Capítulo 8 La Misma Habitación...

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Había pasado dos semanas desde el cumpleaños de Piero y nuestro compromiso, la pareja “perfecta” que parecimos en la feria ya había acabado, volvimos a ser como antes, sin embargo no me molestaba, me alegraba. Y durante la semana hemos tenido varias peleas, casi todas sin sentido, pareciera que ambos lo hiciéramos a propósito o que yo lo quisiera provocar y no es así… bueno tengo que admitir que algunas veces si las inicio apropósito pero no para que termine para mal.

Ahora estábamos los dos en la sala esperando a que Mariagrazia bajara para irnos a la prepa, estábamos en silencio, un silencio que no era nada incomodo; hasta que Piero se acercó a mí y me abrazo por la cintura mientras me daba un beso en la cabeza...

Piero: ¿Te he dicho que te amo? – me pregunto juntando nuestras cabezas

Mi corazón se aceleraba cuando me decía ‘te amo’ quizás sea que alegra a mi corazón de cierta forma… Definitivamente lo está logrando.

Luz: Creo que unas cuantas veces – dije sonriendo ¿otra vez tratando de ser la pareja perfecta?

Piero: Y yo creo que te lo tendré que decirlo mucho más tiempo

Ahí vamos de nuevo, el chico romántico… Piero sabe a la perfección que me encantan los chicos cariños, melosos y románticos, y es así como está tratando de ganar mi corazón.

Luz: ¿Cómo puedes ser tan… así? – cuestione

Piero: ¿Qué es tan así? – me pregunto aun abrazándome

Luz: No lo sé, cursi y cariñoso, se supone que yo debería de ser así contigo…

Piero: Pero a ti te da pena corresponderme el cariño, así que seré yo el cursi en la relación. Y espere diez años para poder estar así contigo – me respondió seguido de un beso 

Luz: Créeme que lo podrás hacer todo lo que resta de la vida, pero ahora hay que ir a la escuela

Piero: Ay, le quitaste el romanticismo – se quejo

Mariagrazia bajo y pudimos partir a la escuela, al llegar mis amigas me dieron opciones de cómo podrían ser los vestidos de las damas, han estado un poco emocionadas por los vestidos de dama y más Griselda que su hermana mayor sería la que nos iba a ayudar a organizar todos los detalles. La verdad no sé qué hacer, una parte de mi me decía que me case con Piero y la otra me dice que no lo haga. Siento cosas por él, pero no sé qué hacer y lo único que provoco es que me de crisis existencial… 

Regrese a casa junto con Mariagrazia ya que Piero se había ido a trabajar, me encerré en mi cuarto e hice mi tarea. Minutos después me puse a pensar, Piero siempre me demuestra su amor ¿Cómo hago yo para hacerlo feliz o algo? Baje a la sala y fui con la señora Eleonora…

Eleonora: ¿Sucedió algo Luz? – me pregunto al verme nerviosa

Luz: Tengo que hablar con usted – respondí jugando con mis dedos

Eleonora: Es sobre mi hijo ¿verdad? – sonrió

Solo asentí, no podía hablar de Piero con su madre, ahora no era solo una amiga de mi madre, sino que ahora es mi suegra y solo pensar que ya tengo suegra me duele más la cabeza…

Luz: Solo quería saber que le podría hacer a Piero para hacerlo feliz – dije un poco rápido

Eleonora: Cariño, no hay formula que haga a las personas felices

Luz: Pero necesito saber qué puedo hacer para ser lo mejor para él – respondí algo bajo

Eleonora: Piero te ama, no importa que hagas porque eso no lo hará cambiar de opinión. Pero lo mejor es amarlo, es lo que te puedo decir y obligar a amar a una persona no es lo correcto. Más sin embargo,  podría decirte que dejes que te intente enamorar

Del odio al matrimonio (Piero Barone) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora