Gracias

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Tenía que alejarme de todo, me fui sin decir nada más que dejando una nota en el cuarto de Otabek pidiendo que cuidara de nuestro hijo. No quería regresar a trabajar a la empresa familiar ya que estar embarazado otra vez sin que su padre me ayudara seria el colmo para mis padres así que estando en el aeropuerto no sabía a donde dirigirme y de repente se escuchó por el micrófono que en una hora saldría el vuelo para Canadá.

Compre un boleto y me puse en marcha hacia Canadá, ya me las arreglaría, tenía el dinero suficiente como para sobrevivir un mes y en cuanto se acabara tendría que recurrir a mi familia aunque no lo quisiera. Como no tenía a nadie en ese país, tuve que comprar un lugar en donde vivir y tratar de hacer mi vida.

Después de un mes, me tuve que tragar mi orgullo y pedir ayuda a mis padres. Era obvio que estarían molestos, los volví a decepcionar, mi abuelo me busco para cuidar de mí durante mi embarazo como ya lo había hecho antes, el tiempo corrió pronto y cuando cumplí cinco meses llegó una persona muy oportuna a mi vida.

Como necesitaba el dinero trabaje a distancia para mis padres, mi embarazo era un poco delicado y no podía viajar a Rusia pero me pidieron que acogiera a un hijo de uno de sus socios. No tenía buenas experiencias con esas cosas desde lo que paso con Viktor pero no podía oponerme por mi estado.

Fue cuando conocí a Jean, a primera vista se notaba que este chico era una persona engreída y sarcástica y cuando lo conocí pude confirmarlo, trataba de molestarme pero aun así nos hicimos muy buenos amigos, pasábamos el tiempo juntos y siempre me apoyaba sobre todo con mi embarazo.

Llegó un punto en él me confesó sus sentimientos.

—¿Hablas en serio?— le pregunté sin poder creerlo.

—Claro que si Yuri, nunca he sentido esto por alguien más— respondió con una gran sonrisa.

No sabia que responderle, no solo debía de pensar por mi sino por el bebé que estaba esperando, tenía una gran responsabilidad con él o ella, aun no sabia que era, y sobre todo tenía que pensar que es lo que haría después de su nacimiento.

—Te prometo que yo me haré cargo de tu hijo...ya que su padre no quiso hacerlo— prometió besando mi mano

—Te equivocas su padre ni siquiera sabe que existe, decidí que seria lo mejor— respondí triste recordando lo que pasó.

—¿Podrías contarme?— me pidió amablemente.

—Su nombre es Otabek y es el mismo padre que el de mi hijo Alik, pero él estaba a punto de casarse con otra chica, yo lo había dejado cuatro años y quiso volver a hacer su vida— explique divertido de lo irónico que era la situación.

—Pero...¿entonces?— pregunto cruzando los brazos.

—Fue una noche en que los dos estábamos muy sensibles, peleamos y después.... nos dejamos llevar— dije avergonzado aunque fue un gran alivio para mi desahogarme de todo lo que sentía por dentro y de todos los problemas que me perseguían

—No me importa lo que haya pasado entre ustedes o de que esperes un hijo, lo único que sé es que quiero intentarlo...¿me aceptarías?— insistió tomando nuevamente mi mano.

No podía mentirle a mi corazón, aún seguía amando a Otabek pero pensar que él ya estaba con Mila haciendo su vida me hizo querer intentarlo. Le deje en claro todo lo que aún sentía pero que haría lo que fuera por cambiar eso, fue así que comenzamos a salir, casi después de un mes comenzaron las complicaciones en mi embarazo. Desde un principio era un poco delicado por los grandes esfuerzos que había estado haciendo sin que yo supiera de su existencia.

Deje de trabajar lo que resto de mi embarazo, fue cuando Jean se ofreció a cuidarme y mantenerme, para él era fácil mantener a quien sea, sus padres tienes muchos bienes y dinero que no le dolía hacer ningún gasto excesivo. Siempre trataba de complacerme en todo y me consentía demasiado, llegué a encariñarme con él pero nunca pude quererlo de la manera en que quisiera.

De repente, en una noche sin previo aviso comencé con labores de parto, nunca pensé en que volvería a pasar por lo mismo pero ya tenía experiencia así que nos dirigimos al hospital rápidamente, en cuanto llegamos nos dijeron que no Jean no podía pasar si no era mi familiar, estaba desesperado sentía que el dolor me desgarraría que lo único que salió de mi boca fue decir que era mi esposo.

Después de dar a luz, estando en mi habitación mientras espera a que trajeran a mi bebé, Jean y yo tuvimos una larga conversación.

— Yuri fue una niña, no tardan en traerla así que espera un poco— dijo feliz besando mi frente.

—Rayos ahora voy a tener que volver a criar a otro hijo— dije divertido de todo.

— Yuri...no estás solo...aquí está tu esposo para ayudarte— respondió en tono heroico.

—Sabía que no debía de decir eso porque te lo ibas a creer—

—Pero...quiero creerlo— en seguida sacó una pequeña cajita, era un anillo de matrimonio.

Me quedé sin palabras mientras veía como este brillaba con la luz.

—Te propongo que te cases conmigo pero sera cuando tu decidas...mientras espero quiero que utilices esto para que sepan que no estás solo— dijo seriamente con una sonrisa.

—Jean...¿aceptarías criar a mi hija como tuya?...sinceramente tengo miedo de arruinar el matrimonio de Otabek diciéndole que tuvimos otro hijo— pregunte con un tono de culpa en el fondo.

—¿No piensas decir nada?— respondió tranquilo.

—No...es por eso que si te comprometes conmigo...no solo sería yo sino también te harás responsable de ella... es una gran carga y sino quieres hacerlo yo entenderé— explique un poco nervioso por su respuesta.

—Yuri...te amo y con gusto acepto...entonces ¿aceptas?— volvió a preguntar felizmente.

Estaba muy agradecido con él, me conmovió el hecho de que se haya ofrecido a cuidarme, a mi hija y sobre todo el hecho de que significaba mucho para él que acepte su propuesta. Después de que me pusiera el anillo me dio un beso en la cabeza, en ese momento la enfermera trajo a la bebé a la habitación. Ya había pasado mucho tiempo que no cargaba a un bebé pero fue una sensación maravillosa.

—¿Puedo ponerle el nombre?— me pidió entusiasmado.

Asentí con la cabeza, fue cuando el dijo que Mia seria un excelente nombre para ella. Me alivio un poco que no tuviera algún parecido con Otabek porque así seria un poco más fácil ocultar la verdad, fue a partir de ese momento en que comencé mi nueva vida a lado de mi prometido, no estaba listo para aceptar que nos casaramos pero siempre llevaba mi anillo para aparentar, aunque era gracioso porque yo nunca acepte que estuviéramos juntos en una relación solo decía que vivíamos juntos y eso era todo.

Tampoco acepte que le diera su apellido a Mia, ella solo lleva el apellido Plisetsky, de esa manera sentía que por lo menos tendría un lazo con su verdadero padre. Al cabo de un año cuando yo estuve listo para viajar y mi hija ya tenía la edad para viajar, Jean y yo decidimos que sería el momento para regresar.

Alik debía de conocer a su hermana y a la persona que tal vez en un futuro sería mi esposo, lo extrañaba demasiado pero me asustaba el volver a ver Otabek mientras fingía que nada había ocurrido, junte todo mi valor y le mande un correo pidiéndole que me fuera a buscar al aeropuerto sin mencionar que llegaría acompañado.

La Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora