Capítulo 8

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A la mañana siguiente Lucía se despertó temprano, se dió una ducha y rebuscó entre su armario un conjunto de falda y una camiseta roja se puso sus converse negras.

Una vez lista, comió el desayuno.
Se dirigió a su cuarto se sentó en el filo de la cama

¿Y ahora que? No tenía ningún sitio al que ir, se levantó se asomó a la ventana para contemplar la belleza de jardín que tenía su madre.
¿Que tal un paseo? - pensó.

Salió a darse una vuelta por el jardín, el olor de las flores y de quel césped verde le daba un poco de paz.

Se sentó, pensaba en Pablo y aquel momento de pasión que la había hecho sentir viva y feliz, por primera vez había experimentado placer sin haber sido forzada.

Además la visita de su peor pesadilla cada vez se aproximaba más, era como un castigo tener al enemigo cerca sin poder delatarlo por miedo además por evitar hacer un mayor escándalo.

En eso se escuchan los pasos de alguien a sus espaldas, gira la cabeza y ve que es su mamá.

- ¡Me asustaste mamá! .

-¿Que haces acá tan pensativa?

- Que bonito jardín tienes, tenía mucho tiempo de no venir- tratando de cambiar la conversación.

- Te estaba observando a través de la ventana, por momento te vi con una sonrisa y ahora es todo lo contrario.

-Mamá hay momentos donde solo quiero escapar de este lugar (por no decír su casa).

-¿Te pasa algo cariño? Teresa se sentó junto a ella y pudo contemplar como se asomaban algunas lágrimas en sus ojos.

Lucía tenía la vista perdida en sus recuerdos.

- Sabes mamá arruinaron mi vida,ya hasta hubiese terminado mis estudios , tengo muchos ganas de retomar la universidad, no ha sido fácil batallar con tantos sentimientos, he pensado que eso me ayudaría, desde que eso pasó no he vuelto.

- Te entiendo, también he estado pensando en tus estudios, y creo que en el momento que quieras reincorporarte tendrías mi apoyo. - tomó una pausa y dijo después -

Prometo que hubiese dado lo que fuera por haber estado ahí para defenderte.

Por unos minutos ninguna dijo nada, pues el momento había sido muy extraño para Teresa porque Lucía muy pocas veces se había expresado tan abiertamente con ella sobre ese tema,hasta con la psicóloga que atendía su caso se le hacía difícil revelar el nombre de quien la abusaba.

- ¿Recuerdas alguna característica de él? preguntó la mamá.

Lucía por un momento piensa la respuesta.

Pausadamente contestó :
- ¡A veces es difícil recordar detalles, entre tanto dolor!

Habían momentos en los que Lucía sentía que ya no podía seguír cargando con tantos problemas del pasado pero entre sus amigos y ahora con Pablo en la mente se le hacía más fácil batallar, ese día había sido un poco agotado.

Trataba de desconectarse de todo para evitar qué los recuerdos fueran menos, ese día se había olvidado hasta de su celular, ya era de noche cuando fue a su habitación, busca su pijama y se acuesta en su cama tratando de dormir, daba vueltas y vueltas pero no lograba conciliar el sueño.

Se dirige a su escritorio, saca su diario toma un lápiz y empieza a escribir...

"Acá estoy acostada sobre mí cama mirando fijamente el techo, por lo que parece llevo horas de insomnio, estudio las pequeños rayos de luz que se filtran a través de mi oscura habitación, se que estoy por tener otra noche sin poder dormir... Hoy casi le revelo a mi mamá quien era el que había abusado de mí, no hubiera sido fácil para ella escuchar el nombre o las características que ella me pedía... "

Se detuvo fue a la mesa de noche tomó su celular, vio que eran las 2:25 am. Guarda su diario y se dirige a su cama cuando ve que la pantalla de su celular se enciende.

Lo toma de regreso ve que es una notificación de Facebook,sus ojos no podían creer lo que estaban viendo.

Dudosa de lo que ve, apaga su teléfono lo enciende de nuevo, ingresa a Facebook y ve una solicitud de amistad de un tal Pablo.

-¿Será mi Pablo? Me pregunté, no sabía sus apellidos, reviso el perfil, lo analizo, pero tenía mucha privacidad, la foto de perfil era de él, pero no me aseguraba de que fuera real, tomo un patallazo.

Lo primero que se me ocurría era llamar a Pamela pero estaba consciente de la hora y sabía que no me iba a contestar.

Le envío un mensaje con aquella foto que le había tomado al perfil no tenía la mínima respuesta de que me contestaría, pero si estaba segura que se venía una investigación, mejor que las que se hacen en el FBI, que de por sí a Pamela le encantaba eso.

Dejó mi habitación y me dirijo a la cocina para conseguir agua, ahora el insomnio no es por tristeza, si no por curiosidad de saber si ese era el verdadero perfil de Pablo y si su apellido era González.

Lucía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora