Capítulo 4 El Beso

164 14 2
                                    

16 años

Luz: ¿Un campamento? – dije incrédula

Gianluca: ¡Sí! ¿Qué tiene de malo?

Griselda: ¿De cuánto tiempo estamos hablando?

Gianluca: Unos dos o tres días

Michelle: Yo no puedo, mi familia y yo haremos un viaje

Frida: Y yo dudo mucho que me dejen

Luz: Yo puedo decirle a mi mamá que si me da permiso

Griselda: También me apunto, además sera una buena distracción y no creo que salga mal

A todo esto Piero no estaba en casa, se había ido ayer con un amigo a acampar y entonces he estado más tranquila. Nos dieron permiso de ir al campamento y la mamá de Gris nos llevaría hasta el campamento y mi mamá regresaría días después por nosotras…

Gianluca: Bueno, se supone que el que nos invitó estaría aquí pero no lo veo

Luz: Genio, creo que está en la única cabaña de este lugar

Griselda: Vamos a ver, después de todo ¿Qué perdemos por intentarlo?

Griselda y yo íbamos delante y Gianluca estaba atrás de nosotras, en todo el camino estaba muy raro… más de lo normal, algo tiene planeado.

Griselda fue la primera en abrir la puerta, cuando la abrió se quedó congelada y después de unos segundo reacciono y cerró la puerta alterada… 

Griselda: ¿¡Porque no nos dijiste que Félix, Ignazio y Piero estarían aquí!? 

¿Acaba de decir  ‘Félix, Ignazio y Piero’?

Luz: ¡Espera! ¿Dijiste que…? – dije sin terminar la pregunta

Gianluca: ¡Sorpresa! – dijo nervioso

Luz: ¿¡Porque no dijiste quien te había invitado realmente!?

Gianluca: Porque si decía que Félix nos invitó a la cabaña de sus padres no me habrían creído

Griselda: ¿¡No te das cuenta que son CUATRO hombres y DOS mujeres!?

Gianluca: ¡Por favor! Les prometo que sera divertido

Luz: Esta bien… no podemos hablarles a nuestras mamás y decirles que siempre no queremos estar en el campamento

Cuando entramos a la cabaña, Piero se quedó congelado, al parecer tampoco sabía que estaríamos aquí.

Félix: ¡Me alegro que si vinieran! – dijo mirando a Gris, vaya, vaya, alguien estaba enamorando de mi mejor amiga

Ignazio: Íbamos a jugar verdad o reto ¿Juegan? – cuestiono sentado en el piso

Gianluca: ¡Claro! ¿Qué opinan ustedes?

Nosotras no nos quedó más remedio que decir que sí, me senté a lado derecho de Griselda y de mi lado izquierdo se vino a sentar Piero…

Piero: – se ladea a mi oído y me susurra – ¿Qué haces aquí? Pensé que no te gustaban los campamentos

Luz: Nunca terminaras de conocerme y además no te sorprendas mucho que no estoy aquí por ti, también fue una sorpresa encontrarte aquí – le susurre 

Ignazio: ¡Hey! Es tu turno Luz ¿Verdad o reto?

Luz: Verdad – diría todo el tiempo la verdad porque me preocupa que me pongan un reto extremo

Ignazio: ¿Cómo te caíste de las escaleras aquel día que te fui a ayudar?

¡Estoy perdida!

Piero: Recuerda, tienes que decir la verdad – me miro a los ojos y yo solo mire a Gian que estaba negando levemente con la cabeza

Luz: Estaba jugando algo pesado con Gian, el me cargo y yo me intente zafar pero caí – trate de sonar lo más convenciera posible

Al parecer funciono, seguimos jugando como si nada y cuando se hizo algo tarde nos dio demasiada sed y le preguntamos a Félix que si había algo de beber en el refrigerador.

Félix: Creo que sí, ahora vengo

Minutos después traía una botella de cristal, parecida a las de las sodas, cuando le dimos un traguito a la soda nos supo algo fuerte, supusimos que era así el refresco y nos lo seguimos tomando. Sin embargo cuando ya todos estábamos fuera de sus cinco sentidos me di cuenta que eso no era solo soda…

Félix: Sigues Piero – dijo entre risas – ¿Verdad o reto?

Piero: ¡Reto! – dijo seguro

Félix: ¡Te reto a que beses a Luz!

Podre estar borracha y todo lo que quieran, pero yo no me voy a dejar besar… aunque después de esto quizás no lo recordemos ¡No, basta! No estoy pensando coherentemente.

Piero: ¡Perfecto!

¡Espera! ¿Él quiere besarme?

Se fue acercando lentamente y me beso, no creo que estuviera consiente porque no me quite o le di una bófeta, realmente estaba bajo el efecto del alcohol…

Luz: ¡Félix! ¿Verdad o reto?

Félix: Reto 

Luz: Besa a Griselda – perdóname Griselda pero es mi venganza y un pequeño obsequio

Griselda: ¿¡Qué estás haciendo!? – me jalo del brazo susurrándome 

Luz: Dándote una ayudita – le conteste

Félix y Griselda se acercaron y quedaron cara a cara, Félix la tomo de la cintura y la beso, este chico está loco por mi amiga y no lo quiere admitir. Todos se quedaron dormidos después del gran beso de Michlix, yo aún no me quedaba dormida y estaba sentada en el sofá a un lado de Piero…

Piero: Oye – susurro

Luz: ¿Dime? – dije pensando que aún no estaba en sus cinco sentidos

Piero: Te quiero mucho – dijo antes de cerrar los ojos

Definitivamente no estaba consciente de lo que decía…

Luz: Es el alcohol quien habla – le conteste pero ya se había quedado dormido de nuevo – Pero yo también te quiero… quizás solo un poco – susurre levemente

Supongo que después de esto no se acordaría nadie de lo sucedido, por eso no me preocupe en lo absoluto cuando le dije que quizás lo quiera un poco…

Del odio al matrimonio (Piero Barone) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora