¡Oh No!

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Cuando desperté me sentía tan feliz, tenía la pequeña esperanza de que Otabek me siguiera amando y la noche anterior lo comprobé pero no estaba tan contento con lo que había hecho, él había estado planeando su boda con Mila y la terminó engañando conmigo, si hubiera sido hace cuatro años no me habría importado el terminar una relación ya que lo hacia seguido pero esto era diferente.

Ahora Alik dependía de mi y ya no podía portarme como el chico inmaduro de antes, pero si Otabek estaba dispuesto lucharía por él. Con esta idea me dirigí a casa de Otabek para hablar de lo que había sucedido esperando que Mila no estuviera ahí, no diría nada si él no quisiera pero si era así me enfrentaría a ella cara a cara.

Tomaría como excusa el recoger a mi hijo para que pudiera hablar con él pero al tocar la puerta quien la abrió fue Mila, sentí como mi estómago dio vueltas y de un solo golpe me trajeran a la realidad.

—Hola Mila, solo vengo rápido por Alik— reaccione rápidamente con una sonrisa.

—Pasa Yuri...queremos hablar contigo— dijo haciendo una señal y abriendo totalmente la puerta.

Me puse un poco nervioso sobre esto porque seguramente Otabek no le hubiera dicho lo que pasó entre nosotros, entonces no sabía que es lo que querían. Al entrar Otabek estaba jugando con nuestro hijo en la sala y en cuanto me vio se puso un poco nervioso.

—Yuri...Beka y yo hemos estado peleando por el hecho de que quieras meter a nuestras vidas a Alik pero me contó que hablaron ayer en la noche cuando me fui— mencionó sentándose a una lado de él.

—Ah...sí...fue a hablar conmigo ya en la noche— respondí pensativo.

—Me dijo que tenías planeado volver a Rusia pero querías que Alik se quedará con nosotros y me parece una buena idea...te prometo que cuidaré de él como si fuera mi hijo— dijo tranquila tomando la mano de Otabek. 

—También quiero pedirte una disculpa...no me he portado muy bien contigo y es que aun no comprendo que ya no eres el mismo niño de antes, ahora eres un adulto— dijo con una sonrisa tímida y sincera.

Sentí que su disculpa fue sincera y en ese momento comprendí que en verdad amaba a Otabek, desde que estuvimos en la preparatoria estuvo a su lado como una compañera y apoyo a comparación de mi, no merecía que yo arruinara su vida además yo ya tenía algo de Otabek, un hijo así que lo mínimo que ella se merecía era que lo tuviera a su lado. En ese momento Otabek me llamó aparte para que pudiéramos hablar.

—Yuri yo...lamento lo que paso anoche pero es que estaba...— se disculpó en voz baja para que nadie escuchara nuestra conversación.

—No digas nada Beka...solo no hay que hablar de eso y hacer como si nada paso ¿de acuerdo? te vas a casar y es mejor que no arruinemos tus planes por error de una noche— respondí tranquilo tomando su mano.

—Pero lo que dije anoche...— quiso seguir hablando de lo mismo pero lo interrumpí de inmediato.

—Yo se que en verdad no piensas eso...se que amas a tu hijo, fueron solo cosas de un enojo así que no tiene importancia— respondí con una sonrisa tratando de mantener la calma.

Tome a Alik y me fui, a partir de entonces no veía a Otabek a solas, solamente cuando Mila estuviera presente y lo único a lo que limitaba nuestra relación era a encargarnos de la visitas y cuidados del bebé. Así paso casi todo el mes, me convencí de que esa noche nunca paso pero todo tiene consecuencias y sobre todo el que lo hayamos hecho sin protección y además de que haya anudado dentro de mi.

Ya lo había dicho antes, mientras no apareciera tu celo no podrías embarazarte y lo más probable es que después de tener el primero te volvías fértil sin necesidad de estarlo y exactamente eso fue lo que me paso.

Estaba arreglando unos papeles de la empresa para tener listo todo antes de irme, me dolía el irme sin mi hijo pero sabia que estaría bien estando con Mila y Otabek ahora más sabiendo que dentro de una semana serían un matrimonio. De repente me llegó un malestar matutino que había estado presentando ya desde hace unos días pero esta vez fue más fuerte que me hizo correr al baño a vomitar.

Me petrifique cuando me puse a pensar en esto, estos síntomas ya eran conocidos para mi y no podía estar equivocado asi que corrí y programe un cita con un doctor en secreto. Al día siguiente cuando llegué y me entregaron los resultados de mis estudios me lo confirmaron, estaba esperando a mi segundo hijo y para cosa del destino era de la misma persona.

No debía decir nada de esto por lo menos hasta que supiera que hacer porque no sabía como reaccionaria Otabek y mucho menos Mila al saber que la había engañado. No quería causar mucho más daño del que ya había hecho, me daba cuenta de cómo se comportaba Otabek cuando esta enfrente de mi hasta el punto en que me ponía más nervioso a mi. Ya habían arreglado su boda solo era tiempo de que llegara el día.

Entonces después de mucho tiempo de pensarlo, y aunque sonara egoísta, decidí irme nuevamente sin decirle nada a nadie solo hasta que mi embarazo estuviera un poco más avanzado, pronto trabajaría en la empresa de mi familia así que me las arreglaré yo solo como la otra vez, decidí entonces que el día en que iba a ser la boda también sería en el que me iría sin que nadie lo supiera.

Me despedí de Alik antes de llevarlo a la ceremonia para que no sospecharan además él todavía no comprendía muy bien que me iría un tiempo pero aun así no le importaba cuanto tiempo estuviera ausente ya que se sentía muy feliz teniendo la compañía de su padre. Al llegar, estaba Otabek arreglando los últimos detalles.

—Hola Beka solo traía a Alik para que estuviera presente, asegurate de que no coma mucha azúcar porque le da insomnio— dije feliz mirando hacia él.

—¿Qué no te quedaras?— me preguntó extrañado de mi actitud.

—No, tengo cosas urgentes que hacer— invente tratando de sonar tranquilo.

—Te quería pedir si podrías dejarlo con tus padres, tengo que salir de la ciudad esta noche y no puedo cuidarlo— dije respirando profundo tratando de calmarme.

—Además no creo poder soportar verte casar con Mila...lo siento— confesé tragándome el nudo de la garganta.

—Claro...no te preocupes yo me encargo— respondió tranquilo aunque su expresión no lo mostraba.

Inmediatamente en qué Alik vio a Otabek corrió a sus brazos y eso me hizo sentir más seguro de lo que iba a hacer. Al verlo tan feliz y pensar en que lo había privado de crecer junto con él me hizo darme cuenta de que el bebé que estaba esperando tendría el mismo destino y algo dentro de mi me decía que Otabek tendría que saberlo ahora pero en ese momento llegó Mila.

La Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora