Fué una noche de sábado intensa
Entre tanto acercamiento, miradas tiernas y provocativas además de un poco de deseo, pude entonces ver como el brillo de tus ojos me decían : "Ven a mí, te deseo", entonces ahí fué donde decidí darte la mano, aceptando tu cortejo y tú invitación a bailar.Además de la canción que sonaba en ese instante, recuerdo que decía "ven bailalo, que la rumba está buena contigo morena" el perreo era muy intenso nuestros cuerpos se rozaban entre sí.
En mí mente después de mucho tiempo no existía ese pensamiento de mí pasado que tanto me seguía, confieso que después de lo que me pasó sentía mucho odio hacia los hombres, y al tenerte cerca poco a poco se iban desapareciendo.
Tú invitación de pasar dejándome a la casa puso en juego muchas cosas, pensaba en no dejar que mis amigos se fueran sin mi, o ¿Acaso ellos iban a permitir que me quedara con un desconocido?
No tenía respuesta, simplemente no lo sabía, lo único que sentía en ese momento era la sensación de seguridad que me daba tu presencia, no tenía la mínima idea de tus intenciones hacia mí, quizás estaba loca por pensar así o ¿ Serían los tragos de alcohol que me tenían ya inconsciente?
- Si, acepto quedarme contigo. Pamela puedes irte con los demás.
- ¿Segura? - con cara de asombro contestó Pamela.
- No le va a pasar nada malo, lo prometo - dijo Pablo.
María José, toma de la mano a Lucía y la saca del grupo donde se encontraban.
- Lucía me parece que estás tomando una mala decisión al quedarte, ni quiero imaginar el susto que le darías a tus papás.
- ¡Ay Majo! Lucía debe de conocer más gente - dijo Pamela - (Majo era el diminutivo de María José, así le decían sus amigos)
Andrés por su parte era un amigo tímido, además de ya encontrarse muy ebrio, ni cuenta se daba de lo que pasaba con sus amigas,así que le importó un carajo dar una opinión.
- Si lo sé, me estoy arriesgando, pero por favor amigos, si mis papás llaman, digan por favor que estoy donde Pamela,mañana les cuento todo, ahora solo quiero divertirme un poco más.
Lucía se despidió de sus amigos y buscó a Pablo.
Ahí se encontraba Pablo, observando como ya caía su próxima presa, ya hasta había tenido tiempo para planearlo todo con su cómplice.
Juan por su parte decidió entonces abandonar el lugar esa noche.
La pareja entonces tomaba más copas de licor, seguían bailado esta vez con más sensualidad.
Pablo provocativamente y muy consciente de sus actos manoseaba aquel hermoso cuerpo, se acercaba con mucho entusiasmo hasta que por fin pudo robarle un beso, ella ya entonces solo se dejaba llevar sin decir una sola palabra.
Era ya de madrugada cuando ambos decidieron abandonar el lugar.
Van tomados de la mano y buscan el carro en el estacionamiento, el todo un caballero abre la puerta del carro, Lucía sube,se sienta y a brocha su cinturón.
El sube también - se ve con cara de felicidad, con la presa lista para darle rienda suelta al placer.
-¿Segura que quieres irte a casa? Tocaba su mano y contemplaba sus carnosos labios esperando una respuesta.
El con su boca insinuaba, que pasara algo más que un beso.
- Ya casi amanece, mis amigos deben de estar preocupados, mi celular está sin batería - dijo ella-
-Ellos ya deben de estar en sus casas durmiendo. Continuaba diciendo.
Con voz provocativa y algo de coqueteo. Pablo exclamó :¡No cualquier hombre tiene la dicha de estar a solas con una gran mujer a esta hora!
Las ventanas del carro empezaban a empañarse, Lucía se observaba Nerviosa, con la respiración algo alterada. El toma su mano y la besa.
Enciende el motor del carro y sale del estacionamiento, acelera el carro como si su destino fuera encontrar el primer motel que apareciera en el camino .
Ya sabía la ruta entonces no tendría problemas en encontrar uno.
Ella seguía sin pronunciar una sola palabra.
A lo largo de la carretera se observa un letrero que decía "Motel el Edén", llegan al lugar.
El busca una habitación desocupada, entra y apaga el carro.
Me abre la puerta y me carga en sus brazos, mientra me besaba.
Al llegar a la habitación, poco a poco seguía besándome , sus besos sabían cálidos y profundos, sentía el calor y la humedad en mi interior, por la pasión que ambos estábamos expresando.
Estaba segura que estaba lista y preparada para dar el siguiente paso.
Pude sentir como su extensión iba creciendo mientras rozaba mi pierna.
Me despegue de sus labios y llevé mi boca hasta su cuello, dejándole suaves besos sobre su piel.
Pablo bajaba el cierre de mi pantalón con una de sus manos.
-Te deseaba tanto - me susurró al oído.
¿Segura que quieres? me preguntó.- Lo estoy. - contesté segura pero con algo de nervios, sentía la respiración a tope mi corazón al ritmo de una taquicardia.
Antes esa confesión Pablo se apresuró a bajarme el pantalón, hasta dejarme en ropa interior.
Me separé de él y lo ví con una mirada pícara y con algo de dulzura, el observaba detenidamente cada parte de mi cuerpo.
El ya estaba preparado para que yo le quitara su ropa, y así lo hice.
Comencé a quitarle su camisa de cuadros, besé su torso descubierto y sus grandes pectorales, mientras que con mi mano derecha tocaba su enorme masculinidad.El me levantó entre sus brazos me llevó a la cama nos desnudamos, me sorprendió cuando llevó su rostro hacía mi intimidad, comenzó a besarla lentamente.
- Te gusta - me dijo.
No contesté nada, subió y me besó.
Introdujo su extensión en mi interior, solté un breve gemido de dolor pero esta vez era de placer.
Y así Pablo se empezaba a mover en mi interior, aveces con mucha intensidad.
La madrugada se hacía corta.
El poco maquillaje que ella se había puesto, iba desapareciendo por la sudoración que provocaba el roce de sus cuerpos.
Pablo no hablaba más solo disfrutaba de los gemidos que salían de la boca de ella, a demás de verla llena de placer como pidiéndole más.
Ella tampoco decía una sola palabra, se limitaba a gemir, mientras disfrutaba de aquel hombre que la hacía olvidar su tragedia del pasado.
Era una de esas madrugadas que quizás solo quedaría en el recuerdo de un momento de placer fugaz, algo asi como una noche loca llena de placer. Que tal vez no volverá a pasar.
Ohh ¿Quién sabe?
Al llegar a la cumbre , ambos se quedaron dormidos. Poco después ella se despierta en los brazos de Pablo.
Se levanta de la cama con cuidado, tratando de no hacer ruido,buscó el baño.
Mientras cae el agua por su cuerpo, pasaba el jabón por su piel recuerda cada beso, cada respiración, deseaba estar con el en el baño en este momento.
Pero también recordaba lo pecadora he ingenua que había sido, se consolaba pensado que "El era un experto en la cama".
Tomó sus cosas, salió rápidamente del lugar, pidió un taxi y se dirigió a la casa de Pamela.
Cuando Pablo despertó, ella ya no estaba, a él solo le quedó el olor de su cuerpo y unos cuantos rasguños en su espalda, además de un poco de incertidumbre de saber si le había gustado.
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Lucía
RomanceEl amor se cultiva ¿Pero quién no ha visto una rosa marchitarse por falta de riego o cuidado? Parte el corazón saber que la rosa muere ante la falta de sencillos pero constantes detalles. Durante su lectura encontrarás contenido para adulto, no es...