¡Capitulo: 11!

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Pasos firmes resonaban por el amplio pasillo tan elegante con sus estampados de flores ornamentales violetas. Con sus cuadros familiares postrados en la pared de diferentes niveles de distancia. Con sus respectivos nombres en los marcos.

"James Ratri"

Los guardias que aseguraban el paso dieron una leve reverencia ante su presencia mostrando respecto, seguido después de abrirles la gran puerta, mostrando un escritorio amplio. Con su lámpara encendida, un teléfono de los clásicos, un florero de rosas amarillas una televisión de pantalla plana mediana en la esquina de la pared, justo alado unas cortinas de dos capas; una dorado y atrás un blanco, cubriendo el ventanal.

-¿Hicieron el trabajo?- Pregunto a través del teléfono de escritorio a unos de sus trabadores.

-Todo listo, jefe.

Informa el sujeto del teléfono. El hombre suelta un sonido de alivio o simple cansancio, para luego soltar una risita simple, satisfecho con su siguiente movimiento.

-Bien. Traigan a "Los Premius"- Ordena con franqueza. El sujeto pregunta automáticamente por el resto. – ¿El resto? Maten a todos los supervivientes.- Se detuvo un momento para rascarse un poco bigotes albino- Que les sirvan de lección por ir en contra de su naturaleza. Y quien se resista, no tendrá oportunidad de clemencia. ¿Entendido?

-Entiendo señor.

Cuelga enseguida el teléfono con una sonrisa en su rostro viejo por los años, con una barba en forma de candado, de color albino al igual que su cabello y cejas. El hombre vestido de una fina bata de descanso de color violeta, sale de la habitación satisfecho por la noticia. Se detuvo un momento admirando los cuadros de aquel pasillo que había pasado anteriormente, viendo sus caras para luego mirar el ultimo...

"Peter Ratri"

* *

Ambos adolescentes regresaban a paso lento a través del bosque, regresando a su hogar a alta hora de la noche. En el hombro de Emma estaba enrollado fuertemente de un trapo para parar el sangrado, mientras que Ray había saqueado las armas de los forasteros para prevenir que no vuelvan a vengarse y a la vez para tenerlo de emergencia, llevaba las armas en su espalda y bolsillos. Emma también llevaba algo de armamento.

-No lo puedo creer- suspiro el peli negro mirándola mal- Puedes combatir con más de diez demonios pero no puedes contra unos bastando tan miserables.- Bufo incrédulo por la situación.

-Sera porque los demonios no usan armas de fuego- Rueda los ojos mientras frunce el ceño, soltando un leve quejido por el dolor en su hombro que soltaba leves pulsadas.

-¡Eso fue imprudente, Emma!

-Sí, pero no estoy muerta.- Se excusa, vagamente.- Este rasguño no me matara.- Dijo despreocupada, mirando su hombro herido.- además, no duele.

-¿Ah?-Confundido e incredulo, rápidamente se posiciona enfrente de ella y con el índice le toca la herida, recibiendo un quejido.- ¿No que no te duele? Mentirosa.

-Ósea, sí. Si duele. Pero no se compara con la herida en Goldy Pond. –Le recuerda mostrándole la marca en su abdomen.- ¿Recuerdas?

-Preferiría no recordarlo.- Se rasca la nunca, incomodo. Aun se siente culpable de que eso pasara.

<<De todos modos... ando acostumbrada al dolor>> Se abstiene de soltar, desviando un segundo la vista para así pensar correctamente en una excusa, si es que luego le preguntaba de como se hizo esa herida de la espalda o cualquier bomba de preguntas que le pudiera soltar.

&quot;Sacrificio&quot; -[The Promise Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora