I: ¿QUIÉN ES?

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El teléfono no paraba de sonar. Demasiado molesto para el dolor de cabeza que sentía, levantó el teléfono sin ni siquiera ver quien llamaba y lo llevó directamente a su oído.

— "¿Si?" — Preguntó aún anonadado.

— "¿Dónde demonios estás, Ettan? Debiste de estar aquí hace 10 minutos." — Escuchó a su hermano Robert desde el otro lado del teléfono.

— "Perdón, estaré ahí un poco más tarde. Pero prometo que llegaré." — Dijo.

— "Tienes media hora para que estes aquí, tienes que saber que esto es algo serio, el futuro de nuestra familia depende de esta reunión."

— "Ya lo sé." — Colgó la llamada para llevarse la mano al pelo y sentir alguien moverse a su lado.

En ese momento se enteró de que no estaba en su habitación, era otra habitación. Se tiró de la cama de un solo brinco para darse cuenta que solo llevaba boxes puestos, de inmediato comenzó a recoger su ropa que se encontraba esparcida por el suelo.

En ese momento quién estaba en la cama se estiró y se sentó de golpe encima de la cama haciendo que Ettan se quedará congelado. Quién había salido de la cama era otro hombre.

"¿Qué demonios he hecho de nuevo? Se preguntó con angustia. El otro chico lo miró fijo, era de ojos mieles, pelo castaño, y parecía tener un cuerpo atlético, se terminó de salir de la cama en boxes.

— "No te quedes allí parado, recoge tus cosas y termina de marcharte." — Le comentó mientras se perdía entrando a otra puerta.

Ettan no tenía tiempo a preguntar quién era, así que se apresuró en vestirse pensando en que diablos estaba pensando para emborracharse de esa forma al punto de no recordar nada. Minutos después el mismo hombre volvió a aparecer.

— "¿Podrías decirme donde estoy?" — Preguntó con timidez.

— "Mi chofer puede llevarte a tu casa. Debe de estar abajo esperando." — Respondió y justo cuando se iba a girar para volver a perderse Ettan le pidió que esperara a lo que el se detuvo.

— "¿Nos... acostamos...?" — Preguntó.

— "¿Qué crees? Ahora termina de vestirte y marcharte." — Comentó.

¡Que hombre tan mal educado! No hizo más que terminar de vestirse lo más pronto posible mientras otro celular sonaba encima de la mesita de noche, bajo por la primera puerta que le dejó salir de la habitación que era en una terraza hasta las escaleras que descendía, descendió por las escaleras y allí se encontró con la entrada, y había un hombre adulto parado al lado de un vehículo.

— "¿Podría llevarme a casa?" — Preguntó.

— "Claro. Mi señor me ha dado la orden, ¿Donde sea ir?" — Preguntó amigable.

— "XXX XXX Avenida. Lo más pronto posible."

Se subieron de inmediato al auto, y el viaje fue silencioso hasta su casa, tomó una ducha bastante rápida, un cambió de ropa urgentemente, y volvió a salir disparado para la reunión.

Y en ese momento cayó en cuenta que todo el alcohol que había tomado la noche anterior no había borrado el error que había cometido y que ahora su familia pagaría por ello. Llegó al hotel donde la reunión se llevaría a cabo.

Ingresó rápidamente, su familia se encontraba reunida en una esquina.

— "Gracias a Dios que has llegado. ¿Donde diablos estabas metido, Ettan? Te desapareciste anoche." — Comentó su padre Humberto.

ME ENAMORÉ DE UN DESGRACIADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora