¡Capitulo: 8!

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<Bien. Finalmente estoy aquí... >>

Empapada de sudor, se lo quitó con la manga de su chaqueta todo el rostro. Finalmente logró escapar de la plantación a escondida de los Guardias reales merodeando la zona. Incluso sin remordimiento, extermino a varios de ellos con el motivo de sobrevivir. No tenía apoyo alguno, no podía confiarse y apiadarse de su enemigo.

Su siguiente objetivo es encontrarse nuevamente con el Rey supremo del mundo demonio. Ancestral. Pensó completamente concentrada mientras daba un paso hacia delante, cambiando todo el panorama de una oscuridad, a un lago espejo cristalino. Donde se ponía ver tanto el día como la noche juntos con miles de estrellas a su alrededor.

"...Bienvenida, Estoy feliz de verte nuevamente."

Del lago cristalino surgió un pequeño demonio con una máscara de dos cuernos en los laterales. Jugueteando con una esfera de luz dorado entre sus manos que levitaba al igual que el pequeño demonio. Unos peces transparentes nadaban en el aire, como si fuese agua con la que viviese. A simple vista, uno diría que es un niño... Pero lo cierto es, que es posiblemente más viejo que el tiempo.

Por primera vez, Emma le dio su debida atención al pequeño ser. Intrigada en saber su edad, dejo sus pensamientos atrás para concentrarse en su deber.

—¡Mm! Regrese para terminar el trato.

Interesante. Admitió el demonio entretenido. Claramente es inusual presenciar un humano en su hogar, Y aún más para negociar con él. Emma esperaba pacientemente la condición sorpresa que recibirá, Y aunque temblaba, su decisión se encontraba firme en todo momento.

"Sinceramente, no tengo mucho que pedirte... Solamente quiero que extermines a los "Salvajes""

—¡...!—Entre abrió sus ojos sorprendida, Emma. ¿Por qué eliminaría su propia especie? Se cuestiono incrédula. — ¿Por qué... haría eso? —Frunció el ceño sin entender. — Para eso esta Mujika. ¡Con su sangre podemos devolverle la normalidad!

"Nuestro antiguo gobierno sentenciaba a los rebeldes, ladrones, traidores... Esa gente que no necesitamos para nada en nuestro mundo. Ese es su castigo: Involucionar y quedar en el olvido. ¿Entiendes?"

—No... —Sincero. — Aun así, son gente... seres vivos.

"No necesito regresar a demonios rencorosos quienes quieren hacerle daño al pueblo, incluyéndome. Se aproxima una nueva "era" Y nosotros otorgaremos esa bendición, despidiéndonos de ustedes los ganados... Y saludando a la nueva monarca."

—"¿Monarca?" —Repitió confundida.

¿En qué momento consiguieron una nueva reina?

"¿Uhm, No lo sabes? —Negó Emma. — Justamente ahora... están coronando a la "Sangre Maldita" A Mujika"

—¡¿Mujika como reina?! —Exclamo sorprendida. — ¿Enserio?

"Así es... Entonces, ¿Aceptas mi condición?"

Meditando su respuesta, resinada acepta cabeceando. Nunca se podía negar la condición a este ser, Jamás...

---.---

Al regresar al mundo terrestre: Quedo en la entrada de la Capital Real. Escuchando el bullicio del pueblo entusiasmado, celebrando por algo que desconocía. Se cubrió las extremidades y el cabello para acto seguido, ponerse su máscara y adentrarse a la zona en busca de Sung-Joo y Mujika.

¿Dónde están, Donde están...? Repetía su pregunta desesperada ante tanta multitud a su alrededor. Hasta que finalmente diviso a Sung-Joo sonriendo encantando ante la belleza de Mujika como nueva monarca en su coronación. Emma ahogo la respiración, ¡Esta hermosa Mujika! Su emoción se mostró en una sonrisa escondida. Sigilosamente se acercó a Sung-Joo, jalando su capa varias veces hasta captar su atención.

Este miro encima de su hombro hasta bajar la mirada completamente, agachándose hacia la pequeña criatura. — ¿Te perdiste? —Pregunta.

—Sung-Joo, Soy yo... —Musito, revelando un poco su rostro.

—¿Qué haces aquí, niña? —Cauteloso, se asegura que nadie allá visto eso. — ¿No deberías estar en el otro lado?

—...—Sung-Joo comprendió ese silencio, suspirando. — Necesito tu ayuda...

---.---

—Enserio estás loca, niña. — Un poco lejos de la zona, ambos empezaron a saquear provisiones, aprovechando la distracciones de los pueblerinos. — ¿Todo listo? — Afirmativo. Entre las cosas almacenadas en su bolso había: Medicinas, comida y algunos especiales como luces y trampas activables.

—Todo listo. — La cuestión es: ¿Qué ruta tomar de primero? ¿Norte, sur o Este u Oeste? Creo que simplemente deambulara por el bosque y a esperar a los Salvajes.

—¿Recuerdas mis enseñanzas? —Preocupado, pregunta. Sung-Joo ya está al tanto de su misión. Propuso acompañarle en caso de emergencia, pero Emma se negaba. Esto debía enfrentarse ella sola.

Divertida, asintió. — ¿Qué tipos de plantas debo usar o no acercarse a los ríos pantanosos? Anotado. Recuerda que ya no soy una novata.

—...Lo sé. Pero aun así, debes tener cuidado, niña.

—Me recuerdas a alguien especial. —Sung-Joo enarco una ceja. — Alguien que perdí, hace mucho... —Terminando de guardar sus flechas y algunas pólvoras, cargo su bolso en su espalda. — Listo. ¿Vamos?

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—Cuídate. Ya sabes dónde encontrarnos si nos necesitas... —Asintió Emma, disponiéndose en adentrarse en el bosque rodeado de niebla mientras se aferraba a su bolso.

—¡Adiós...! —Sin mirar atrás, hizo un gesto con sus dedos. —Acabemos con esto.

&quot;Sacrificio&quot; -[The Promise Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora