Confia En Mi

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Ya que había llegado a la ciudad y me había dirigido directamente a la casa de Otabek tuve que quedarme a dormir ahí debido a que mis muebles estaban en mi otra casa y no los traería hasta mañana. Era la primera vez que sentía un ambiente tan cálido y amable a pesar de que hace unos minutos sus padres nos habían estado gritando si parar pero aun así se habían preocupado inmediatamente de mi estado.

Ya que la familia de Otabek es muy sencilla su casa no era más de lo que necesitaban. Baño, comedor, sala, cocina y dos cuartos era lo único que conformaba esa pequeña casa y no era porque no tuvieran dinero sino que no les gustaba excederse así que tenía que quedarme a dormir en el cuarto de Otabek.

Todo el cuarto estaba impregnado de su olor y me hizo sentirme un poco relajado además de confiado ya que por mi embarazo una parte de mi se sentía ansiosa porque no estuviera con él. Su cama era individual así que me la ofreció para que estuviera más cómodo mientras que Otabek pasaría la noche en el sofá que se encontraba ahí.

—Yuri...ya me ofrecí a mantenerte durante el embarazo y no pienso retractarme de ninguna manera pero...— dijo sentándose en el sofá con los brazos cruzados 

—¿Pero?...¿pero que?...— respondí mientras acomodaba las cobijas para acostarme y dormir ya que el viaje había hecho que me cansara demasiado.

—¿Cómo sabes que el bebé es mío?— preguntó frío y serio, me quedé callado mientras lo escuchaba hablar.

—Lo acabo de decir, no pienso retractarme de ayudarte aunque no sea mío pero si es así sera mejor que me lo digas ahora— dijo parándose a un lado mio.

—¿Cómo lo sé?... es obvio no me he acostado con nadie más durante las últimas semanas más que contigo.... esa vez en la enfermería— respondí cruzándome de brazos.

—Yuri no quiero que te enojes porque no confíe en ti pero...¿como estoy seguro de ello? te fuiste casi un mes— dijo tratando de sonar tranquilo.

—Al parecer mi alfa tiene miedo de que lo engañe...pero deberías de saber que es lo que conlleva el que marques a un omega...— dije esto con burla e ironía mientras que él me veía con ojos de confusión que solo calmo hasta que le explique.

Siempre lo dije, no me veía marcado por un alfa por una sola cosa, los efectos que tienen en el omega. ¿Como lo se? porque lo había investigado ya que antes de cambiarme a la escuela de Otabek conocí a un chico que fingió ser alfa para que me gustara pero eso es otra historia.

Le explique que los alfas y omegas se unen por medio de un lazo espiritual que se pacta cuando el omega es marcado y, visto desde la perspectiva de un omega, es como si el alfa nunca se separará de él lo cual no hay problema cuando estas cerca de un beta ya que ellos son comunes pero lo difícil viene cuando se trata con alfas.

Los diversos olores que emiten los alfas pueden llegar a ser desagradables e inclusive imposibles de soportar y es por esa razón que no me acostaba con nadie además de las constantes punzadas que sentía en la marca que se debían a que se podía transmitir sentimientos y estados de ánimo del otro por este medio.

Con los únicos con lo que podía acostarme eran con betas, pero difícilmente podría quedar embarazado además de que ellos no querían tener nada con un omega marcado para evitar problemas con su alfa.

—¡¿En serio?!— pregunto aun sin creer lo que dije.

—Te lo juro Otabek, se que no soy de confianza y puedo ser una persona despreciable pero con algo como esto no te puedo mentir— dije tratando de transmitirle confianza mientras llevaba su mano a mi abdomen. Aun así él no estaba muy convencido de mis palabras, después de esto me dispuse a dormir mientras que él estaba en la cocina hablando con sus padres.

Un par de minutos él entró a la habitación y me di cuenta que solo me observaba mientras se quedaba sentado en el sofá, fingí que estaba dormido para que me dejara en paz por lo menos ese día y después de un rato se acostó para dormir. Como le dije a Otabek, no había tenido contacto físico con nadie durante de un mes y para mi eso era una abstinencia muy larga.

Tal vez estaba exagerando pero al pensar en todas estas cosas hizo que me dieran ganas de hacerlo y ahora que Otabek estaba conmigo pensé ¿por qué no?, en seguida me levanté y me dirigí hasta donde se encontraba pero antes de empezar me di el tiempo de verlo por un momento, se veía tan tranquilo que me llenó de alegría y fue en ese momento en que me di cuenta que todo lo que sentía por el chico que estaba delante de mí nunca había desaparecido.

El pensar que aun era muy joven como para formar mi propia familia además de la idea de enamorarme hacia que me asustara y esta era la razón por la que decidí abandonar al bebé cuando naciera, mi pensamiento era muy inmaduro pero quería seguir disfrutando de mi libertad a pesar de todo y si me enamoraba de él haría que nunca lo pudiera dejar.

De repente despertó y me pregunto si me pasaba algo, no dije nada en ese momento y solo me acosté encima de su pecho abrazándolo fuertemente. Otabek solo me correspondió el abrazo y me repitió la misma pregunta.

—¿Me crees verdad?— él solo se quedo en silencio mientras acariciaba mi cabello, comencé a preocuparme porque no decía ni una sola palabra.

—Beka...¿en serio me crees?— le volví a preguntar mirándolo a los ojos.

—Claro que si Yuri...se que no me mentirías en algo como esto— dijo con una sonrisa.

Solo me miro fijamente y de una manera dulce me dio un beso en la frente, hasta ese punto ya había aguantado mucho así que lo bese en la boca buscando apagar la llama de lujuria que creció dentro de mi y al parecer también él necesitaba algo de contacto físico que inmediatamente comenzó a tocarme por encima de la ropa.

En un movimiento rápido ya me había quitado todo lo que traía puesto en la parte inferior y me penetro suavemente teniendo cuidado por el estado en el que estaba, me sentía lleno y feliz al tenerlo dentro de mí mientras que él seguía viéndome con el mismo deseo de la primera vez, incluso no le preocupaba que sus padres nos descubrieran pero llegó un punto en el que en verdad creí que lo hacia a propósito.

Trate de contener mi voz para que no nos descubrieran pero el me incitaba a que la dejara salir, nunca me importaba si alguien nos descubre teniendo sexo con excepción de mi abuelo pero en esta ocasión me preocupa el hecho de que sus padres aparecieran. No entiendo muy bien el por qué pero al pensar en que esto podía pasar me moría de la vergüenza sin embargo Otabek conocía cada parte sensible de mi cuerpo y ya era un experto en hacer que gimiera de placer.

De repente tocaron a la puerta y al otro lado se escucho la voz de su madre preguntando si estábamos bien ya que se escuchaba mucho ruido, entre en pánico pero inmediatamente Otabek cubrió mi boca.

—Estamos bien mamá es solo Yuri que estaba teniendo un pesadilla— dijo tranquilo y con una sonrisa en la cara.

Después de decir esto me miro y comenzó a reír tan feliz que hizo que comenzara a reír igual , todo esto termino conmigo durmiendo encima de él mientras me abrazaba. En la mañana de nuevo comencé a portarme frío con Otabek lo cual lo confundió demasiado pero ese momento fue el comienzo de todo lo que nos esperaba.

La Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora