Capítulo 1: Eshne

54 2 5
                                    

Me llamo Eshne y soy miembro de los Sabios del Fuego, pero estoy marcada. Yo realmente no lo recuerdo, pero sé que me dejaron al pie de la montaña, yo era la carnada para que la Nación del Fuego no avanzara. 

El Señor del Fuego Azulon ordenó buscar dragones para que enseñaran fuego control a su descendencia y después a la Armada del Fuego. El general Iroh me encontró y sabía que era descendiente de Los guerreros del Sol; Azulon se enteró de inmediato y llamó al general Iroh para que me llevara.

Azulon: ¿Dónde estaba?

Iroh: Al pie de la montaña, padre. No creo que sea esa su ascendencia, además es muy pequeña, tiene menos de un año –Trató de protegerme –

Azulon: Sea o no de su ascendencia, podría ser un arma a nuestro favor o contra. Que la críen los Sabios para pueda tenerla cerca – Iroh asintió – y que nadie sepa quién es, habrá que esperar el momento.

Iroh: ¿Tendrá nombre?

Azulon: La Nación está en auge y tú piensas en el nombre  – dijo sin expresión

Iroh: Perdona, padre.

No tuve nombre hasta tiempo después. Me dejaron a cargo de los Sabios del Fuego, les ordenaron que me criaran y que debían rendir cuentas de mí sólo al Señor del Fuego Azulon.

No pasaron mas de tres años cuando mi fuego control comenzaba a presentarse. Los sabios no pudieron contener lo que no entendían y en consecuencia incendié una parcela. El problema no fue la aparición temprana del fuego, sino el color que presentaba. La Nación del Fuego tenía como legítimo el fuego rojo y azul, pero nunca el verde y morado. 

Azulon: ¿Qué fue lo que ocurrió? No pudieron mantener la calma con una criatura tan inferior –Estaba molesto 

Sabio: Señor, piedad. Ella no es un peligro, su fuego no contiene agresividad.

Azulon: Quieres decir que será inútil para luchar – sus planes se venían abajo

Sabio: –Tomó aire– Su fuego control es inservible, pero podrá estudiar técnicas que serán útiles para los demás maestros fuego, ella tendrá la capacidad , cuando llegue el momento, de trasmitir conocimientos únicos del fuego.

Azulon: Pero por el momento es inservible. Pónganle guantes metálicos, para que no pueda hacer fuego control, no quiero que nadie se entere.

Sabio: Señor, qué diremos cuando se esparza el rumor del fuego de color en la parcela – se inclinó al ver la molestia de Azulon

Azulon: No puede ser que mis sabios no puedan con esto – el fuego se intensificó alrededor del trono – Usen la leyenda de la Bruja del Sol a nuestro favor. Vino y atacó a varios, entre ellos... – pensó en lo que Iroh planteó cuando me llevaron a la Nación del Fuego por primera vez– la del pequeño fuego: Esnhe.

Así obtuve mi nombre y unos guantes metálicos en las manos. Parece ridículo, pero después fue calzado con suela de metal, también. Claro estaba que Azulon debía formarme en el ámbito de la lucha, así que fui entrenada en la defensa como un soldado. Los guantes ayudaban a que pudiera detener  algunas armas sin sufrir daño.

En los entrenamientos conocí al príncipe Zuko, apenas unos meses menor que yo. No había diferencia. Mi temperamento era sereno por ser criada por los Sabios; Azula, Ty Lee y Mai eran un tanto groseras con Zuko, en especial cuando trataban de emparejarlo con Mai. El era gentil, pero imprudente al hablar. Ursa lo quería bastante. Siempre conviví con ellos, crecimos bajo la ideología de servir a la Nación y al Señor del Fuego. 

~En el Fuego~ [Zuko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora