Capítulo 3 Azúcar Amargo

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15 años

Griselda: ¿Entonces te gusta? – pregunto emocionada

Luz: Pues no me gusta, más sin embargo lo tolero muy poco

Gianluca: Ay aja, hace poco tu dijiste que te gustaba como iba las cosas

Luz: Exacto, las cosas, no él

Frida: ¿Segura? Sabes que no sabes mentir muy bien en el tema de amor

Luz: ¡Lo digo de verdad!

Michelle: ¿Entonces qué hacemos espiándolo?

Ese es un gran punto a su favor, la única razón por la que estamos aquí a fuera de su habitación escuchando es porque últimamente ha estado más extraño de lo común conmigo. Desde que mis amigos me dijeron que de perdido lo tratará mejor que antes lo he hecho, nos empezamos a saludar las mañanas y cosas así pero seguíamos como perros y gatos y lo peor es que Griselda tiene un poco de razón… puede que solo me guste un diez por ciento solamente y no como ellas piensan ¿Qué puedo decir? Después de seis años era de esperarse ¿no?

Luz: No es lo que creen, ya les dije lo que sucedía, esta raro

Griselda: ¿En qué aspecto?

Luz: Ignora todo lo que le digo, si hizo algo que no me gusta… – me interrumpen

Gianluca: Como comer tu pastel favorito – dijo burlándose

Luz: ¡No metas al delicioso pastel de tortuga a esta discusión! – fingí estar indignada 

Michelle: Ya entendimos, no te corresponde el odio ¿o me equivoco?

Luz: No, estas en lo cierto

Frida: Luz estas siendo paranoica, quizás solo quiere llevar la fiesta en paz

Gianluca: Haremos una prueba

Griselda: ¿A qué te refieres?

Gianluca: Perdónenme por lo que hare – dijo agachándose levemente

Luz: ¡No, Gianluca no lo hagas! – dije cuando me cargo

Michelle: ¡La vas a fracturar!

Frida: O pero aun ¡La puede matar una caída así!

Gianluca: Es solo un pequeñito experimento

Luz: ¿Y si muero? – dije aferrada a él

Gianluca: Pues pasaras a una mejor vida, ahora intenta no romper nada a caer – dijo cuando ya estábamos más cerca del final de la escalera

Griselda: ¿¡Estas mal de la cabeza tú!? ¿Cómo se te ocurre decirle que no rompa nada cuando su vida está en riesgo?

Luz: ¡Gian por favor!

Pero ya era tarde, me puso en el suelo y me rodo por las escaleras, cerré los ojos para no ver la sangre que seguramente habría. Espere unos minutos para abrirlos pero cuando lo iba a hacer se escuchó la puerta del cuarto de Piero… Qué suerte que la mamá de Piero, mi madre y mi Nonna habían salido por unas cosas y Mariagrazia había ido a casa de una amiga…

Piero: ¿Qué fue ese ruido? – salió de su habitación mientras veía a mis amigos

Gianluca: ¡Se ha caído Luz! – dijo fingiendo estar alarmado e hizo que se ganara un codazo de parte de Griselda

Ignazio: ¿Cómo se cayó? –   le contesto mientras bajaba las escaleras para ayudarme a levantarme

Piero: Seguramente se tropezó con sus pies como siempre – dijo indiferente

Del odio al matrimonio (Piero Barone) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora