Capítulo 11. Gura, el glotón

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—¡Suéltame, poupou!

—¡No te voy a soltar hasta que hables!

La situación era la siguiente: ¡estaba agitando con mucha fuerza al puto Poupou! Zoro no se interpuso porque estaba apoyado en el mástil observando la escena. Los ruidos míos y del búho-libro despertando a la multitud. Y me daba igual, quería respuestas urgentemente.

—¿Qué son esos ruidos? —escuché a Nami salir de la habitación junto con Robin. Y no eran las únicas porque los chicos también se despertaron y los del otro barco que se reunieron al Thousand Sunny.

—Parece que Poupou… —habló Chopper, pero se calló al verme con este comportamiento tan salvaje—. ¡Laura da miedo! —gritó, mientras corría a esconderse detrás de un barril.

—¿Ahora que ha hecho el pajarraco? —cuestionó Cracker, bostezando descaradamente.

—¡Dame respuestas!

—¡No diré nada, poupou!

—Laura y yo hemos escuchado un grito —explicó—. Fuimos en dirección al ruido y ella se encontró a una niña asustadiza. La sorpresa es que se enfrentó a un cerbero. —Todos estuvieron sorprendidos a lo último.

—Espera, ¿y dónde estabas tú, marimo? —Sanji se acercó a Zoro mirándole con sospecha—. ¡¿No me digas que te habías perdido?!

—¡Yo no me he perdido!

Mientras esos dos peleaban, yo seguía agitando con violencia al maldito libro-búho. Hasta que no me explique qué era lo que estaba pasando, no iba a parar en absoluto. Todos me estaban mirando. Algunos con miedo, otros con sorpresa y otros no mostraban emoción alguna. ¡Vamos, habla! ¡Maldita sea, no era para nada difícil!

—¡Vale! ¡Hablaré, pero para, poupou!

Palabras mágicas para mis oídos. Bien, le hice caso. Paré mis brazos de golpe y observé que la criatura no paraba de rodearle los ojos un tanto mareado. ¿Me habré pasado? No estaba muy segura, pero Marco trajo el jengibre que me ayudó a aliviar ese momento y que me dieran ganas de vomitar. Cortó un pequeño y se lo metió en el pico de Poupou. De repente, éste reaccionó poniendo una mala cara que escupió y miró con culpabilidad al pelirrubio.

—¡¿Pero que mierda me has dado, poupou?!

—Una medicina que cura el mareo —dice con una sonrisa de oreja a oreja. El pobre, podía ver que tenía un poco de ojeras.

—¡Y una mierda, poupou! —le recriminó.

—Poupou no tengo toda la noche —añadí con los brazos cruzados—. Me enfrenté a un cerbero, pero no me dio tiempo de golpearlo porque desapareció delante de mis narices; es decir, se convirtió en una nube negra. Así que explícame qué está pasando en esta isla y porque los piratas del exterior no sobreviven.

Poupou agitó sus alas con violencia, mientras me miraba. Todos estábamos en círculo alrededor de él, esperando a que abriese el pico y lo soltasen de una vez. Él liberó un suspiro pequeño. Bien, iba a hablar.

—Cómo ya os dije, Blue Line es un océano peligroso y hay una razón para ello. Había una criatura que rondaba los mares, era el señor de ello. Un monstruo de la oscuridad que le gustaba manipular a toda clase de criatura diferente —iba explicando—. Era un demonio. Todos lo llamaban: el Diablo del Mar, poupou.

—Un momento, ¿el creador de las frutas del diablo? —cuestionó Robin. Espera, ahora que lo dice, era cierto.

—No me interrumpas, por favor —la riñó—. El Diablo del Mar reinaba en todos los océanos, pero su hogar era aquí. Era un demonio con un poder abrumador. Todos le temían. Tuvo diecisiete hijos que, al igual que su padre, obtuvieron sus poderes de la nada y los utilizaban para dar miedo y gobernar sobre las tierras y el océano. Demonios sin corazón. Son los Antiguos —dice el título que les dio los lugareños mil años atrás o incluso más. Blue Line consta de muchas islas y algunas de ella está siendo gobernada por un Antiguo. —Sus ojos se fijaron en la isla que teníamos detrás nuestra—. Corphush era una isla pacífica hasta que llegó uno. Su nombre es Gura, el glotón. Un demonio que siempre tiene hambre. Tiene que comer todo el día para saciar su apetito. Un gordo seboso. Estuvo a punto de comerse a los lugareños, pero ellos le imploraron ser sus sirvientes, a cambio de ofrecerle comida todos los días a la madrugada. Y él aceptó, poupou. 

El destino de Princess (One Piece x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora