qué me has estado evitando?
-Porque no sabía cómo decírtelo.
- ¿El que?
- Que te quiero. Pero supongo que ya es tarde. Estás con Devon -agacho las cabeza.
- Ya te dije el otro día que no estoy con ella. No tengo el más mínimo interés en ella. Solo me interesas tu. Tú eres la única que ocupa mi mete y me corazón. - me levanta la barbilla con los dedos para que lo mire a los ojos.- Te quiero.
Impacta sus labios contra los míos dándome un beso corto pero apasionado.
- Sácame de aquí -le pido y él asiente.

Pasiones OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora