15#: No es bueno decir adiós.

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—Por supuesto —respondí, sin dudar—. Mi papá asesinó a tu padre, antes de que él nos asesine a nosotros. Obviamente salimos con vida por suerte. Nuestros dos padres fallecieron ese día. ¿Y sabes por qué? Por la crueldad de Jack. ¿Sabes que él asesinó a la madre de Jules? Él. ¿Sabes quién quería matarnos? Él. ¿Sabes quién usó a Jules para asesinar gente? ¡El maldito y jodido de Jack!

El silencio inundó la habitación. Mis palabras parecieron haber congelado el ambiente, pero no durante mucho tiempo. Lara, la madre de Bellver, parecía estar furiosa. Caminó hacia mí, levantó su mano y cerré los ojos al saber lo que venía.  Estampó su mano contra mi mejilla, haciendo que mi cabeza quedara de lado. Abrí los ojos y la observé de reojo. Mi mejilla ardía demasiado. No recordaba la última vez que alguien me había dado una bofetada tan fuerte.

—Jack —dijo ella, con la voz casi partida— no era mal hombre. ¡Él nos amaba! Todos los días me traía flores, me hacía bailar todas las noches con música alegre... ¡Me hacía sentir la mujer más feliz de todas!

—Mientras tú vivías ese paraíso... —Jules se incorporó de a poco e hizo una mueca— mi madre y yo vivíamos un infierno con ese hombre. ¡Que bien! Nos alegra que hayas sido muy feliz con él. Pero, ¿sabes? Era hora de su muerte. Si supieras cuanta sangre derramó ese hombre, ni siquiera querrías recordar su nombre...

—¡Mentira! —Lara sacó un arma y apuntó a la cabeza de Jules—. Deja de mentir.

Comencé a temblar. Sentía que si Jules hacía algo más para enojarla, estaría acabado. ¡Yo no quería eso! No quería perderlo. Eso era lo que menos quería.

—¡Espera! —grité— ¡No lo mates!

—¿O qué? —Lara rio—. ¿Sabes qué? Yo no me ensuciaré las manos. Le dejaré esto a alguien más.

Vi a Jules sonreír. ¿¡Por qué sonreía!? ¿Él quería morir? Jules, no por favor. No lo hagas. Ya basta... Quiero irme de aquí. No quiero vivir una vida así contigo. Quiero estar en casa a tu lado. Quiero... estar en la cama, mientras tú me abrazas. ¡No debes morir! ¡Te necesito, idiota!

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Jules... —susurré—. No quiero que te mueras...

—Hey. —Jules negó con la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos. Al ver brillo en ellos, supe de inmediato que no me importaba morir por él. No me importaba que me lastimasen. No me importaba lo que me hagan a mi. Sólo quería que él viviera... Y si eso me hace un egoísta, pues bien. ¡Lo soy!

Vi la puerta abrirse y a Michael detrás de aquella. Apreté la mandíbula. Si Jules veía que Michael era un traidor, le iba a doler un poco. Sabía que ellos eran buenos amigos luego de romper. Era como cuando supe que Bellver era una traidora. Definitivamente fue más doloroso que cuando mi personaje favorito murió en Divergente.

Michael caminó hacia el lado de Lara y esta vez, el que sacó el arma fue él. Por alguna razón, la sonrisa de Jules no desaparecía. Cosa que se me hizo —demasiado— extraño. ¿Jules ya sabía que Michael era una especie de traidor maldito?

—Bien, cuando quieras Michael. Yo, de mientras, me encargaré de... —Lara se giró al decir eso y me observó con una mueca de desagrado. ¿Qué? ¿Le daba asco?— él. Al menos podrán morir juntos, ¿cierto? Quizás, Ben, tú vivas algunos minutos más que Jules. Sin embargo, morirás igual.

—¡Espera! ¿¡Qué haces!? —la voz de Bellver sonaba extraña—. ¡Dijiste que no le harías daño a Ben! ¡Lo prometiste!

¿Bellver me estaba defendiendo? ¿No era que ella era una traidora? Se supone que si quería muerto a Jules, también me quería muerto a mi, ¿cierto?

Si las llamas se apagan (Yaoi-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora