Capítulo 10 El Gran Día Está Cerca...

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Griselda: ¿¡Luz, ya estas lista!? – grito desesperada

Luz: Ya casi, pero no me gusta del todo

Eleonora: No te preocupes cariño, hay más vestidos – contesto dulce

Ya era el sexto vestido que me probaba y no me habían gustado ninguno, le hacen falta algo a los vestidos y pensar que en menos de lo que podría imaginar me casare, me produce náuseas, estrés y que mi respiración se agitara… supongo que Piero esta igual, un día está mal y al otro no. Esto es como una montaña rusa de emociones. Salí del probador esperando la expresión de las chicas…

Mamá: ¡Mírate! Te ves divina – dijo emocionada

Fernanda: Este es el adecuado – me examino muy bien

Luz: ¿Tú crees? Se ve muy solo…

Fernanda: Puedo ponerle unos pequeños detalles y quedara precioso – me sugirió

¿Qué podría perder? Acepte y la mamá de Piero me ayudo a quitarme el vestido sin que se maltratara, mientras mis amigas se fueron a ver los vestidos de dama de honor.

Eleonora: ¿En serio te gusto el vestido? ¿O solo fue porque te insistieron tanto?

Luz: Un poco de ambas. Si la hermana de Griselda me dice que lo puede arreglar para que quede a mi gusto, estoy conforme

Eleonora: Luz, si las cosas entre tú y Piero no han cambiado y crees que nunca cambiaran, lo mejor sera que detengas todo. No creo que Piero soporte otro divorcio

Recordé el día cuando Eleonora llego con Piero y sus hermanos, no tenían a donde ir, Piero estaba con los ojos rojos de tanto llorar… no dejaría que Piero reviviera esa pesadilla.

Luz: Jamás hubiera dicho que si sino sintiera algo por Piero – respondí con una leve sonrisa

La señora Eleonora me dio unas palmaditas en la mano y fuimos con las demás para ver los vestidos de las damas. Fer se había ido con Piero a ver el lugar del evento, Piero me dijo que como no podía él ver el vestido de novia hasta el ese día, yo no podía ver el lugar. Me dejo elegir el color de todo y lista de invitados la haríamos juntos, en los vestidos de las damas solo opine que fuera azul, ya que casi todo era de ese color.

Estaba en el comedor haciendo la tarea de historia, pero me distraía con el tema de la boda, miraba a Piero en un par de veces, él estaba leyendo mientras me hacía un poco de compañía.

Piero: Deberías hacer la tarea en vez de distraerte mirándome – dijo sonriendo pero sin apartar la vista de su libro

Luz: Y creo que tu deberías estar leyendo en lugar de estar al pendiente de lo que estoy haciendo – le conteste un tono poco burlón

Piero: Nos casaremos en unos días Luz… deberíamos dejar de pelear ¿no crees? – me miro mientras dejaba el libro a un lado

¡Claro que sabía que la boda sería en unos días! Por eso eran los cambios de humor entre los dos, los nervios me estaban matando por mi parte, quizás Piero este emocionado o a lo mejor estaba igual de nervioso…

Pero estos días ha estado más extraño de lo normal, se tropezaba con sus mismos pies o decía cosas sin sentido… algo lo tiene tan preocupado para que haya reprobado ¡él nunca reprueba! Llame a las chicas para que me dieran algún consejo o que me dijeran alguna idea de lo que pudiera tener…

Frida: ¿Y qué tal si ya no se quiere casar? – pregunto preocupada

Parte de mí se puso paranoica y esa parte era la que quería estar con Piero...

Michelle: ¿En serio lo crees de él?

Frida: ¡Obvio no! Pero era una opción que tenía que decir

Griselda: ¡Olvida esa opción! No creo que haya provocado tanto show para que al final diga que no se casara

Lo pensamos demasiado que nos llegó la noche, las chicas se pusieron a ver "Durante la tormenta", esa película nos gustaba mucho, pero esta vez no le preste atención porque estaba riéndome porque le decían a al inspector Leyra  que no dejara ir a Vera... realmente extrañaba a mis mejores amigas. La boda no hará que deje de ser su amiga, solo que estas semanas he estado vuelta loca arreglando las cosas de la boda y por eso he estado separada de ellas… Me levante y fui a buscar mi celular, pero no estaba en mi habitación, así que supuse que estaba en la habitación de Piero.

Toque la puerta muchas veces pero nadie respondió, entre como si nada, la luz estaba apagada y la puerta del baño estaba cerrada mientras se escuchaba el agua cayendo. Comencé a buscar mi celular como loca, no estaba en ningún lado, de última opción busque en la mochila de Piero. Estaba llena de papeles arrugados y algunos rotos, todos eran en burla por la boda y hacía mí… los volví a arrugar y los deje en su lugar, de repente el agua se dejó de escuchar y la manija de la puerta había girado. Corrí al closet para esconderme, ¿así que era eso que traía a Piero tan melancólico? Piero salió del baño y se sentó en la cama con una toalla envuelta en la cintura, se paró y se fue al baño con su ropa, después de unos minutos volvió a salir.

Piero: Arrugaras la ropa, sal de ahí – me dijo con una pequeña risa

Cuando salí del pequeño escondite me abrazo muy fuerte.

Luz: ¿Estas bien Piero?

Piero: Te amo

Fue lo único que me dijo e hizo que sin darme cuanta le respondiera de la misma manera.

Luz: Yo también te amo Piero – dije para después separarme de él y mirar su expresión

Piero: ¿Lo dices de verdad? – me miro con una cara de felicidad

Asentí después de un tierno beso, no lo podía negar, ya había logrado enamorarme…

Unos dos días después por la tarde había llegado los amigos de Piero y Gianluca, me dijo Gian que se lo llevarían unas horas para que el día de la boda este “presentable”
Las chicas y yo decidimos seguirlos a su despedida de soltero y decidimos que eso sería como nuestra despedida de soltera.

Los chicos estaban en un bar, un poco pasados de copas, los únicos dos que estaban en sus cinco sentidos eran Félix y Gian. Ellos fueron los primeros en darse cuenta de que los estábamos siguiendo, Gian nos pidió que los sacáramos de ese lugar antes de que Ignazio y Piero cometieran una gran tontería como es costumbre…

Los dejamos en el cuarto de huéspedes y por mi parte lleve a Piero a su habitación, lo acosté y lo tape, cayó en un profundo sueño… Es bueno saber que uno de los dos podrá dormir horas antes de la boda. Si, dije ‘horas antes’ porque ya mañana sería el gran día…

Del odio al matrimonio (Piero Barone) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora