Capítulo 4

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Por fín sábado por la noche, Pablo estaba entusiasmado, se preparaba para una gran noche, busca su mejor ropa.

Lo único que tenía en mente era poder conocer y saber más de aquella mujer que llevaba en su mente, desde hace varios días ya.

Listo ya, pasó a recoger a su amigo Juan en su carro.

-Espero esta sea nuestra noche bro- dijo Juan.

- Yo sólo tengo en mente a una y apuesto que esa esta noche cae en mi cama.

Buscan como estacionar su carro, se bajan.
Al entrar por la puerta de la discoteca, ahí ya estaba Lucía, con sus amigos, se veía sumamente hermosa.

Ya había pasado un par de horas dentro del lugar, esa noche Pablo tiene el primer acercamiento e intenta sacarla a bailar. Pero la respuesta fue un no.

- No seas amarga, no debes cerrarte tanto con ese pasado, el solo te está invitando a bailar - Dijo Pamela.

- Lo sé, pero no creo que me sienta cómoda bailando con él.

Todos siguieron bailando, Pablo no insistió, había captado el NO de Lucía... Aunque después de un rato cruzaron mirada fija por primera vez, las miradas y el cortejo de Pablo, parecía funcionar.

Sus cuerpos al son de la música dejándose llevar, bailando al ritmo de la música, ambos ya acompañados de un par de copas, por ratos seguían cruzando tiernas miradas y risas pícaras... Y un poco de ganas... ( uno de ellos).

Pablo se acerca, toma de la mano a Lucía, esta vez ella no dice nada y se deja llevar por el atractivo hombre.

- ¡Te ves hermosa!, desde el primer día que te vi, tu pelo, tu cuerpo... Ya sabes.

-¿ Acaso no hay más mujeres aquí igual o más atractivas que yo? Que talves con más facilidad hubieran aceptado...

- ¿Cómo te llamas? - interrumpió.

- Me llamo Lucía.

- Bonito nombre, me llamo Pablo.

Y así fué como dos personas, que no se conocían, que no sabían nada el uno del otro, se dejaron llevar por las copas y la música. Uno flechado y el otro con un solo propósito (Tener una noche de pasión).

Pamela se acercó a Lucía, ya era muy tarde, interrumpió la cercanía y el baile de la pareja, y tomó a Lucía de la mano.

- Me parece que ya es muy tarde, debemos irnos, Andrés ya está muy ebrio, la única persona más consciente es María José, y ella ya quiere irse.

- No te preocupes, yo ando en carro - dijo Pablo.
Puedo pasar a dejarte en la casa Lucía.

Lucía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora