¡Capitulo: 4!

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Muchos se encontraban inquietos dentro de la cabaña gracias a la celebración. Los menores jugaban entre ellos mientras que los mayores platicaban de diversos temas. Ayshe y Violeta fueron en busca de una gran taza de frutas que era el "pastel" de Ray. Una forma casera y saludable de compartir un cumpleaños. A Emma la dirigieron atrás de la cabaña para restregarse el agua y esparcir la suciedad de sus brazos, rostros y cuello. Solo lo superficial.

Al regresar: No se esperaba que todos ya estuvieran listo para entonar la canción de cumpleaños para Ray, quien tenía su puño reposado en su mejilla aburrido, hasta que la vio acercándose. Apagaron las velas del lugar para dejar solamente tres que se encontraban perforados en donde las frutas.

Todos se veían con poca iluminación, casi indistinguibles los de atrás. Pero Ray podía apreciar la belleza desarrollada de Emma quien estaba a su lado. Ahora poseía montones de pecas, pestañas más largas, labios abundantes pero sin exagerar, Y una sonrisa que nunca moría, enamorándolo cada vez más sin importarle que se veía muy pálida o delgada para su gusto.

Dio un pequeño respigo al sentir un apretón en ambos hombros, Ray. Pero se tranquilizar al saber quién era realmente. Al finalizar la canción: Se inclinó hacia adelante para soplar la vela, estallando todos en exclamaciones entusiasmados de felicitaciones. Al querer regresar a su posición satisfecho, no se esperó que Emma lo tomara de los cabellos para estrellarlo contra las variedades de frutas cortadas en trozos, embarrándose de sus jugos por todo el rostro. Las carcajadas no tardaron en llegar...

Indignado y enojado: Se limpió un poco con sus dedos para sacudirlo mientras fruncía sus labios y encaraba a Emma con las cejas alzadas, de forma insinuante, incrédulo se podría decir. Ella siguió riendo sin remordimiento, acto seguido le regalo un beso fugaz en sus labios para quitarle el enojo, lográndolo por sus expresiones vergonzosa.

¡Extrañaba hacer travesuras! Ya estaba cansada actuar como adulto siendo una niña.

Hubo un dato curioso que recibió mientras hablaba con ellos: Cuando encontraron el lugar, alguien les enviaba cartas con un Búho. Esta carta nunca tuvo firma y nunca supieron de quien era. Emma se abofeteo mentalmente ante su error.

Suspiro supervisando el lugar. —Uhm... —Se rasco la mejilla nerviosa. — Se podría decir que yo... les di este lugar. —Recibió semblantes confundidos, enseguida explico. — Este lugar fue un capricho que pedí como extra del contracto. —Diviso en las paredes unos garabatos de personajes reconocibles: Lucas, Yuugo y ella se encontraban ahí. Sonrió ante eso. — Con el tiempo: Les mandaba poco a poco los muebles.

—¿Tu mandaste todo eso? —Incrédula se encontraba Guilliam. — ¡Incluso nos llegó ropa!

—¿Eh? Ropa nunca mande. —Declara con el ceño fruncido. — Pero si más cabañas con los años. Quien diría que todo eso cuesta mucho. —Bufo. — Oh, ¿No vieron la firma que puse en la carta?

—¿Carta...? —Repite Gilda. — ¡¿Fuiste tú?!

—¡¿Tu mandaste la carta sin firma?! —Prosigue Sandy. — ¿El Búho es tuyo? —Asiente Emma.

—¡¡Esa cosa no me deja en paz en ningún momento!! —Se queja Ray cansado de ese animal. — No deja dormir. No deja comer. ¡No deja respirar! Te juro que ganas no faltaban para cazarlo.

Suspira Norman. —Ya decía yo que se me hacía reconocido el Búho hace rato. —Mira mal a Emma por ordenarlo al animal atacarlo.

—¿Ops? —Se encoge de hombros divertida. — Creo que no puse firma... —Más que una suposición, es una afirmación. — Entonces, Ellos dos... —Apunto a Norman y a Ray. — ¿No hicieron algo extraño para "intentar" regresar al otro lado? —Enarca una ceja, esperando respuesta.

"Sacrificio" -[The Promise Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora