Capítulo 12 ¿¡Lo Olvidaste!?

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Luz: Piero, no te duermas con el traje puesto – me dijo cuándo me acosté en la cama

El alcohol se me había subido a la cabeza hace un rato, no sé lo que paso después de eso ya que me quede dormido. 

Al otro día mi cabeza me daba vueltas, pero la resaca se me bajo de inmediato cuando no vi a Luz a mi lado ¿Lo había soñado?

Ay no… ¿y si todo fue un sueño? ¿Soñé que finalmente le había confesado mis sentimientos y que nos casamos?

Mariagrazia: ¡Es el día hermanito! – exclamo feliz

Piero: ¿De qué día estás hablando? – pregunte asustado

Mariagrazia: ¡El cumpleaños! – me recordó

Y toda mi vida se vino abajo… todo había sido un sueño. Nunca bese a Luz, nunca me le declare y jamás nos casamos…

Piero: No estoy de muchos ánimos hermana – le dije triste

Mariagrazia: Pero Luz te está esperando  con el desayuno listo, se enojara demasiado si se entera de que no quieres celebrar su cumpleaños

Piero: ¿Su cumpleaños? – susurre confundido

Mariagrazia: ¿¡Lo olvidaste!? – Dijo asombrada – te va a matar cuando se entere. Estaba emocionada de que su cumpleaños fuera un día después de la boda

¡Cierto! Es el cumpleaños de Luz, lo había olvidado por la resaca y los preparativos de la boda. Claro que tiene el derecho a matarme.

Piero: Si, dile que ahora bajo

Mari se fue algo confundida, algo que no le tome importancia ya que estaba pensando que hacer… no le tenía un regalo y eso me tiene frustrado.

Luz: ¡Ya era hora dormilón! Tardaste mucho en despertar – dijo poniendo el ultimo cubierto

Piero: Perdón por demorar… la resaca no ayuda mucho – solté una pequeña risa

Luz: Si, imagino que traes la cabeza alocada ¿quieres café para que baje un poco? – me cuestiono mientras serbia su café

Piero: Eeh… si, si por favor – conteste aún muy frustrado por no tener un regalo  
  
Luz: Perfecto – dijo sonriendo

Estaba muy feliz, supongo que es por su cumpleaños y por la boda. No puedo decirle que no tengo un regalo, le arrebataría su felicidad…

Piero: ¡Muy bien! Termina de comer que este día vamos a salir – le dije emocionado. Ya sabía qué hacer, la llevaría a pasear y a distraernos un poco

Luz: ¿A dónde iremos? – pregunto emocionada

Piero: Primero iremos al cine, después iremos a cualquier lugar a distraernos y por ultimo una linda cena – dije sonriéndole. Ella asintió emocionada como una niña, cuando se ponía así me llenaba el alma

Salimos muy rápidamente, antes de que los demás despertaran. Le pedí a Luz que me dejara manejar y sería su chofer el día de hoy.

Luz: Desde luego que no. No quiero morir el día después de mi boda – me dijo asustada. Pero la cargue y la puse del lado del copiloto, ya había mejorado bastante, por lo tanto no corríamos el riesgo de morir. Todavía…

Luz iba aferraba al asiento durante el camino, así que le baje la velocidad para tranquilizarla.

Llegamos al cine y ya había muy pocas películas en la cartelera, elegimos una comedia romántica. No compramos nada de comida y nos fuimos directamente a la sala. La película estaba algo buena, estábamos pasando un buen rato, hasta que Luz y yo empezamos a oler algo muy fuerte. Un encargado del cine entro y grito que se estaba quemando algo, salimos rápidamente, ok el cine me había salido mal, pero aun había dos opciones más. La caminata y la cena.

Fuimos a caminar a un canal de agua, era muy bonito el lugar, estaba el agua muy cristalina y además había algunos pescaditos y patitos por el canal de agua. Cuando todo parecía ir bien se desato la lluvia, corrimos para no mojarnos más de lo que ya estábamos, al no encontrar un lugar para refugiarnos opte por la tercera y última opción. La cena

No encontramos ningún lugar para cenar, porque todos se necesitaban reservación o estaban llenos por la gente que se refugiaba.

Terminamos en un KFC y pedimos tiritas de pollo mientras intentábamos no desconcentrarnos por los gritos de los pequeños.

Piero: No fue buena idea salir

Luz: Tranquilo que no estuvo tan mal, fue divertido correr – contesto riendo

En ese momento agradecí que no estuviera enojada conmigo.

Piero: De cualquier forma arruine nuestro primer día como marido y mujer y tu cumpleaños – dije apenado
Ella se quedó en silencio unos cuantos minutos y se levantó de la nada– ¿A dónde vas? – pregunte preocupado

Luz: Estamos en un lugar lleno de juegos y toboganes, no creerás que seremos como las personas normales y nos quedaremos aquí sentados  ¿o sí?

Me levante para acompañarla y aproveche para darle un tierno beso, cuando nos separamos tenía esa tierna y tímida sonrisa.

Luz: Piero, cuando terminemos de jugar, vamos a casa, fue un día agotador – me pidió mientras me hacía una carita de cachorro. Asentí y caminamos a los juegos agarrados de la mano, cuando estábamos casi arriba de los juegos me detuve al recordar un pequeño problema…

Piero: ¡Espera, espera un segundo!

Luz: ¿Qué sucede?

Piero: He olvidado donde estacione el carro – le respondí nervioso

Luz: ¡Ay Piero! – dijo golpeándose la frente mientras reíamos

Piero: Espero que no tardemos toda la noche tratándolo de encontrar – le conteste riendo

Del odio al matrimonio (Piero Barone) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora