Faith and hope[Cristiana]

12-Isabella

Querida Leah:
Han pasado seis meses desde que te fuiste y todavía sigo esperando algún mensaje tuyo diciéndome "te extraño" y lloro cuando me doy cuenta que no lo volveré recibir.
Te extraño mucho Leah, desde que ya no estas se me hace difícil muchas cosas. Estaba tan acostumbrada a tenerte en mi vida, que nunca pensé que tendría que vivir una vida en donde ya no estuvieras.
Melanie a veces me llama y hablamos sobre ti. Ella también te extraña mucho, aunque sabe que estas con el Señor, todavía le duele. Es muy amable y comprensiva conmigo, creo que podríamos llevarnos bien.
Solo que no me siento preparada para entablar otra amistad. Todavía no es el tiempo.

Empecé a ir a la iglesia. Mel me invitó varias veces, al principio estaba reticente, pues no entendía como Dios te había llevado. Sin embargo decidí hacerlo, porque sabía que hubieras querido eso.
Se sintió extraño ir la primera vez sin ti, estaba Melanie y Brentt para acompañarme, pero no era lo mismo.
Quería que estuvieras ahí conmigo, sosteniendo mi mano y diciendo "No te preocupes, estoy aquí contigo."

Hoy tu mamá vino a verme, me sorprendió su visita, aunque me dijo que encontró un puñado de cartas que eran para mi, y que creyó que debía traermelas personalmente. Le agradecí el gesto, y nos quedamos hablando un buen rato.
Todavía no tuve el valor de leer las cartas, porque no estoy preparada para la avalancha de recuerdos que eso traerá.
Se que escribiste más cartas, aparte de las que escribiste para mi. Melanie y Brentt me lo dijeron.
Melanie la leyó a penas se la dieron, y no pudo dejar de llorar mientras la leía .
Brentt espero dos días, no quería hacerlo. Supongo que creía que estaba dejandote ir si lo hacía.

Leah, dejaste una marca en la vida de las personas que más te conocieron. Todas las personas que realmente te conocieron pudieron darse cuenta, de tu compromiso con Dios, de tu ganas de amar a los demás, de ser compasiva y extender perdón aquellos que te han lastimado, de ayudar a los demás, y no lo digo solo porque ya no estas, si no porque es verdad. Tu fe te mantuvo firme hasta el final y eso es algo admirable.

Gracias Leah, gracias por dejarme ser tu amiga, y gracias a Dios porque me permitió conocerte.
Siempre te voy amar.
Con amor
Tu mejor amiga por siempre
Isabella Hanna Miles