prologo

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Mi nombre es Evanyeline Miller, tengo 16 años y el ultimo año, he luchado contra un cáncer devastador tanto para mí como para mi familia, vivo con mi madre Rosa Johnson y mi padre Marco Miller y soy hija única.

 Mientras pasaba por esa etapa, que fácilmente podía convertirse en la última de mi vida, siempre fantasee en cómo sería ese año de mi vida si este cáncer no hubiera aparecido y como soy alguien positiva –nótese el sarcasmo- una de las cosas buenas, es que si no hubiera aparecido esto en mis tiroides seguiría siendo una niña de papa y mama más consentida que vaya a saber dios quien o que, con muchos amigos falsos, con sentimientos falsos, ¡porque claro! esto me ayudo demasiado a madurar y a despejar los fraudes en mi circulo de amistades, pero creo que humanamente preferiría ser una mimada con amigos demasiado falsos, a pasar una experiencia de ese tipo. Pero al final  todo paso, toda esta mala página se volteó (hace bastante como para que me creciera moderadamente el cabello) desde que me dieron la mejor noticia de mi vida ¡vencí el cáncer! Abuelito me temo que tendrás que esperar un rato más para verme.

Flashback

Estaba en mi cuarto, tratando de encontrar una manera diferente de atarme una moña con el trapo nuevo que me ha regalado mi madre, pensé que al no tener cabello en mi cabeza me libraba de la típica pero agobiante situación de quererte peinar diferente, pero no saber cómo hacerlo y terminar con un estrés crónico y peinándote de la misma forma habitual, pero no es así termine atándomela como siempre suelo hacerlo.

-¡Hija! Baja ya, que tenemos que ir al hospital – me llama mi mamá desde abajo por el retraso causado por mi dilema de mi trapo.

- ¡Oh por dios! Pensé que iríamos a un portal hacia narnia o al viaje a Italia que me prometieron antes de esto – señalo mi tiroides, haciendo referencia al cáncer por el cual iremos con el médico para mi diagnóstico.

- No seas sarcástica nena, anda quizá pueda que haya mejores resultados – dice mamá mirando a mi papá cómplice y codeándole.

- Ah... si hija sube ese ánimo - habla papa algo distraído.

Siempre me tomo las cosas importantes con una dosis de sarcasmo o burla y que más importante que algo que pone en peligro mi vida.

Me subí al auto con pocas esperanzas, otra vez, pase todo el camino mirando por la ventana, este día me levante con un humor nada agradable la razón... ni yo lo sé.

Cuando llegamos al hospital y estábamos frente al doctor lo mire y tenía una sonrisa de oreja a oreja y me miraba con... ¿orgullo? Eso es nuevo, pero no me molestaba entonces, en ese momento y con solo escuchar las palabras "dada de alta, muchas felicitaciones" se me corta la respiración y no logro ni pestañear en un movimiento, me pellizque el brazo para saber si no soñaba.

-¡Oh por dios eh vencido el cáncer! – y cuando reacciono, ya estoy abrazando a mis padres tan emocionados como yo

Fin flashback

Recuerdo que dije eso del "portal a narnia" en específico, porque mis padres pensaban que la idea de que tuviera una enfermedad de ese calibre, les daba la licencia de tratarme como una pieza de cristal invaluable y guardarme en una repisa con llave y candado.

Es decir, no me dejaban salir, " solo visitas en las casa" decían ellos, a los únicos que les dejaba sacarme era a mis tres amigos Isabela, Antoni y Marcela - y de que me puedo quejar, son mis únicos amigos- pero también está Sofía, a la cual no le tienen mucha confianza por su manera tan alocada de tratar la vida.

Una vez, estaba en la terraza de mi casa con ella y me dijo que quería ser un ave, volar tan alto como el viento le permitiera y sus alas le dieran y así ser libre entonces, me pidió un paraguas con la excusa de que  iba a llover, le creí porque estaba pasando mucho viento, entonces se lo traje, lo abrió – creí que se la llevaría el viento- y luego la muy suicida se lanzó de la terraza con el paraguas abierto, pensé que la caída le partiría la cabeza, pero lo único que le causo fue un esguince de tobillo, gracias al cielo estaba haciendo una ventisca fuerte, al final mis papas se dieron cuenta y le pusieron la etiqueta de alocada – que suerte que solo se enteraron de esa locura porque si no fuera así, no la dejarían entrar a la casa- pero ¡por eso es mi amiga!

Volviendo al día de la gran noticia.

También recuerdo que mi papá le dijo a mi mamá algo en el oído, que bastante le disgusto porque le dijo, en lo que para ella es un susurro -pero que hasta el doctor escucho- que "no salara la noticia" y no quise preguntar por seguir el consejo de mi madre y no salar la noticia que tan feliz me tenía.

Por fin mi vida tendrá un cambio, seré sociable, saldré con mis amigos, estudiare y tendré más tiempo para hacer de todo, sin que la quimio me robe el tiempo.

El Resurgir De EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora