La Propuesta

244 12 5
                                    

El ambiente en la U.A. se llenaba de una energía renovada mientras los estudiantes comenzaban a enfocarse en los preparativos para el festival cultural. La clase 1-A, a pesar de haber enfrentado desafíos que los marcaron profundamente, estaba determinada a aprovechar esta oportunidad para demostrar su resiliencia.

Era una mañana luminosa, y aunque la primavera comenzaba a dar señales de su llegada, el aire aún llevaba el fresco recuerdo del invierno. Izuku Midoriya caminaba hacia el aula, con sus pensamientos divididos entre el peso de los recientes eventos y la perspectiva del festival. Aunque todavía no estaba completamente recuperado de todo lo que había sucedido, sentía que el festival podría ser un respiro necesario, una manera de reconectar con la vida cotidiana y, quizás, de encontrar algo de paz.

Al llegar al aula, notó a Kyoka Jiro en una esquina, revisando partituras musicales y haciendo anotaciones en un cuaderno. Desde que se había decidido que la clase 1-A organizaría una banda para el festival, Kyoka había asumido el liderazgo de la iniciativa. A pesar de su carácter reservado, había algo en ella que irradiaba una confianza tranquila, una pasión por la música que era imposible de ignorar.

 —Kyoka siempre ha sido tranquila, pero su dedicación a la música es algo que no había notado antes. Tal vez este festival no sea solo una forma de distraernos, sino una oportunidad para descubrir cosas nuevas... sobre nosotros mismos y sobre los demás.

Decidido a hacer algo diferente, Izuku se acercó a Kyoka, esperando poder ofrecer su ayuda.

 —Hola, Jiro. He estado pensando en el festival y... bueno, me gustaría ayudarte con la banda. Creo que esto podría ser algo que nos una como clase y también como amigos.

Kyoka levantó la vista de sus notas, sus ojos reflejando una ligera sorpresa ante la oferta de Izuku. Aunque no lo conocía tanto como a otros de sus compañeros, sabía que Izuku era alguien en quien se podía confiar, alguien que siempre daba lo mejor de sí mismo.

—Gracias, Midoriya. La verdad es que me vendría bien toda la ayuda posible. Hay mucho que hacer y poco tiempo. Además, creo que esto será bueno para todos... necesitamos algo positivo en lo que enfocarnos.

La conversación fluyó con naturalidad. Kyoka explicó que, aunque la idea de la banda había sido bien recibida, aún había muchas cosas que debían organizarse: la elección de las canciones, la distribución de los instrumentos, y, por supuesto, los ensayos. Izuku, siempre dispuesto a ayudar, se ofreció a colaborar en lo que fuera necesario, desde mover equipos hasta ayudar a coordinar a sus compañeros.

 —No soy muy bueno con la música, pero quiero hacer lo que pueda para que esto sea un éxito. Además, creo que todos necesitamos algo en lo que enfocarnos... algo que nos haga olvidar un poco lo que ha pasado.

Kyoka asintió, comprendiendo el trasfondo de las palabras de Izuku. Sabía que todos estaban lidiando con sus propios demonios, y que el festival cultural, aunque solo fuera por un momento, les daba algo en lo que pensar, algo positivo que esperar.

 —Entiendo lo que dices, Midoriya. La música siempre ha sido mi refugio, y creo que podría serlo para todos nosotros en este momento. Si trabajamos juntos, podemos hacer que esto sea algo especial... algo que realmente signifique algo.

La mañana transcurrió rápidamente, y antes de que se dieran cuenta, la primera clase había terminado. Los estudiantes comenzaron a dispersarse, algunos dirigiéndose a la cafetería, otros quedándose en el aula para revisar sus apuntes. Sin embargo, Izuku y Kyoka decidieron quedarse un poco más, afinando los detalles de los preparativos para la banda.

Mientras trabajaban juntos, Izuku no pudo evitar notar lo meticulosa y apasionada que era Kyoka cuando se trataba de música. Cada detalle importaba para ella, desde la elección de las canciones hasta la sincronización de los instrumentos. A medida que la conversación avanzaba, Izuku sintió una creciente admiración por su compañera, no solo por su talento, sino también por su dedicación.

—Jiro realmente se toma en serio esto. No es solo una distracción para ella... es algo que le importa profundamente. Es inspirador ver a alguien tan comprometido con lo que ama.

—He estado pensando en algunas canciones que podríamos tocar. Quiero que sean algo que resuene con todos, algo que hable de lo que hemos pasado, pero que también transmita esperanza. ¿Qué opinas?

Izuku reflexionó por un momento. La música no era precisamente su fuerte, pero entendía lo que Kyoka estaba tratando de lograr.

—Creo que eso es perfecto, Jiro. Todos necesitamos un poco de esperanza en este momento. Y si podemos transmitir eso a través de la música, será algo realmente especial. Estoy seguro de que, con tu liderazgo, lo lograremos.

Kyoka sonrió ante el comentario, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, tenía un propósito claro. Sabía que la responsabilidad de hacer que la banda funcionara recaía en gran medida sobre sus hombros, pero con la ayuda de Izuku y el apoyo de sus compañeros, estaba segura de que podían lograrlo.

El resto del día transcurrió entre clases y pequeños encuentros para planificar los ensayos de la banda. A medida que pasaban las horas, Izuku y Kyoka comenzaron a formar una especie de complicidad, una conexión que iba más allá de la música. Ambos compartían el deseo de que el festival fuera un éxito, no solo para ellos, sino para todos sus compañeros.

Al final de la jornada, cuando la mayoría de los estudiantes ya se había marchado, Izuku y Kyoka se encontraron nuevamente en el aula de música, revisando algunos detalles antes de irse.

 —Mañana comenzaremos las prácticas. No será fácil, pero estoy segura de que, si todos ponemos de nuestra parte, podemos hacer que esto funcione.

 —Estoy de acuerdo. Será un desafío, pero estoy listo para enfrentarlo... y estoy aquí para ayudarte en lo que necesites.

Kyoka asintió, sintiendo una cálida sensación de camaradería que no había experimentado en mucho tiempo. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero también sabía que no estaba sola en este viaje.

Mientras se dirigían a sus dormitorios, Izuku y Kyoka continuaron conversando, hablando no solo del festival, sino también de sus vidas, sus sueños y sus miedos. A medida que la noche avanzaba, ambos sintieron que, tal vez, este festival no solo sería una forma de mostrar su fuerza como clase, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos que los unían.

Y así, con el peso de las responsabilidades y la esperanza de un nuevo comienzo, Izuku y Kyoka se despidieron, sabiendo que el día siguiente sería crucial para sus planes. Pero lo que no sabían era que este festival también sería el inicio de algo más profundo, algo que cambiaría sus vidas de maneras que aún no podían imaginar.

¡Fin del capítulo!

Superior DekuWhere stories live. Discover now