Capítulo 6: Zayn.

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Deliciosa calidez serpenteó contra mí y cortó a través de los niveles de mi subconsciente. No intenté pelear para despertarme de este sueño exquisito. Después de todo, yo había ido a la cama solo, ¿no? Pero cuando mis caderas sacudieron automáticamente mi erección matutina en el abultado trasero pegado a mí, se sintió muy real.

Sin abrir mis ojos, mi mano se deslizó hasta la caja torácica de la chica del sueño hasta acunar su pecho. El diminuto gemido que escapó de ella también podría haber sido un grito espeluznante porque fue cuando me di cuenta de que la chica no era parte de mi sueño sino, lo peor de todo, estaba abusando de Abby.

Aparté mi mano como si me hubiera escaldado. Afortunadamente, ella dormía con un muerto y mi fogoso ataque no la había despertado. Gentilmente, trepé sobre su cuerpo y escapé de la cama. Mirando hacia atrás, bajé la mirada a su forma de dormir. Un nudo contrajo mi corazón. Nunca tuve a una chica que me confortara antes… bueno, al menos no desde que tuve éxito. Las chicas solo querían un pedazo de la fama o ser capaces de decir que habían dormido conmigo.

Con nuestro loco horario, era demasiada molestia tener una novia. Al menos, eso era lo que me decía.

Alejando los mechones de largo cabello rubio de su rostro, froté la mejilla de Abby con ternura, pero ella todavía no se removió. En su lugar, hizo esos lindos ruiditos que la habrían mortificado si hubiera estado despierta.

Realmente era un ángel de Dios por preocuparse lo suficiente para secar mis lágrimas y confortarme, por no mencionar el dormir conmigo cuando sabe que no debería.

Joder. ¿Por qué tenía que ser tan hermosa? Sería mucho más fácil si fuera una chica promedio o, incluso, fea. No, mi salvadora, mi ángel, tenía que ser la fantasía de cualquier hombre. Con un gruñido de frustración, escapé al baño.

Incluso, aunque estuve tentado, no me masturbaría esta mañana. No era completamente porque tenía toda esa integridad, demonios, dejé que una camarera me la chupara la noche antes en el almacén de la cafetería. Era más sobre el hecho de que sabía que no debería fantasear con Abby.

En lugar de eso, tomé una ducha fría y observé a mi erección marchitarse bajo el chorro. Solo cuando iba a cerrar el agua, un riff me golpeó como un tren corriendo por mi mente. Me tomó tan desprevenido que tuve que inclinarme contra la casilla por apoyo. Apretando mis ojos cerrados, tarareé en voz alta lo que estaba llenando mi mente.

Apresurándome a salir de la ducha, envolví una toalla alrededor de mi cintura antes de salir del baño. Normalmente, habría ido totalmente desnudo a la habitación por mi ropa, pero no me atrevía a encontrarme con Abby así. Una vez estuve vestido, agarré mi guitarra, un bloc de notas, una partitura y un lápiz y me dirigí a la cocina. Después de encender la cafetera, me tumbé en la mesa.

Luego de garabatear el riff que había oído, trabajé en la melodía. Una vez hecho, empecé martilleando letras que fueran con ella. Todas las emociones que había estado experimentando convergieron en este momento. Solo detuve mis furiosos garabatos cuando mi mano se acalambró por la excesiva escritura.

Descansé mi guitarra en mi regazo y empecé a tocar la música que había escrito. Borré y cambié algunos acordes antes de comenzar otra vez. Cerrando mis ojos, me enfoqué en las letras en mi mente mientras tocaba.

Al sonido de alguien detrás de mí, mis párpados se abrieron.

—Buenos días —murmuró Abby suavemente.

La miré y sonreí.

—Buenos días ¿te desperté?

—Sí, pero está bien.

Symphony Of Destruction. (Z. M.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora