Capítulo 8: Zayn.

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ADVERTENCIA: El principio de este capítulo tiene contenido sexual explícito. Se recomienda discreción.

Un largo gemido surgió de mis labios mientras mis ojos se pusieron en blanco por el placer. Bree me estaba montando como una vaquera enloquecida. Sus dedos se clavaron en mis caderas, enviando sus uñas acrílicas a arañar a través de mi piel. Rebotó y se movió dentro y fuera de mí mientras empujaba para satisfacer sus frenéticos movimientos.

—Mierda —dije mientras ella apretaba sus paredes a mí alrededor. Si había una cosa que Bree sabía, era cómo complacerme y darme el mejor sexo, junto con el mejor sexo oral que jamás había tenido en mi vida.

Pero cuando abrí mis ojos, no vi la espalda de Bree arqueada en éxtasis. En su lugar, Abby estaba sentada a horcajadas sobre mí; su expresión de ojos muy abiertos con asombro. Ella miró hacia mí con amor, no con los ojos entrecerrados de lujuria como Bree siempre hacia.

—¿Ángel? —Cuando ella no respondió, murmuré—: Abby. —A lo que ella sonrió.

Me levanté para tomar su pecho balanceándose en mi boca. Le chupaba el pezón haciéndola gemir.

—¡Sí, más duro, Zayn! —la voz de Bree rugió a través de la habitación.

Parpadeé, tratando de borrar la imagen de Abby de mi mente. Esta vez, cuando volví a mirar, ya no era Abby, pero Bree arañaba sus uñas duramente por mi pecho mientras me montaba. Afectado por lo que había alucinado, traté de centrarme en la forma de Bree retorciéndose. ¿Qué demonios me estaba pasando?

Tenía una diosa del sexo exprimiendo mis sesos, y yo estaba fantaseando con una virgen ruborizada. Un gruñido escapó de mis labios cuando volteé a Bree sobre su espalda y comencé a golpear con fuerza.

—¡SI ZAYN! ¡Sí, así! —gritó Bree, golpeando mi culo.

Chupé uno de sus pezones en mi boca y bromeando lo mordí. Gritó y agarró sus piernas más fuerte a mí alrededor. Pero cuando levanté la cabeza del pecho de Bree, Abby me miraba.

—Oh, he deseado hacer el amor durante tanto tiempo, Zayn. Me alegro de que seas el primero. ―Parpadeé un par de veces, pero aun así era Abby sonriéndome. Su cara asumió una expresión de súplica—. Ningún hombre me ha hecho venir antes. Por favor sé el primero. —El escuchar esas palabras en sus labios fue mi perdición, y sentí que empezaba a temblar.

—¡Abby! ¡Oh Dios, Abby, sí, sí! —chillé cuando me vine duro en ella.

La habitación se convirtió en un misterioso silencio.

—¿Qué demonios fue lo que dijiste? —exigió Bree. Antes de que pudiera terminar de bajar de lo alto, me empujó fuera de ella—. ¡Desgraciado!

—¿Cuál es tu problema? —jadeé, tratando de recuperar el aliento.

—Me has llamado Abby, ¡imbécil!

Oh mierda... lo había hecho. No solo había fantaseado con Abby follando, sino que en realidad había dicho su nombre cuando me vine.

Bree sacudió la cabeza.

—Jodidamente no puedo creer esto. ¡Me pareció escucharte decirlo antes, pero ahora sé que lo hiciste! ¿Qué demonios, Zayn?

—No sé por qué lo hice. Estoy borracho. —Pasé los dedos por mi cabello, intentando calmar mis nervios. No era como que le debía una explicación a Bree, no era más que una fan que follaba con frecuencia. Era más que estaba tan asustado de mí mismo por lo que había hecho que quería racionalizarlo.

Symphony Of Destruction. (Z. M.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora