"Sacrificio" -[The Promise Neverland]

¡Capitulo: 20!

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Dos meses después...

El tiempo transcurrió rápidamente para ambos grupo distanciados. Y nadie pudo conseguir rastro del paradero del grupo contrario. Hasta se han preguntado con toda preocupación: ¿No pudieron escapar? ¿Estarán bien? ¿Les hicieron tal vez algo? Es muy inquietante no tener respuesta. Y todos ellos lo saben desde hace años después que Emma, Yuugo y Ray empezaron con sus expediciones. A este punto deberían estar acostumbrados, ¡pero no podían! Es imposible cuando sabes que en cualquier momento, un día ellos jamás regresaran.

Tuvieron dos intentos de "rescate"" en el pasado, infiltrándose en dicho pueblo problemático con la ilusión de que tal vez puedan encontrarlos ahí atrapados, en una cámara secreta o algo por el estilo... Ya que nunca hubo oportunidad de encontrarse. ¡Hasta tomaron de rehén momentáneo a unos tipos ahí para interrogarlos de los niños!

Nada.

No están en ese lugar. Entonces sí pudieron escapar, ¡Que alivio! La cuestión es: ¿Cómo harán ahora para volver a encontrarse en ese extenso bosque? El tiempo surgió en dos meses rápidamente, extraviados y preocupados en la mayor parte de su día a día. Ninguno sabía que hacer más que seguir sobreviviendo y permanecer juntos en todo momento. ¡Incluso se pusieron paranoicos en NO separarse nunca! Ya perdieron a la mitad, ¡no podían perder más en lugares tan desconocidos! Incluso los depredadores o los insectos son un gran problema.

El búho con dueño desconocido... Sobrevolaba de en vez en cuando en ambos grupos, supervisándolos desde lo alto con la carta aun en sus garras. Siempre a la distancia ante el peligro que amenazaba Ray en querer matarlo por molestarlo incluso durmiendo. ¡No es su culpa que no quisieran seguirlo! Es su misión entregar dicha carta. ¡Solo que este grupo de Ray no quería seguirlo! El búho se siente frustrado...

Al contrario del grupo de Gilda, que se plantearon a meditar y a debatir entre todos los integrantes en si es buena idea en seguir esa carta. ¿Deberían? No lo saben. Pero, si el búho está muy persistente en que lo sigan, ¿Por qué no hacerlo? Tal vez podrían encontrarse con los demás. ¡Sí! Eso debería hacer...

—Por favor, guíanos... — Pidió amablemente Don al Búho, quien aleteo entusiasmado al cielo para guiarlos. — ¡Síganlos! — Un grito en coro surgió.

A veces en preocupación, Gilda titubeaba si en verdad tomo una buena decisión. ¿Y si los guiaba a una muerte segura? Esto de ser Líder y tener la presión sobre sus hombros no le caía bien a su estómago. ¡Los nervios no la ayudan! Le duele la barriga, ¿Esto es normal? Seriamente no podía calmarse, ¡incluso se mantenía despierta! Se está estresando, pensando demasiado en: ¿Y si pasa esto? ¿Qué nos sucederá? ¿Esto es una buena decisión? Don trataba de calmarla junto a los demás, ¡Nada malo pasara! Y si pasa: Todos saben defenderse.

Esto es otra prueba en la vida que pasaran con la máxima puntuación. ¡No hay duda de eso! No hay que temer. Eso tranquilizo a Gilda, guardando sus pensamientos.

 Cuando llegaron finalmente, encontraron una pradera con cultivos en verdes vivo junto algunos animales herbívoros a su alrededor. El cielo despejado y el sol candente, creaba un panorama encantador que provocaba muchas ganas de hacer un picnic al aire libre. Entre los arboles al final de la pradera, se encuentra una gran cabaña hecha de madera de roble, siendo iluminado con una pequeña luz colgante en la entrada. ¡Oh! ¡¿Habrá alguien adentro?! ¿Alguien los está esperando?

No. ¡No hay nadie! ¿Entonces quien mando esta carta? Ósea, ¡El búho no pudo haberlo escrito y guiarlos porque si al lugar! ¿O sí? Los chicos armados empezaron a inspeccionar el lugar con cautela para prevenir cualquier trampa o alguien repentino. Nada. ¡No hay nadie! Incluso el lugar casi no tenía muebles para ser un hogar. Todos se preguntaron y se preguntaron diversas cosas sobre este lugar, pero nunca tuvieron respuesta. Solo suposiciones que no llevaban a ningún lado. ¿Ahora qué harían? Nada.