Capítulo 47. Seguir luchando

184 30 1
                                    

Esa escoria no merecía estar viva por lo que hizo a mi fénix

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esa escoria no merecía estar viva por lo que hizo a mi fénix. ¡¿Cómo se atreve a hacerle eso?! ¡Ni siquiera tiene huevos para enfrentarse a mí porque huía el muy cobarde! Intentaba golpearlo y él los esquivaba a la perfección. La ira me estaba consumiendo por dentro. Lanzaba ráfagas de oscuridad destruyendo todo a mi paso teniendo cuidado en no tocar a Marco que aún seguía en su estado dormido. Misstro estaba muy tranquilo como si está batalla la ganará él. Por mi boca salió fuego morado de gran alcance. Malnacido. Esa rata se escapaba en todo momento. Vamos, piensa Laura. Debe haber alguna forma de hacerlo parar.

Era como si mis ataques con poder no sirvieran para nada. Un momento, ¿será eso? No me moví de mi sitio porque no quería alejarme del cuerpo. Si lo hago, es posible que esté desgraciado le irá a hacer algo. Espera, estaba detectando algo en mi olfato. En este estado mis fosas nasales se agudizan percibiendo olores que nunca pensé oler. Que raro. Misstro no emanaba algún tipo de aroma. Solo estaba el de Marco que olía a piña y yo misma. ¿Estaba atacando a un espejismo? Vamos, céntrate. Ese tipo no debe estar lejos. Es que no me atacaba, solo huía. Tal vez ese espejismo no podía realizar ningún ataque. Entonces percibí un olor al norte a doce metros de nuestra distancia. Esbocé una gran sonrisa porque había encontrado a ese desgraciado.

De mi mano derecha salió una lanza de rayos capaces de electrificar a mis enemigos. Lo lancé cual jabalina hacia el objetivo y escuché un gran quejido. ¡Bingo! El espejismo desapareció. El verdadero Misstro hizo acto de aparición. Su rostro se veía molesto.

—¿Cómo…?

—Hueles a huevo podrido, cerdo asqueroso.

—¡Yo no huelo tan mal! —gruñó con mucha molestia—. ¡Acabaré contigo! ¡Todos vosotros os merecéis morir en esta prueba!

¡Sobre mi cadáver! Gruñí, advirtiendo que no me provocase más. Solo faltaba unos minutos para que Marcó muriese definitivamente. No iba a dejar que me ganase. Mi Vision se activó, alertando que me golpearía por detrás, pero yo reaccioné rápido y salió una cola de reptil en mi trasero. Esa parte del cuerpo se convirtió en un látigo que le hizo un gran corte en su mejilla.

—Vaya, eso no me lo esperaba.

—¡Te mataré por hacerle eso a Marco!

Con un movimiento rápido me puse delante de él y atravesé su cuerpo con mi puño. De la boca de Misstro salió sangre que manchó mi rostro. Este olor era… Mi corazón se puso a mil, como si me hubieran proporcionado una droga sumamente peligrosa. Esbocé una gran sonrisa siniestra que asustaría a cualquier vivo mostrando mis dientes puntiagudos, como un verdadero tiburón. Misstro me miró con puro terror y quería deshacerse de mi agarre, pero yo al meter un poco la mano en su cuerpo agarre su columna vertebral impidiendo a que se moviera.

—¡No, espera!

—¡¿Ahora vas a suplicar, pedazo de basura?! ¡Debiste haberlo hecho, antes de tocar lo que es mío! —rugí. Estaba perdiendo el control—. ¡Muere ahora! ¡Escoria ingrata!

El destino de Princess (One Piece x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora